Ha trabajado en Netflix, en Linkedin, ha montado su propia empresa y actualmente es vicepresidente de producto y estrategia en IA en Google. Xavier Amatriain (Barcelona, 1973), es doctor en ingeniería por la UPF y experto en inteligencia artificial. Ha desarrollado gran parte de su trayectoria profesional en Silicon Valley, en los Estados Unidos, y su trabajo siempre ha estado motivado por trasladar los beneficios prácticos de la tecnología a la sociedad. En su paso por Barcelona en el marco del Mobile World Congress, Amatriain recibe a ON ECONOMIA para hablar sobre la revolución de la IA en todos los aspectos, la apuesta por estas herramientas en los diferentes oficios y su primer año en Google.
Hace un año, aproximadamente, que entró en Google. ¿Cómo ha sido el aterrizaje?
Después de décadas de trabajar con IA y de haber estado en diferentes empresas, quería estar en un sitio donde realmente pasan las cosas punteras y no se me ocurre mejor lugar que en Google. En un momento revolucionario para la humanidad como el que creo que estamos ahora, muchas de estas tecnologías revolucionarias están saliendo de Google. La empresa hace investigación puntera, pero también hay producto y la interacción que hay, desde la investigación básica hasta los productos que utilizan millones de personas por todo el mundo, no se encuentra fácilmente, y en Google sí.
¿Se encontró un Google con los deberes hechos en el campo de la IA?
Los deberes hechos en un momento tecnológico donde las cosas cambian muy rápidamente no los tiene nadie, ni Google, ni ninguna otra empresa, porque es un constante desarrollo. Se puede reconocer que Google despertó un poco tarde comparado con algunos otros competidores, pero se puso las pilas rápidamente y cuando entré en la compañía ya estaba en un momento bastante comparable. La irrupción de OpenAI y ChatGPT cogió por sorpresa a todo el mundo, fue un momento histórico porque algunos de nosotros ya lo sabíamos y lo vimos venir, pero nos sorprendió a muchos, incluso a Google, que había inventado las tecnologías, la investigación o los transformers, que hizo que todo eso pudiera funcionar. Pero rápidamente Google se puso las pilas y ahora con Gemini, que es el modelo de IA de Google, está impactando en todos los productos.
¿Cómo definiría Google Gemini?
A veces la gente se piensa que la IA es solo el ChatGPT, el chatbot, y es evidente que la IA va más allá de eso. La inteligencia artificial afecta a todos los productos y, de hecho, Google Gemini lo tiene integrado en todo: fotos, ediciones, chat, lo tienes dentro del móvil o le puedes hacer preguntas, por ejemplo. La IA es una tecnología de propósito general y la acabaremos viendo impactando en todos nuestros productos, tanto digitales como los de casa. Es un momento revolucionario, pero también con muchas oportunidades.
La irrupción de OpenAI y ChatGPT cogió por sorpresa a todo el mundo
¿La IA llegará a todos los oficios?
Creo que impactará en todos, incluso a los oficios más tradicionales. Un electricista, por ejemplo, si para diseñar una instalación eléctrica tuviera un asistente a quien hacerle preguntas o que le ayudara con los planos, sería todo más sencillo. La IA es como un superasistente o superayudante que puede ayudar a hacer los trabajos más eficientes y eficaces y con menos errores. Eso se puede aplicar tanto a un médico como a un conductor. El quid de la cuestión es cómo aumentar esta capacidad humana, pero creo que la IA ayudará a muchas profesiones
¿A muchas o a todas?
Enfermería es de las pocas profesiones donde no. El trabajo de los enfermeros va enfocado al cuidado personal y a tener interacción y trato con los pacientes, y eso una máquina no lo puede hacer. Por el contrario, los médicos sí que utilizarán la IA como un asistente y muchos hospitales ya lo están haciendo. Al final, los humanos acabaremos haciendo cosas mucho más de humanos y dejaremos que la IA haga las cosas más mecánicas y de lógica. Nos ayudará a aumentar esta capacidad de razonar o de tomar decisiones.
¿El mundo se dividirá entre la gente que utiliza la IA y la que no?
Creo que será un peligro si se acaba dividiendo así. Lo que debemos conseguir es que justamente eso no pase. Es muy importante la educación en IA como cualquier herramienta superpotente. La IA puede ser una herramienta democratizadora que nos ayude a todos a ser mucho mejores o, si la dejamos en manos de unos pocos, puede ser una herramienta de desigualdad. Es muy importante que se enseñe y se eduque y que todo el mundo tenga acceso a estas herramientas. Lo que no queremos es que la inteligencia artificial quede en manos de unos pocos y que estos tengan más privilegios, puesto que no solo tienen acceso a IA, sino que también les hace más inteligentes, eficientes y rápidos.
Entonces, ¿no la prohibiría en las escuelas o a la hora de estudiar?
No considero que sea una buena decisión. Quizás lo que tenemos que cambiar es el método como los profesores evalúan y cómo se integra esta IA en la educación o en los centros educativos. Lo que queremos es que aprendan a utilizarla y que no se produzca esta división de clases entre los que saben utilizarla y tienen acceso a ella y los que no.
Un ingeniero puntero en Barcelona no tiene peor calidad de vida que uno de Silicon Valley
En España hay mucho talento, pero, ¿cómo se compite con Silicon Valley?
El talento no tiene fronteras y las barreras se quitan con oportunidades. Creo que estas oportunidades están muy concentradas en una zona, en Silicon Valley. Queda claro que hay una densidad y una concentración de talento muy grande allí, pero en el fondo también se están haciendo cosas muy interesantes en otros sitios. En Barcelona, por ejemplo, se están atrayendo empresas internacionales y multinacionales que ofrecen puestos de trabajo muy interesantes.
¿Y el factor sueldo?
No creo que funcione muy bien. El talento no tiene fronteras y se distribuye con polos de atracción que crean oportunidades. Bangalore, en la India, se ha convertido en un centro mundial de prestigio donde hay gente muy formada y hay muchas oportunidades de trabajo tecnológicas tanto de empresas locales como multinacionales. Obviamente, los sueldos son diferentes, pero los costes de vida también. La comparación de nivel de vida entre un sitio y otro no se puede hacer. Un ingeniero puntero en Barcelona no tiene peor calidad de vida que uno de Silicon Valley. El sueldo es representativo de la competencia local que hay y del nivel de vida.