Barcelona, plataforma de cooperación y diálogo mediterráneo
- Anwar Zibaoui
- BARCELONA. Sábado, 9 de noviembre de 2024. 05:30
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A pesar de la situación de guerra y violencia que viven algunos países de la orilla oriental del Mediterráneo, en Barcelona, el 29 y 30 de octubre se celebró la 18ª edición de MedaWeek. Hablamos del gran encuentro mediterráneo del sector privado, que consiguió reunir durante dos días a los principales líderes económicos de Europa, África y Oriente Medio.
Esta nueva edición concluyó con el compromiso de todos los agentes del sector público y privado de explorar nuevas vías de cooperación para acelerar el desarrollo económico de la región y garantizar la estabilidad y la paz en los países de Oriente Medio. Todos ellos dejaron claro que apuestan por la esperanza frente a la incertidumbre y la indiferencia, por el diálogo en lugar de la división y la fragmentación de la región, por el intercambio de ideas y conocimiento entre ambas orillas del Mediterráneo y entre Oriente y Occidente, y por crear nuevas oportunidades, asociaciones y alianzas a pesar de las amenazas actuales y futuras.
Este mensaje de esperanza contrasta con los titulares que leemos cada día en la prensa sobre conflictos desestabilizadores y crisis de refugiados, una información que da una imagen parcial e incompleta de lo que ocurre en la región mediterránea. Por ello, la celebración de la 18ª edición de MedaWeek se ha vuelto más necesaria que nunca, pues se ha erigido como el principal escaparate donde mostrar y explicar las historias de éxito que hay detrás de la revolución tecnológica, social y medioambiental que está transformando el Mediterráneo a un ritmo cada vez más rápido.
Barcelona ha celebrado la 18ª edición de MedaWeek, que se ha cerrado con el compromiso de explorar vías para la estabilidad en el área mediterránea
En MedaWeek Barcelona 2024 se presentaron historias de coraje y ambición protagonizadas por mujeres empresarias, así como iniciativas innovadoras con un gran impacto en la comunidad local que contrarrestan la fatalidad y el pesimismo que impera actualmente en los medios de comunicación. Uno de los avances más significativos ha sido el auge de las start-ups, propiciada por un cambio de mindset en la cultura empresarial de la región y por un mayor interés de business angels e inversores internacionales. La región Mediterránea no es Silicon Valley, pero está en un momento prometedor.
La innovación es una cuestión de supervivencia para sociedades y países, y el talento, la materia prima de la economía, se extiende por la región.
Como se evidenció en MedaWeek, la transformación en la que está inmersa nuestra región proviene de la inversión en la innovación y del espíritu empresarial, lo que nos lleva a hablar de una revolución económica sin precedentes que beneficiará a todos los países mediterráneos.
En Barcelona se ha construido una plataforma anual inclusiva para fomentar el diálogo y la cooperación entre agentes del sector público y privado tanto del Mediterráneo como a nivel internacional, una plataforma que propicia también el intercambio de conocimiento y las sinergias y los contactos empresariales. La ciudad se ha erigido una vez más como hub del Mediterráneo, congregando a representantes políticos, líderes económicos y empresariales, emprendedores, inversores, investigadores y expertos internacionales que compartían el mismo deseo de participar activamente en la creación de un futuro mejor para todos.
MedaWeek se ha erigido como un gran escaparate para mostrar las historias de éxito de la revolución tecnológica, social y medioambiental
Las delegaciones económicas y empresariales de más de 30 países representadas en Barcelona coincidieron en la necesidad de potenciar la colaboración público-privada para buscar soluciones conjuntas a los nuevos desafíos derivados del contexto geopolítico actual. Además, destacaron el papel crucial que juega Barcelona para construir puentes con África, Europa y Asia a partir del diálogo y la cooperación.
Este gran foro económico de Barcelona se ha consolidado como el principal altavoz del sector privado del Mediterráneo. Durante las dos jornadas del certamen se han conocido múltiples historias de éxito procedentes de diferentes países y sectores. Ha sido una excelente oportunidad para compartir estas experiencias y aplicarlas a otros países, así como para fomentar conexiones empresariales y acercar el Mediterráneo a mercados con grandes oportunidades de negocio, como son África subsahariana, el Golfo y Canadá, con sectores emergentes de referencia mundial.
El éxito y la razón de ser del MedaWeek sigue siendo la capacidad de reunir en Barcelona al sector privado del Mediterráneo, debatir los desafíos actuales y futuros de la región y analizar y consensuar acciones conjuntas para dar solución a cuestiones urgentes tanto a nivel regional como global.
El trabajo debe seguir. Los conflictos actuales y futuros no detendrán la batalla por un Mediterráneo más próspero y sostenible
Esta Plataforma construida en Barcelona es una gran conversación Mediterránea y global, que representa a todos los agentes económicos e institucionales de Europa, Oriente Medio y África, lo que es extremadamente importante para comprender cómo avanza la geoeconomía.
La única manera de prosperar, de conseguir más competitividad empresarial y garantizar una transición sostenible y digital exitosa es invirtiendo en el desarrollo económico, en los jóvenes y en las mujeres, en la paz y en el diálogo. Espacios como MedaWeek ayudan a promover el cambio en la región, fomentar el diálogo, la cooperación y el entendimiento para impulsar la transformación del Mediterráneo, crear escaparate para las empresas emergentes que tienen un impacto clave en la sociedad, pero también de las iniciativas relacionadas con la transformación digital y con la economía verde y azul.
A pesar de la incertidumbre derivada del contexto geopolítico actual, la resiliencia y el optimismo de la comunidad empresarial mediterránea ha hecho posible vislumbrar con optimismo el futuro de la región. Pese a la coyuntura actual, hay espacios para la esperanza. El mensaje es que el trabajo debe seguir. Los conflictos actuales y futuros no detendrán la batalla por un Mediterráneo más próspero y sostenible.