Sería recurso fácil apelar a la frase (Romanos 11, 33) de la Biblia y sentenciar con impertérrita seguridad “Los caminos de la IA son inescrutables”. Pero no caeré en la tentación (Mateo 6, 13) y dedicaré el resto de mi columna dominical aquí en este ON ECONOMIA a una eventual predicción de cuál serán las vías a través de las cuales la Inteligencia Artificial cambiará nuestras vidas.

Porque vaya por delante que en ese aspecto no tengo duda alguna. No hace falta ser un genio ni un gurú para darse cuenta de que la revolución que la IA generativa va a producir en nuestras vidas va a ser del mismo calado que fue la llegada de Internet y, posteriormente, de la fibra óptica. La diferencia es que la IA generativa ya ha nacido con líneas de alta velocidad, por lo que su adopción social y empresarial va a ser mucho más rápida.

Creo, sin embargo, que andamos todos muy despistados de cómo se van a producir los cambios. Es muy difícil realizar predicciones con tecnologías disruptivas y está claro que la IA generativa lo es. Pero lo que sí podemos hacer es partir de los usos y hábitos actuales para comprender cómo se producirán los cambios. Necesitamos, antes que nada, identificar dimensiones donde opera la IA.

Y la primera de estas dimensiones es la de los buscadores. Llámese Google, Yahoo, Bing, Baidu o Yandex, Chat GPT está ya funcionando como un buscador. Su espacio de oportunidad y ventaja competitiva son específicas. Cuando deseamos encontrar una entrada concreta o un video o una noticia o una ubicación o una combinación de transportes públicos seguiremos utilizando los buscadores. Cuando deseemos saber sobre algo muy reciente que ha ocurrido, también. Pero Chat GPT es infinitamente mejor cuando lo que queremos es vincular diferentes piezas de información, cuando deseamos que alguien concluya por nosotros o establezca las primeras hipótesis y resúmenes de la infinita información acumulada en la red, cuando deseamos preguntar y concluir, cuanto queremos que se filtre y seleccione, que se condense lo relevante, cuando queremos que la máquina ponga en un solo párrafo datos o palabras sobre un tema en cuestión. Digamos que Chat GPT va a cambiar la forma en que nos preparamos, nos situamos, nos orientamos. Será esa especie de becario a quien primero le damos todo el papeleo, las revistas, recortes, datos, revistas, fuentes secundarias, y decimos: extrae lo relevante y ordénalo.

No es poco. Porque esa tarea consume mucho tiempo y ahora podrá hacerse a gran velocidad. De esta forma, las personas podremos dedicar más tiempo a profundizar, pensar, concluir, ahondar. La IA nos hará, en este sentido, más inteligentes.

La segunda dimensión es la que podríamos definir utilizando el famoso eslogan que tanta fama dio a Intel: “Intel Inside”. La IA va a estar “dentro de”. ¿Dentro de qué? Pues de todo o prácticamente todo. Cualquier software, cualquier aplicación, cualquier programa, una acción de marketing, promociones, sugerencias a clientes, servicios de atención al cliente por texto o por voz automática, procesos de fabricación, organización logística, toma de decisiones empresariales, sociales o personales, algoritmos de redes sociales, personalización de la información… La lista es interminable. Si bien muchas de estas aplicaciones ya empleaban la IA no generativa, ahora, con la generativa se introduce un factor adicional. La máquina ya no solo organiza la información y toma decisiones automatizadas, sino que es capaz de implementarlas en el sentido de comunicarlas tanto en forma de texto, audio o video.

Y esa es la gran diferencia. Los ordenadores no solo ordenan información, ahora nos hacen llegar sus decisiones de una forma pseudohumana, con lo que la interacción con la máquina va a ser exponencial.

Pasaremos de leer un libro a hablar con un libro, por ejemplo.

Pasaremos de ver una película a comentarla con la propia película.

Pasaremos de navegar por Instagram a hablar con Instagram y que éste nos sugiera, prepare y guíe por la red social en forma de diálogo activo con nosotros mismos.

Desde luego, la interacción con humanoides va a ser cuestión de tiempo.

Pero se me va la imaginación. Los caminos de la IA generativa son simples y pueden resumirse en uno solo: la máquina realizará funciones humanas alrededor de la información, la organización e interacción con la misma.

Cambiará la forma en que tomaremos decisiones y nos relacionaremos con el mundo. El ser humano va a evolucionar de una forma irreversible. Habrá un antes y después de muchas cosas. Este es un paso de página histórico. Como cuando pusimos el pie en la Luna, nació la electricidad o el telégrafo cruzó el Océano. Es un momento estelar de la Humanidad, que diría el gran Stefan Zweig.