La CNMC nubla el camino del Sabadell

- Xavier Alegret
- Barcelona. Lunes, 17 de marzo de 2025. 05:30
- Tiempo de lectura: 3 minutos
La opa del BBVA al Banc Sabadell está a punto de superar una nueva fase, pero el camino se está nublando cada vez más. La actuación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que no ha escuchado al tejido empresarial catalán, y apenas al Banc Sabadell, está levantando mucha polvareda, no solo en Catalunya sino también en Madrid. El gobierno español no enmendará el informe de la CNMC en lo que respecta a competencia, dejará que termine su trabajo, pero tendrá su momento para poner medidas adicionales. La llamada fase 3.
En el entorno del banco catalán han transitado desde la satisfacción, cuando la CNMC pasó el estudio de la opa a la fase 2 y mostró todas las dudas que le generaba, hasta la incredulidad, al ver cómo no aceptó que se personaran más de 70 entidades que representaban empresas y colectivos afectados por la opa. Ahora, además, ven cómo se filtra que los argumentos del Banc Sabadell tampoco han sido acogidos y que la decisión ya está tomada, sin muchos más condicionantes que los que se establecieron en la fase 1.
Parece claro que Competencia está esperando para emitir su dictamen a que pasen las juntas de accionistas ordinarias del Banc Sabadell y el BBVA, que se celebran este jueves y viernes respectivamente. A partir del 21, pueden publicar las conclusiones y exigencias en cualquier momento, siempre que la justicia no imponga medidas cautelares ante el recurso de Foment del Treball.
Lo que se espera no gusta al banco catalán. La CNMC ha utilizado la misma metodología que estrenó en la fusión de CaixaBank y Bankia, buscando duplicidades código postal por código postal. Pero era una operación bastante diferente, ya que se trataba de dos bancos muy fuertes en el negocio de particulares, por lo que el análisis por códigos postales tenía sentido. En el caso de BBVA y Banc Sabadell, las duplicidades se encuentran, sobre todo, en empresas, y especialmente en el segmento pymes, que es la especialidad del banco catalán y en la que el vasco también tiene presencia.
La actuación de la CNMC, que no ha escuchado al tejido empresarial catalán, y apenas al Banc Sabadell, está levantando mucha polvareda
El problema de los códigos postales en empresas es que, o hablamos de una tienda, o el método hace aguas, porque la mayoría de empresas, incluso pymes, se mueven y trabajan en muchos códigos postales diferentes, por lo que hay que mirar la concentración con un criterio que ofrezca una imagen más amplia, tanto territorial como de tipo de negocio bancario. Esto, sin embargo, es más complejo, implica buscar otra fórmula, dedicarle más tiempo y más recursos.
Tampoco se aceptó escuchar a más de 70 asociaciones que solicitaron personarse al considerarse afectadas. La ley de opas establece que cuando una operación pasa a fase 2, los afectados pueden tener voz. El problema es que no concreta la definición de afectados, y la CNMC la restringió al Banc Sabadell, el banco opado. Las asociaciones se quedaron con cara de tontos al ver cómo las ignoraban y algunas, como Foment o la Asociación de Accionistas Minoritarios del banco, han acudido a la justicia. La Audiencia Nacional ya ha admitido la demanda de la patronal catalana.
Si no ha escuchado a las pymes, ¿a quién ha escuchado la CNMC? Su test de mercado se limita a preguntar a la competencia. Esperar que alguien que puede beneficiarse del hecho de que desaparezca uno de los cuatro principales bancos de España ponga trabas a la operación quizá es esperar demasiado. El Banc Sabadell sí pudo aportar sus argumentos en contra de la opa, pero parece que a Cani Fernández, presidenta de la CNMC, y su equipo, le entraron por un oído y le salieron por el otro. El banco catalán pidió que se estudiara la concentración de mercados por segmentos de clientes y no por códigos postales.
En cuanto a los remedies, no variarán mucho, o nada, de los expresados en la fase 1, que excluyen medidas estructurales, como la venta de negocio, y se limitan a compromisos, que tienen dos problemas: son temporales y requieren supervisión. Por ejemplo, mantener los precios o los productos a los clientes del Banc Sabadell durante un tiempo determinado, como 18 meses. Pero si una empresa va mal o deja de ser solvente, ¿también podrá renovar la póliza en las mismas condiciones? Y una vez pasados los 18 meses, ¿los clientes se encontrarán ante un escenario incierto? ¿Y quién controlará que se cumplan los acuerdos? Es un terreno poco concreto.
La opa está a punto de superar una fase, que parecía la crucial, pero sigue lejos del final y la resolución cada vez se vislumbra más compleja
El resultado de la CNMC está decidido y no gusta al entorno del banco catalán. El gobierno español, por su parte, dejará hacer a la institución, que aunque es pública, actúa autónomamente. Pero después tendrá su momento. Las fuentes consultadas creen que no cuestionará a la CNMC, es decir, que no pondrá trabas a las cuestiones de competencia, ya que podría considerarse una enmienda a un organismo independiente.
El Consejo de Ministros sí intervendrá en otros ámbitos, como la inclusión financiera y la cohesión territorial, alegando interés general. De hecho, en las últimas ocasiones en las que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha hablado de la opa, ha tratado el tema territorial. Lo que queda claro es que a Pedro Sánchez no le interesa la operación, ya que la desaparición del Banc Sabadell echaría por tierra su discurso, compartido con Salvador Illa, de que los socialistas han traído la normalidad y la confianza empresarial y económica a Catalunya.
La opa, por tanto, está a punto de superar una fase, que parecía la crucial, pero sigue lejos del final y la resolución cada vez se vislumbra más compleja. Este culebrón tendrá más capítulos.