Las grandes caídas que hemos visto esta semana en los mercados, en especial para el sector bancario, parecen no frenar al BCE en su intento de bajar la inflación con otra subida de medio punto en los tipos de interés. Aunque Lagarde no se ha pronunciado sobre otra posible subida para las próximas reuniones, ha dejado constancia de que proporcionará la liquidez necesaria para responder a una posible crisis bancaria.

Esta semana está siendo histórica, después de la quiebra del Signature Bank y el Silicon Valley Bank, Credit Suisse (CSGN) pedía el miércoles un rescate que le fue concedido por el Banco Central Suizo por un valor de 45.000 millones de dólares. A pesar de que esta noticia fue bien recibida y calmó las aguas, el riesgo sistemático y las previsiones para el sector financiero han creado, y cito a la agencia de calificación crediticia Moody's, un "entorno operativo que se deteriora rápidamente".

Es fundamental saber que la gran mayoría del riesgo sistemático del sector bancario se debe al hecho de la interconexión entre entidades financieras y las reservas fraccionarias. Los bancos toman el dinero de sus depositarios e invierten gran parte de ese dinero en el mercado de bonos para obtener beneficios, pero los bancos centrales han subido los tipos de interés a un ritmo y una velocidad histórica, provocando enormes caídas en los precios de los bonos, y estos bancos no han estado informando de las pérdidas en el último año hasta ahora, cuando se han visto obligados a hacerlo debido a la falta de liquidez para compensar el gran volumen de retiradas de fondos.

Uno de los principales motivos de estas retiradas ha sido que, durante los últimos 20 meses consecutivos, los aumentos salariales no han seguido el ritmo de la subida de la inflación y, al perder poder adquisitivo, los ciudadanos han tenido que tocar sus ahorros, lo que ha provocado que los bancos vendieran sus inversiones en bonos a unos precios mucho más bajos.

En Estados Unidos, la Reserva Federal ha intervenido los bancos en quiebra y les ha ofrecido una solución para sus problemas de liquidez, ya que estos bancos al vender sus bonos generaron pérdidas y por tanto no podían hacer frente a las retiradas. La Fed se ha ofrecido a comprar sus bonos al precio inicial para que puedan pagar el dinero de sus depositarios. Es decir, si los compraron a 100 dólares y al momento de vender estaban en 95 dólares, les ha ofrecido la oportunidad de comprárselos a 100 dólares para que puedan pagar el dinero a sus depositarios.

En cuanto a la situación de estos bonos, la gran mayoría son bonos del Tesoro de EE.UU. (US10Y) respaldados y garantizados por el gobierno de los Estados Unidos, por lo que mientras la Fed los conserve hasta su vencimiento, recuperarán ese precio de 100 dólares. Ahora bien, esto es un parche a corto plazo, no creo que la Fed pueda aplicar esta medida a todos los bancos a escala nacional, por lo que es probable que se incorpore una mayor regulación de los bancos para asegurarse de que siempre tengan suficiente liquidez, con cash flows suficientes para hacer frente a posibles grandes retiradas, independientemente de lo que ocurra con los precios de los bonos. Aunque más regulación también significa menos rentabilidad para los bancos en el futuro.

Por otro lado, hay tres tipos de activos en concreto que son muy sensibles a la economía y en estas últimas dos semanas nos han dado varias señales importantes para las perspectivas económicas, me refiero al petróleo, al oro y al bono del Tesoro de los EEUU a 10 años.

El petróleo es uno de los activos más sensibles a la economía: cuando la economía se contrae, los precios del petróleo se desploman porque, bueno, hay menos gente transportando productos y mercancías. En 2008, el petróleo bajó un 75% y en estas últimas dos semanas ha caído un 18%.

El oro, un activo refugio por excelencia, en momentos de incertidumbre económica y pánico, es un valor que ha ofrecido una alternativa de rendimiento o cobertura a la inflación. En las dos últimas semanas el oro ha subido un +6%.

El bono del Tesoro a 10 años, se trata de un bono garantizado por el gobierno de los Estados Unidos, históricamente ha atraído grandes volúmenes de compra en tiempos de desaceleración económica debido a su elevada seguridad. En 2008 subió un 20% y en estas últimas dos semanas ha subido más de un 5%, lo que supone una subida enorme para este tipo de activo.

Habrá que estar atentos a cómo evoluciona la situación con Credit Suisse, ya que se trata de un banco con un impacto sistémico bastante importante en Europa, ya que cuenta con 1,4 billones de dólares en activos, y aunque la reciente financiación es algo positiva para su liquidez, los CDS (Credit Default Swaps) de la entidad cotizan con una probabilidad de impago de casi el 50%. Quizás una fusión con un gran banco comprador estadounidense podría ser una solución viable en un futuro próximo.

Las acciones de los gobiernos y bancos centrales serán cruciales para mejorar está situación y ayer ya vimos cómo las bolsas acogían bien el plan de rescate del banco estadounidense First Republic Bank, con una financiación de 30.000 millones de dólares entre JP Morgan, City y Bank of America para evitar una quiebra que muchos inversores temían.

En fin, en las próximas semanas veremos si se restaura la calma en los mercados para evitar que la situación empeore aún más.