La falta de remuneración del ahorro centra el debate en el sector bancario desde hace algún tiempo. Por el momento, las entidades se muestran reacias, aunque cada vez son más las voces que urgen hacerlo cuanto antes. Una de ellas, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, quiere que las entidades financieras trasladen la subida de tipos a la rentabilidad de los depósitos, no solo al coste de los créditos.

Ante este escenario, francamente inusual, la subida de los tipos de interés por parte del BCE en su particular lucha contra la inflación ha supuesto que el euríbor encadene más de un año de subidas consecutivas, cerrando el pasado mes de mayo con una media del 3,86% y situándose en tasas diarias por encima del 4% durante este mes de junio.

Esta subida tan pronunciada tiene un impacto directo en el coste de las hipotecas y los préstamos, su traslación en precio es automática, pero ¿por qué los bancos continúan sin remunerar los depósitos de los ahorradores a tasas similares al euríbor?

Si analizamos de manera resumida el balance de un banco, veremos que, desde el punto de vista del pasivo, un banco se financia gracias a los depósitos de los clientes y la deuda que emite. Por contra, los activos de un banco, en especial los activos rentables, son los préstamos, las líneas de crédito a empresas, las hipotecas que ha concedido a sus clientes, etc. Si un banco tiene mucha liquidez, no tiene necesidad de financiarse, al menos a corto plazo.

En el presente escenario, por un lado, la ralentización del crédito que estamos viviendo, y en especial del crédito hipotecario, supone que las entidades financieras no necesiten financiarse mediante depósitos bancarios, ya que tienen un exceso de liquidez derivado de las políticas expansivas pre- y poscovid del BCE y, por otro lado, el hecho de que el impacto del tipo de interés en el crédito sea trasladable al cliente de manera inmediata, aumenta la rentabilidad del activo, y se traduce en un aumento del beneficio para la entidad financiera.

Por lo tanto, de manera resumida, si no necesito financiarme, tengo liquidez, y mis activos son más rentables, ¿Por qué debería pagar más por los depósitos y perder rentabilidad?

En medio de este escenario, las entidades bancarias de pequeño tamaño, que no disponen de tanta liquidez como la gran banca, han visto su oportunidad para crecer y captar clientes, lanzando depósitos con rentabilidades cercanas a las letras del tesoro, ahora bien, debemos recordar que los depósitos bancarios no están exentos de riesgo, tienen el riesgo de la entidad, y aunque el Fondo de Garantía de Depósitos nos cubre los primeros 100.000€, ya hemos visto que los depósitos son lo primero que se retira cuando una entidad tiene problemas, y para muestra solo debemos fijarnos en la crisis bancaria de Estados Unidos.

Las soluciones de retribución de nuestros ahorros que la gran banca nos ofrece hoy en día pasan por cuentas remuneradas, y productos fuera de balance como los fondos de inversión o los seguros de ahorro, pero a medida que la liquidez del sistema bancario se vaya drenando, y las necesidades de financiación aumenten, el sector entrará en una nueva guerra de remuneración de depósitos y captación de clientes, pero mientras esperamos, siempre nos quedarán las Letras del Tesoro.