Los efectos de la guerra comercial

- Joan Torras Ragué
- Barcelona. Martes, 8 de abril de 2025. 05:30
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El reciente escenario de guerra comercial ha desatado el pánico en los mercados financieros y ha desconcertado a los analistas, pues pocos podían prever que el alza arancelaria sería tan contundente como la que se anunció el pasado 2 de abril. Después de las caídas generalizadas de los mercados a lo largo de los últimos días, y las que se prevén en las próximas sesiones, entramos en un escenario incierto donde dependiendo de cuánto tiempo dichos aranceles se mantengan y de la capacidad negociadora de los países afectados, la guerra comercial impactará, en mayor o menor medida, en el crecimiento económico mundial.
En este escenario, a corto plazo es importante denotar que el primer país afectado será Estados Unidos; dichas medidas ya están teniendo un impacto negativo en la confianza empresarial del país, los aranceles disminuirán los beneficios de las empresas americanas, y la inflación se verá afectada dependiendo de si los fabricantes deciden trasladar todo el coste arancelario al consumidor o lo asumen contra su cuenta de resultados. Otra derivada de los aranceles impuestos por Estados Unidos es la incertidumbre subyacente en el proceso de negociación país a país, y aunque Trump ha afirmado que sería flexible negociando, la incertidumbre incrementará la volatilidad en los mercados financieros. A medio plazo, una guerra comercial sostenida podría derivar en hacer entrar a la economía americana en recesión.
El movimiento de Trump muestra su capacidad negociadora y su poder, anclando al resto de países a su propuesta, sobre la cual se va a negociar
Ya vimos la semana pasada como el S&P500 cerraba con una caída cercana al 10%, acumulando una pérdida anual del 13%; el sector tecnológico, de la mano del Nasdaq, registraba unas pérdidas del 9,8%, acumulando una caída anual del 17%, y el resto de los índices a nivel mundial caían al unísono. El movimiento de flujos de inversión que está produciendo el escenario en que nos encontramos es notable, pues hay una traslación de flujos de la renta variable hacia la búsqueda de activos refugio, como puede ser la renta fija o el oro, y la mayoría de las casas de inversión están infra ponderando la renta variable en sus carteras, cosa que hace prever que mientras no se equilibre todo, el mercado puede continuar agitado.
En el caso de Europa, ya hemos visto como el Eurostoxx borraba todas sus ganancias de este año, acumulando una caída del 8,6% la semana pasada, aunque se cree que el impacto de la guerra comercial va a ser más suave que en Estados Unidos. Evidentemente, los aranceles van a reducir el crecimiento y se está a la expectativa de ver cómo impactan sobre la inflación de la eurozona, pero a falta de ver cómo se va a abordar el proceso negociador al que Trump quiere forzar, el hecho de que la Unión Europea esté apostando e invirtiendo fuertemente en sectores como defensa o infraestructuras puede favorecer que se mantenga parte del crecimiento económico, el cual la aplicación de los aranceles podría comprometer.
Este movimiento de Trump muestra su capacidad negociadora y su poder, anclando al resto de países a su propuesta sobre la cual se va a empezar a negociar; ya que dichas tarifas van a tener que ser negociadas unilateralmente. Los aranceles aplicados son una propuesta de máximos para ejercer presión sobre multitud de países, los cuales van a intentar negociar para minimizar así la presión arancelaria que recae sobre ellos, y llegar a un nuevo status quo. Los aranceles tal y como se presentaron van a ir negociándose hasta llegar a una nueva situación de equilibrio.
No sería la primera vez que Trump empeora la situación económica al inicio de su mandato para erigirse como el salvador de América
La lógica podría hacernos pensar que estamos ante un arrebato proteccionista excesivo, y que los aranceles pueden tener un efecto devastador en la economía mundial, pero si vamos un paso más allá, parece que estamos ante el pretexto perfecto para conseguir desacelerar la economía americana de manera suave, continuar con la política de recorte de gastos de la Administración Trump, y ante el menor crecimiento, forzar una serie de recortes de tipos de interés por parte de la Reserva Federal Americana. ¿Para qué? Para intentar refinanciar la deuda de los Estados Unidos, que vencerá el próximo año a unos costes mucho más atractivos que los que se hubiera encontrado hoy en día. El impacto de esta estrategia será asimétrico a nivel mundial, perjudicando sobre todo a los países más dependientes de Estados Unidos, y en menor medida a las economías más interconectadas y abiertas, pero una vez la deuda americana quede refinanciada, será el momento para reflotar la economía con medidas expansivas y anotar buenos crecimientos en los mercados de renta variable de cara a la segunda mitad del mandato de Donald Trump.
Recordemos que es el tipo de interés el que determina el coste de la deuda de un país, y como más bajo sea este, más barato nos sale refinanciar la deuda, o, en otras palabras, menor es el coste de esta. No sería la primera vez que Trump empeora la situación económica al inicio de su mandato para erigirse como el salvador de América a finales de este.
Sea como sea, el entorno descrito es un entorno donde la prudencia y la tranquilidad deben imperar, estamos ante un escenario de incertidumbre y no debemos ponernos nerviosos ni tomar decisiones precipitadas, ya que, como en cualquier caída abrupta de mercados, siempre se generan oportunidades de compra, se abren nuevos descuentos que hacen atractiva la entrada en un valor concreto, y surgen nuevas posibilidades para reposicionar nuestras carteras. Dicho esto, es momento de centrarnos en el corto plazo, ver cómo evolucionan los índices, ver cómo evoluciona la economía americana, tener liquidez y estar preparados.