Quienes me siguen en esta columna dominical de ON ECONOMIA sabrán que me apasiona el asunto de las competencias directivas. Las capacidades de la persona, sus puntos fuertes y dónde está su talento.

Las personas somos todas distintas y cada profesional acaba por encontrar la organización o el sector de actividad donde sus capacidades brillan más. Cada persona tiene su sitio. Pero me preguntaba esta semana si existe una capacidad clave. Es decir, si hay una capacidad que sea superior a todas las demás, en el sentido de que es determinante. La capacidad que realmente explica que un profesional sea superior a los demás en la dirección de empresas y organizaciones.

Creo que esa capacidad existe. Y me gustaría llamarla la capacidad sistémica. ¿En qué consiste? Hagamos una analogía con el cuerpo humano. El cuerpo humano es un conjunto de elementos relacionados entre sí. Es un sistema donde una cosa afecta a otra y todo está relacionado. Un aumento de presión sanguínea puede causar un problema en un órgano y este, a su vez, producir otro efecto en otra parte del cuerpo con un síntoma que nada tiene que ver con el aumento de presión. Del mismo modo, incluso sin sucedernos nada y estar sanos, si decidimos, por ejemplo, que queremos correr una maratón dentro de seis meses y nos ponemos a entrenar, nuestro cuerpo iniciará toda una serie de cambios, musculares, cardiovasculares, de hidratación, etc. que requerirán medidas en alimentación, recuperación, estiramientos o lo que haga falta.

Una empresa se decide como un sistema dinámico de elementos interrelacionados, compuesto por personas, recursos, procesos y objetivos, que trabaja de manera coordinada para producir bienes o servicios, generar valor y satisfacer necesidades en un entorno cambiante. Es decir, similar al cuerpo humano, la empresa en sí no es nada. Es el resultado de las múltiples interacciones entre infinidad de pequeños elementos.

Una empresa se decide como un sistema dinámico de elementos interrelacionados, compuesto por personas, recursos, procesos y objetivos

Cuando un todo se compone de muchas cosas y todas ellas están interrelacionadas, el número de combinaciones posibles entre sus elementos es casi infinito. El buen médico es aquel que conoce bien cómo son dichas interrelaciones y, lo más importante, es capaz de priorizar y determinar cuáles deben gestionarse a partir de la aparición de síntomas, de una patología o, simplemente, de un plan de entreno relevante.

Creo que la capacidad fundamental del directivo, la mayor competencia empresarial de un profesional, si es que existe una, es precisamente esta: la capacidad de dilucidar y determinar, de forma anticipada, antes de que ocurra, lo que va a pasar en una organización a medida que surgen problemas o se plantean retos. Si, por ejemplo, una empresa ve caer las ventas de su principal producto, empezarán, al igual que en el cuerpo humano, a estropearse otras cosas. ¿Cuáles? Y, de todas ellas, ¿a cuáles es a las que hay que prestar atención? ¿Cuáles van a arreglarse cuando accionemos los planes de respuesta? “Tómese esto para el hígado, beba tres litros de agua al día y se arreglarán todos los problemas derivados de ahí”. Esa capacidad de diagnosticar, no ya el problema, sino los elementos únicos que deben accionarse.

Para ello se requiere una capacidad sistémica. Es decir, sin anotar nada, sin ordenadores ni hojas de cálculo, sin reuniones y sin más que la inteligencia humana, ser capaces de, tras escanear a la velocidad de la luz nuestro cerebro, las relaciones sistémicas de la empresa o la organización, decir: “Esto es lo importante. Abordemos estas cuatro cosas". Siguiendo con nuestro ejemplo de la caída de ventas, el profesional con visión sistémica dirá: “Abordemos la motivación del equipo de ventas”, “convoquemos a los principales distribuidores para ajustar el precio”, “revisemos el plan de producción” y “aumentemos la línea de crédito del banco”.

Solo los grandes directivos saben dónde hay que pulsar. Igual que los grandes médicos

Es decir, ha sido capaz de identificar todo aquello del gran cuerpo humano que es la empresa que requiere ser modificado y abordado. La bajada de las ventas, en realidad, afecta a todo. Pero solo los grandes directivos saben dónde hay que pulsar. Igual que los grandes médicos.

Visión y capacidad sistémica.

Creo, sin duda, que es la competencia más importante de todas cuantas hay.

¿La tengo? ¿No la tengo? ¿Se desarrolla?

Creo que esto ya daría para otro artículo, si no un libro entero. Por no dejar las cuestiones sin responder, diría que se aprende y puede mejorarse. Pero que, como la música, la danza y otros artes, hay una parte innata.