Cuando lo más racional y conveniente a nivel europeo es alcanzar un mercado interno de servicios financieros en la zona euro, que esté más integrado con el fin de garantizar la viabilidad económica y financiera, en la España autonómica la noticia es si la opa hostil del BBVA sobre el Sabadell finalmente prosperará o no, y que el BBVA no tiene un plan B si la opa hostil al Banc Sabadell no sale adelante y que continuará con el crecimiento orgánico. Es decir, estrategias financieras localistas, de patio de escuela, en lugar de europeístas. Cuando lo que hace falta, y más pronto que tarde, es conseguir una verdadera unión bancaria a nivel europeo.

Según las últimas noticias, la opa se tambalea peligrosamente, ante las numerosas incertidumbres que rodean la operación y los extensos plazos a que apunta su resolución final. Mientras tanto, la cotización del BBVA pierde desde el inicio un 15% en el IBEX-35, y el Sabadell gana un magro 2%. Como la opa está planteada mediante un intercambio de acciones (1 título de BBVA por cada 4,83 acciones de Banc Sabadell), la caída del banco vasco ha reducido la prima inicial del 30% hasta un 7%, según ha calculado Bloomberg Intelligence. Debido a la caída de la prima y el estrechamiento de los diferenciales, no hay garantía de éxito. La evolución de la cotización en la bolsa de los dos bancos, la celebración de la junta de accionistas del BBVA en la que se someterá a aprobación la ampliación de capital este mismo viernes, y los resultados trimestrales que presentarán a finales de julio, serán determinantes de cara a este proceso endogámico del sistema financiero español.

Pues mientras en España estamos entretenidos con esta operación hostil, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE), como cada año, organizaron el 18 de junio una conferencia conjunta de alto nivel sobre temas actuales importantes de cara a la integración financiera europea. Al mismo tiempo se publica la revisión anual de la [European Financial Stability and Integration Review 2024] y también el informe bianual elaborado por el BCE sobre el grado de integración y la estructura financiera en la zona del euro. En su informe destacan que la culminación de la unión bancaria y la unión de los mercados de capitales es crucial. En cambio, manifiestan que el avance en la integración financiera de la zona euro desde el inicio de la unión monetaria ha sido decepcionante. Reclama el informe políticas con el fin de movilizar el ahorro —¿cómo puede ser que en España la remuneración del ahorro sea tan escasa comparada con otras entidades bancarias de otros Estados?— y desarrollar mercados de renta fija y de renta variable de la zona del euro.

Mientras en la España autonómica estamos entretenidos con la opa al Sabadell, el BCE advierte que la integración financiera en el euro es decepcionante

Hay que avanzar, de verdad, en un mercado interno de servicios financieros en la zona euro más integrado con el fin de garantizar la suficiencia económica y financiera. Necesidad que es más crucial ante la creciente demanda de inversiones para hacer frente a retos comunes, como la transición verde y digital, el envejecimiento de la población y la provisión de vivienda —tanto de compra como de alquiler— a precios sostenibles.

Unos de los retos pendientes en el sector bancario, según el BCE —y con el que no puedo estar más de acuerdo—, es el de las fusiones transfronterizas a nivel europeo —y no a nivel estatal— y al mismo tiempo armonizar los marcos regulatorios y los requerimientos de información. Y es que las fusiones transnacionales son condición necesaria de cara a una mayor integración financiera europea. ¿Cómo puede ser que teniendo una moneda única (el Euro), un banco central europeo (el BCE) que dicta una política monetaria única con un tipo de interés único fijado por el BCE, y, en principio, la existencia de un marco europeo de supervisión y una serie de requisitos prudenciales y de resolución, como los requisitos del capital de los bancos, de liquidez y de absorción de pérdidas, el Fondo de Garantía de Depósitos sea de ámbito nacional y no europeo? Pues por una excesiva connivencia entre deuda pública y sistema financiero nacional. Y la crisis financiera que vivimos y el rescate bancario en España puso de relieve el círculo vicioso existente entre riesgo soberano y riesgo bancario. Un fondo de garantía de depósitos (FGD) a nivel comunitario es fundamental para la estabilidad financiera (protección al depositante), de otra manera se producen diferencias entre países que favorecen deslocalizar el ahorro y eso afecta a la estabilidad financiera.

Unos de los retos pendientes en el sector bancario es el de las fusiones transfronterizas a nivel europeo, y no a nivel estatal

Con las crisis se producen retrocesos en la integración, el mercado financiero se fragmenta más (se produce un sesgo doméstico) y la fragmentación afecta al proceso de transmisión de la política monetaria, ya que las variaciones en los tipos de intervención no se transmiten por igual en todos los países.

Hace falta que durante esta nueva legislatura europea la materialización de un fondo de garantía de depósitos comunitario sea una de las prioridades. Y también que se pongan en marcha las medidas específicas para hacer efectiva la creación del mercado único de capitales en la UE.

¿Cuándo el mercado financiero europeo estará verdaderamente integrado?

Cuando, con independencia de la localización geográfica, los agentes económicos —empresas y ciudadanos— tengan igualdad de acceso a las fuentes de financiación, como préstamos, etc. Eso implica que se cumpla la regla de un solo precio (mismos tipos de interés de productos homogéneos), ya sea tanto de préstamos como del ahorro, que sean idénticos y que no haya un sesgo doméstico en las carteras. ¿Y por qué es tan importante la integración financiera en nivel europeo? Porque favorece el desarrollo financiero y el crecimiento económico.