Es país para viejos
- Fernando Trias de Bes
- BARCELONA. Domingo, 6 de octubre de 2024. 05:30
- Tiempo de lectura: 3 minutos
España es el cuarto país de Europa con más seniors. Una de cada cinco personas tiene más de 65 años y la proporción, de mantenerse constante la tendencia, va a ir aumentando progresivamente hasta alcanzar la friolera de que una de cada tres personas esté por encima de tal edad. Faltan unos 25 años y está claro que, antes de que eso suceda, la economía se autorregulará. La inmigración traerá personas jóvenes en edad de trabajar y la natalidad se corregirá. También puede producirse algún tipo de pandemia que, como sucedió con el Covid, afecte más a los mayores. En España, el 85% de las muertes por Covid se produjo entre mayores de 65 años. Así que, aunque la hipótesis que he formulado pueda parecer salvaje, es un hecho que hemos vivido recientemente y, de forma habitual, nuevas cepas de gripes, enfermedades cardiorrespiratorias y resistencia a los antibióticos corrigen o retrasan los increíbles aumentos de esperanza de vida que en este siglo hemos alcanzado.
Pero no pensemos en lo peor y supongamos que nada sucederá. ¿Está el envejecimiento cambiando el ahorro y el consumo en España? La respuesta es que sí. Las personas mayores, antaño, ahorraban y después gastaban el ahorro durante la vejez. En la actualidad, nadie piensa que se le va a llevar por delante una enfermedad vírica asiática o africana, y cuando vas a un tanatorio y preguntas "¿qué edad tenía?", si te dicen 76 años, dices: “Era joven”. Si te dicen 81 años, dices o piensas: “Pues no era tan mayor”. Solo a partir de 86 afirmas: “Bueno, ha vivido”.
España es el cuarto país de Europa con más seniors. Una de cada cinco personas tiene más de 65 años, y en unos años será uno de cada tres
Este hecho forma parte ya de nuestra percepción del tiempo que podemos vivir, así que hoy en día, un pensionista con ahorro se gastaba lo que tenía en menos de 15 años. Ahora, reduce el gasto para que le dure más de 20 años. Como resultado, tenemos personas retiradas, con ahorro, pero con pautas de consumo y gasto menores. Por otro lado, las políticas laborales de España han ido encaminadas a fomentar el trabajo juvenil, así como los empleos de bajo valor añadido. Los puestos de trabajo bien remunerados, con la excepción de algunos perfiles STEM, se cubren. El problema, si hablamos de volumen, está en el transporte, la construcción, la hostelería y las tareas para empresas de servicios en las áreas de bajo valor añadido (limpieza, manutención, etc.).
Esta capa de población es la que ha entrado en mayor medida al mercado laboral. A pesar de los aumentos salariales de las últimas reformas laborales, es una masa de trabajadores que tiene una capacidad de gasto muy limitada, especialmente por el coste de la vivienda y los aumentos de inflación que han superado al coste de la vida en los últimos años.
Antes, un pensionista se gastaba lo que tenía en menos de 15 años. Ahora, reduce el gasto para que le dure más de 20 años
Como resultado de todo ello, tenemos un país que ahorra más de lo que gasta, que el ahorro se concentra en los más mayores y que estos mayores lo van a gastar a un ritmo menor. La clase media, por tanto, se estrecha. Venía estrechándose desde la primera crisis financiera, pues las rentas que mejor desempeño han tenido han sido las rentas de activos: bolsa, dividendos y rentas inmobiliarias. Estas van a parar a las clases más altas y a las que concentran más riqueza patrimonial.
España no va peor, a pesar de los últimos datos del mercado laboral, donde se ha detectado una importante desaceleración. Pero España va distinta. Hay más gente trabajando, pero tenemos cada vez más proporción de personas con poca capacidad de gasto y muchas con un ahorro que no desean gastar.
Hay más gente trabajando, pero tenemos cada vez más personas con poca capacidad de gasto y muchas con un ahorro que no desean gastar
La conclusión es muy relevante en la empresa a la hora de definir la oferta, la propuesta de valor, los niveles de precio y el posicionamiento de las marcas. No en vano han crecido tanto las marcas de la distribución, antes llamadas marcas blancas. Las enseñas y retailers llamados category killers abren franquicias o sucursales a la velocidad con la que los conejos paren sus camadas y los planteamientos o propuestas low price en turismo, así como los consumos compartidos, están en auge.
España es un país para viejos, como le sucedió a Japón. Y la modificación de las pirámides de edad requieren muchísimo tiempo. Así que esto no es una moda. Durante dos décadas, esto no va a cambiar. España no se empobrece, pero la misma tarta se reparte entre cada vez más trabajadores. Las porciones de pastel más grandes se las llevaron los más mayores. Y las han metido en el congelador.