Espías y algoritmos: cómo Ucrania y la IA transforman la inteligencia global
- Mookie Tenembaum
- Buenos Aires. Viernes, 31 de enero de 2025. 05:30
- Tiempo de lectura: 3 minutos
El asesinato del teniente general Igor Kirillov, jefe de las fuerzas de defensa química, biológica y radioactiva de Rusia, destacó el papel de la tecnología y, en particular, de la inteligencia artificial (IA) en las operaciones de inteligencia y espionaje.
Kirillov, una figura clave en el aparato de defensa ruso, fue eliminado mediante un explosivo escondido en una scooter, una operación atribuida al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). Esta acción representó el uso de herramientas de inteligencia avanzadas para planificar y ejecutar ataques quirúrgicos que redefinen cómo se libran los conflictos modernos.
Desde el inicio del conflicto con Rusia en 2014, Ucrania recibió apoyo significativo de naciones occidentales, particularmente en tecnología y entrenamiento. Este respaldo incluyó acceso a sistemas de inteligencia artificial que ahora son fundamentales para operaciones como el asesinato de Kirillov. La IA permitió al SBU analizar patrones de movimiento, identificar vulnerabilidades en la seguridad de altos mandos rusos y prever posibles represalias. Estos sistemas, entrenados con millones de datos, predicen comportamientos y optimizan recursos en operaciones encubiertas, haciendo que las decisiones sean más rápidas y precisas.
La IA permitió a Ucrania analizar patrones de movimiento, identificar vulnerabilidades en la seguridad de altos mandos rusos y prever represalias
Un ejemplo que resalta el potencial de la IA en la inteligencia moderna es el caso de Israel y Hezbollah. Durante los ataques recientes contra los “vipers” —bunkers móviles y puntos estratégicos utilizados por Hezbollah en el sur del Líbano— Israel empleó IA para maximizar el impacto de las explosiones. La tecnología analizó en tiempo real los datos emergentes de las detonaciones, como las rutas de escape utilizadas por los combatientes y las comunicaciones que surgieron tras los ataques. Esto permitió a las fuerzas israelíes anticiparse a movimientos posteriores de Hezbollah, debilitando su capacidad de respuesta y reduciendo el margen de error en operaciones futuras.
El uso de IA no es exclusivo de Ucrania o Israel. En Asia, la India integra esta tecnología en las operaciones de su agencia de inteligencia exterior, el RAW. La inteligencia artificial monitorea movimientos en Cachemira y en la frontera con China, áreas donde los conflictos territoriales y las amenazas terroristas son constantes. Sistemas de análisis de video y reconocimiento facial alimentados por IA han permitido a la India identificar amenazas antes de que se materialicen, utilizando datos de drones y cámaras de vigilancia para rastrear actividades sospechosas en regiones remotas.
En América Latina, aunque los avances en inteligencia artificial en el ámbito de los servicios secretos son más limitados, países como México exploran estas herramientas en su lucha contra el crimen organizado. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha utilizado análisis de big data e IA para rastrear redes de tráfico de drogas y armas, identificando patrones en rutas y conexiones que anteriormente pasaban desapercibidos. Estas capacidades emergentes ofrecen la posibilidad de hacer frente a desafíos que han complicado durante años la lucha contra el narcotráfico y el crimen transnacional.
La proliferación de IA en servicios secretos genera nuevas formas de conflictos donde las armas, más que los soldados, son los algoritmos
El futuro de los servicios de inteligencia está moldeado por la IA. Esta tecnología tiene el potencial de transformar completamente cómo se recopila y utiliza la información. Herramientas como el aprendizaje automático y el análisis predictivo permiten a los estados anticiparse a amenazas antes de que se materialicen, optimizando recursos y reduciendo riesgos. Sin embargo, también plantean dilemas éticos y estratégicos: ¿qué sucede si estas tecnologías caen en manos equivocadas o si se utilizan para fines autoritarios? La proliferación de IA en servicios secretos democratiza las capacidades de inteligencia, permitiendo que países más pequeños jueguen un papel desproporcionado en la arena global. Al mismo tiempo, genera nuevas formas de conflictos asimétricos donde los algoritmos, más que los soldados, son las armas principales.
En un mundo cada vez más interconectado y definido por el acceso a datos, los servicios de inteligencia que dominen el uso de la inteligencia artificial tendrán un impacto estratégico que trascenderá las fronteras.
Ya sea en Ucrania, Israel, India o México, la integración de estas tecnologías marca el inicio de una nueva era en la inteligencia global, una era donde las decisiones clave no solo estarán en manos humanas, sino también en algoritmos diseñados para entender, prever y, en última instancia, decidir.
Las cosas como son.