Parece que Europa está completamente descolgada de la revolución de la I.A. generativa. ¿Pero toda Europa? ¡No! Hay un reducto que compite "tête à tête" con el resto del mundo, ¡Francia, los galos!

Hoy en día, ya tenemos cinco modelos de I.A. generativa en condiciones de práctica igualdad. GPT-4 de OpenAI, Gemini de Google, Claude3 de Anthropic, Llama2 (pronto Llama3) de Meta y Mistral. Todos son estadounidenses menos Mistral, ¡el reducto galo! ¿Cómo lo han hecho los franceses para situar uno de sus modelos entre los mejores del mundo? Pensaréis que Mistral es el resultado de involucrar los centros de investigación pública francesa o sus prestigiosas universidades. Nada más lejos de la realidad. Es el resultado de una apuesta de Macron por las start-ups francesas, así que no os sorprendáis si dentro de poco tiempo vemos un nuevo Mistral.

También pensaréis que es el resultado de grandes inversiones, pero no es así, son 25, solo 25. Los otros modelos también han sido construidos por grupos muy reducidos de personas. ¿Tienen supercomputadoras? No, su modelo ha sido entrenado en Azure, el Cloud de Microsoft.

Pero quizás lo más interesante es de dónde han salido, es particularmente importante porque nos enseña a entender las sinergias de un ecosistema de innovación. El CEO y fundador de Mistral A.I., Arthur Mensch, de 31 años, es un ejemplo indicativo del resto del grupo, viene de Deep Mind (Google), donde trabajaba como científico. Buena parte del equipo viene de los centros de investigación que las multinacionales estadounidenses tienen en París aprovechando el talento de sus universidades.

Recientemente, Mistral ha llegado a un acuerdo con Microsoft, que ofrecerá su modelo junto con los de OpenAI. Este acuerdo, junto con su modelo más grande, el Mistral Large, que tiene un rendimiento similar al GPT-4 de OpenAI, marcan la mayoría de edad de la compañía y ponen a los galos en el mapa mundial de la I.A. generativa.

Tener centros de investigación de grandes multinacionales es ser un polo de captura de talento y también disfrutar de sus externalidades, como, por ejemplo, Mistral

Obviamente, una pregunta inmediata que nos asalta es por qué esto ocurre a partir del ecosistema empresarial y no de los enormes y bien establecidos centros públicos de investigación de Francia. Un corolario de esta pregunta es por qué España, que copia a Francia en tantas cosas, no lo ha hecho en esto y ha escogido justamente el camino opuesto, el de asignar una importante dotación de dinero público a un centro público, el BSC.

Para entender por qué Mistral surge de gente trabajando en las grandes multinacionales del sector necesitamos entender el tipo de investigación que se hace allí, la intensidad competitiva y la distancia a la investigación top de mercado. El tipo de investigación es fundamentalmente diferente al de los centros de investigación pública, más centrados en la gestión de proyectos europeos y la investigación académica que en sacar un producto capaz de capturar la imaginación de la gente. Están, por lo tanto, más cerca. La diferencia entre la intensidad competitiva de los dos sectores es más que evidente, especialmente en casos en los que esta se acentúa, como es la actual competición alrededor de la I.A. generativa.

Finalmente, la distancia es el tercer factor. La distancia a los problemas y la investigación competitiva frente a la académica. Por ejemplo, si nos preguntamos cómo lo ha hecho Mistral para alcanzar a OpenAI, la respuesta es que han encontrado una manera más eficiente de entrenar y afinar su modelo (RLHF) que OpenAI, necesitan menos ejemplos y el resultado es mejor. Este es un problema que obviamente preocupa mucho a cualquiera que haga una herramienta competitiva porque es un proceso muy costoso en tiempo y dinero, pero es más ingeniería que investigación y, por lo tanto, puede ser considerado menos importante, menor, cuando se valora desde el punto de vista de la investigación.

Tener centros de investigación de grandes multinacionales que compiten en sectores de vanguardia no es solo ser un polo de captura de talento con excelentes oportunidades y buenos sueldos. No es solo tener la posibilidad de conectar el territorio con los hubs donde "pasan cosas". Es también disfrutar de sus externalidades, como por ejemplo Mistral. Es por eso que en el abanico de políticas de innovación que debe perseguir un gobierno, es crucial. Macron lo ha entendido, ¿y nosotros?