Mucho se lleva hablando en los últimos días sobre la decisión de Ferrovial de trasladar su sede a Países Bajos.

España pertenece a la Unión Europea, donde existe libre movilidad de capital, personas y bienes y servicios. Por tanto, cuestionar la legalidad de esta decisión empresarial es, cuanto menos, pueril. Ni la recepción de ayudas públicas de un Estado miembro se puede negar a otra empresa europea, siempre que cumpla con los requisitos de ejecución y justificación de las mismas, ni la participación en contratación pública, que, por el acervo comunitario, debe estar abierta a todas las empresas del mercado común. Otra cosa es que te guste más o menos o que nos venga bien como país. 

¿Pero el traslado de Ferrovial se corresponde con una cuestión de mero ahorro fiscal? Es cierto que actualmente hay diferencias en la tributación de las empresas entre los diferentes estados miembros. La OCDE calcula que la media del impuesto de sociedades en Europa es del 21,7%. 

A día de hoy, España está entre los países que aplica un tipo efectivo más alto en la UE, un 25%. Desde 2023, se aplica un 23% a empresas con una facturación menor a un millón de euros (que no beneficios). Le superan países como Portugal, Alemania, Italia o Francia, pero con sistemas más progresivos, favoreciendo a las pymes y empresas con beneficios reducidos.

¿Y qué pasa con Escandinavia? Pues que esos países que siempre se ponen de ejemplo cuando se habla de impuestos, tienen todos tipos por debajo de nuestro impuesto de sociedades. Desde el 20% de Finlandia, al 20,6% de Suecia o el 22% de Dinamarca. Con bajadas de tipos en los últimos años. 

Sin embargo, en Países Bajos, el tipo es del 25,8%, con un tipo progresivo del 19% para los primeros 200.000 euros de beneficios. En los últimos años, han aumentado paulatinamente los impuestos para empresas. Por tanto, ¿se puede afirmar que es un paraíso fiscal? Se suele afirmar esto porque se sitúan en el país las sedes centrales en la UE de muchas empresas. Se produce porque en este territorio, los beneficios que provienen de otros Estados no se incluyen en la base imponible para pagar impuestos. ¿Por qué? Pues se considera que ya han pagado impuestos en el país de origen y no se tributa doble. Y aquí está el secreto: si puedes generar ingresos en paraísos fiscales por royalties, patentes, etc., no pagarás impuestos. Ni allí, ni en Países Bajos. Muy interesante para empresas tecnológicas o que trabajan con propiedad intelectual, por ejemplo.

Pero el negocio de Ferrovial está fundamentado en concesiones, infraestructuras y construcción. Y estos negocios pagan impuestos allí donde se producen sus ingresos. Es más difícil desviar. En este caso, solo el 15,3% de los ingresos de la empresa en 2022 se produjeron en España, y seguirá pagando por el beneficio que se genere en nuestro país.

"Todos los estados ofrecen su estrategia para atraer empresas con diferentes prebendas. También España. Y no es magia, son tus impuestos"

¿Hacerse un Ferrovial es por no pagar impuestos? Probablemente algo puedan aprovechar del nuevo esquema corporativo, pero fundamentalmente responderá a la posibilidad de acceder a financiación en otros mercados, fundamentalmente en EE.UU., su primer mercado, con un 38,5% de la facturación.

La política fiscal en la UE aún es una prerrogativa nacional y responde a decisiones políticas y necesidades financieras de cada Estado. En países con déficit y deuda muy alta, como España, no existe mucho margen para reducciones. Sin embargo, las multinacionales y grandes empresas son las que pueden aprovechar los diferenciales de la falta de armonización. Y lo hacen.

En diciembre de 2021, la Comisión Europea propuso una Directiva para asegurar un tipo impositivo mínimo efectivo de un 15%, en línea con el acuerdo alcanzado por los países de la OCDE. Además, durante este año se pondrá en marcha el Business in Europe: Framework for Income Taxation (BEFIT). Esta iniciativa tiene por objeto introducir un código normativo único del impuesto sobre sociedades para la UE. Parece que la reducción de los diferenciales se acerca.

Sin embargo, ¿qué diferencia hay entre aplicar reducciones de impuestos para captar empresas extranjeras o regarlas de dinero público a través de ayudas? En resultados para el Estado, muy poco. Y de hecho, en España es una práctica habitual. Veamos la llegada de la gigafactoría de Volkswagen, con subvenciones nominales regionales o estatales, por ejemplo. Si los ciudadanos analizaran los presupuestos públicos anuales, se sorprenderían de las líneas nominales que se destinan anualmente para algunas empresas, año tras año. Dinero extra con el que no cuentan las pymes

Por tanto, Países Bajos puede jugar su papel favoreciendo la inclusión de beneficios de otros territorios, pero todos los Estados ofrecen su estrategia para atraer empresas con diferentes prebendas. También España. Y no es magia, son tus impuestos.