Terminada prácticamente la campaña de resultados, los mercados se moverán en busca de datos sobre la contención de los precios y la marcha de la economía. Y es que siempre hay un importante desajuste temporal –algunos analistas lo sitúan en dos años– entre las políticas restrictivas de los bancos centrales y su pleno efecto en la economía. Brusca caída del crédito a partir de marzo de este año que, además, se aceleró por los problemas de la banca estadounidense. También está la congoja del posible fallido de la deuda estadounidense si no se llega a un acuerdo político sobre el límite de la deuda. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dibujaba ante el Congreso un panorama catastrófico si no se llega a un acuerdo.

Pero, de momento, el mercado hace poco caso de esa incertidumbre y sigue a lo suyo. El pasado miércoles se publicaron los esperados datos del IPC de abril en Estados Unidos. Las cifras reales se ajustaron a las previsiones de consenso. Tanto el IPC general como el subyacente se situaron en el 0,4% intermensual, y las cifras interanuales en el 4,9% y el 5,5%, respectivamente. “Aunque pensamos que los datos intermensuales siguen siendo demasiado elevados para que la Reserva Federal celebre un triunfo en la incómoda y larga batalla contra la inflación, algunas de las tendencias y detalles del informe son alentadores”, explica Sean Shepley, economista senior de Allianz Global Investors. 

El dato inflacionista pasó sin pena ni gloria, mientras que los beneficios empresariales del primer trimestre los utilizan los analistas como argumento para sostener las alzas que registran las bolsas europeas del 11% desde que se inició el año. Así, dos tercios del índice europeo Stoxx 600 han presentado sus resultados del primer trimestre. Los ingresos se mantienen planos y superan por poco las expectativas, a pesar de la sorpresa al alza del PIB, mientras que los beneficios netos aumentan un 7% con respecto al año pasado y superan las previsiones en un 11%, ya que los márgenes aumentan 60 puntos básicos, hasta el 9,4%. El crecimiento de los beneficios estuvo liderado por el sector financiero (+50%), el mayor de Europa, y por el tecnológico (+30%). Estos dos sectores también superaron las expectativas de los analistas. Los dos únicos sectores decepcionantes fueron el energético y, sobre todo, el inmobiliario. Italia (+39% frente al año pasado), España (17%) y Reino Unido (17%) lideraron el crecimiento de los beneficios, mientras que Suiza (-16%) y Alemania (-9%) se quedaron rezagados.

Pero el crecimiento de los resultados debe pasar esta vez por el tamiz de la inflación. Si se descuenta la subida de los precios, o, dicho de otra forma, la pérdida de valor del dinero por la inflación, tendríamos un panorama de aumentos de beneficios prácticamente planos.

Con una expectativa de bolsa lateral para la próxima semana, las principales citas económicas serán las siguientes:

El lunes se publicarán los datos de producción industrial de la Unión Europea y el índice Empire Manufacturing de Estados Unidos, que el consenso espera que descienda notablemente.

El martes, los datos de China captarán nuestra atención. Se espera que la producción industrial y las ventas minoristas aumenten considerablemente en términos interanuales, resultados que serían alentadores no solo para China, sino para la economía mundial en su conjunto. El índice ZEW de Alemania, que se basa en gran medida en encuestas a los participantes en los mercados financieros y se publicará el mismo día, recibirá probablemente mucha menos atención. Se espera que el índice siga los pasos del índice ifo y tienda al alza. El martes también se publicarán los datos de las ventas minoristas y la producción industrial de EE. UU., que parecen converger y que el consenso prevé que aumenten y se estanque, respectivamente.

El jueves, la atención se centrará en Estados Unidos, con la publicación de las solicitudes iniciales de subsidios, la encuesta de perspectivas empresariales del Banco de la Fed de Filadelfia y las ventas de viviendas existentes.

Por último, el viernes se publicará el índice de precios al productor alemán (IPP). Podría dar una señal importante sobre las tendencias de la inflación alemana, especialmente si las tasas interanuales siguen desacelerándose o si las tasas intermensuales se adentran en territorio negativo. Además, se publicará el índice GfK de confianza de los consumidores en Reino Unido. Veremos si se produce un "efecto coronación" que impulse el índice al alza.

Queda la incógnita de la banca mediana estadounidense que la semana pasada dio un respiro a los inversores y al conjunto del sector en el mundo. De momento, las esperadas medidas del supervisor estadounidense (SEC) sobre la prohibición de posiciones bajistas no se han producido. Tal vez solo el rumor ha servido para que estos especuladores se hayan frenado.