Sin lugar a dudas, vivimos en tiempos de disrupción: épocas de crisis y oportunidad en las que, para mantenerse en pie, es necesario seguir pedaleando, como cuando vas en bicicleta, porque si dejas de pedalear, te caes. Innovar en tiempos de disrupción es más esencial que nunca, y al mismo tiempo parece más arriesgado que en cualquier otro momento. ¿Hay que ser el primero? ¿Debemos hacer cosas distintas? ¿Cómo innovar en tiempos de disrupción? Estas son las preguntas que intentaremos resolver.

Frecuentemente, cuando hablamos de innovación, pensamos en los proyectos de I+D+i. Esos proyectos encargados a un equipo que busca hacer algo distinto internamente, adelantarse a los demás y, de este modo, obtener una ventaja competitiva. Cabe mencionar que este enfoque es algo anticuado en el proceso de innovación —dominado desde hace tiempo por la Innovación Abierta— aunque sigue siendo el predominante.

Una característica de los proyectos de innovación interna es el riesgo, un riesgo con poca validación externa. En tiempos de disrupción, este riesgo obviamente se intensifica, ya que resulta mucho más difícil evaluar qué funcionará y qué no en un futuro incierto.

¿Existe otra manera? ¡Sí, la hay! Una consideración importante en los procesos de innovación es si queremos situarnos en la frontera tecnológica o ir más allá de esa frontera.

Una de las características del proyecto de innovación interno es el riesgo, un riesgo con poca validación externa

Algunos dirán que ubicarse en la frontera tecnológica no es innovar, sino imitar la innovación de otros. Aunque existe un proceso de copia, esta imitación raramente es perfecta, y lo mejor es que no lo sea, ya que esta copia imperfecta y su adaptación progresiva es lo que generará innovación. Esta combinación entre el patrón, la abstracción de la nueva innovación y nuestra estrategia es lo que a menudo llamamos el efecto Medici, en recuerdo a la corte italiana en la que surgieron muchas innovaciones, gracias a la interacción continua entre propuestas y personas muy diversas. Era la diversidad resultante de atraer con su riqueza a talentos muy diferentes y las posibilidades que esto ofrecía.

Esta estrategia es especialmente interesante en tiempos de disrupción, porque es cuando se expande la frontera de lo posible debido a nuevos descubrimientos. Veamos, por ejemplo, lo que está sucediendo con la IA generativa.

Uno de los usos más sorprendentes es aumentar la creatividad. Empresas como Mapfre o BBDO la utilizan para adaptar contenidos a varios medios, o para potenciar la generación de ideas. Estos usos en publicidad, marketing o comunicación son bastante habituales.

Uno de los usos más sorprendentes de la IA generativa es aumentar la creatividad

Otro uso frecuente es navegar con más facilidad por una gran cantidad de materiales técnicos. Tenemos ejemplos, como Iberia, que la utiliza para navegar por los extensos manuales de los aviones, regulaciones, etc., o Ferrovial, para sus complejos proyectos.

Probablemente, el uso más directo y habitual es el servicio al cliente, ya sea interno o externo. McDonald's la emplea para resolver dudas sobre el uso de su maquinaria; Delta, sobre condiciones, regulaciones y normativa; Capital One, para las distintas problemáticas financieras, y aquí, CaixaBank tiene un equipo de casi cien personas explorando, entre otros, este uso. La evolución natural será hacia el cliente externo, pero esto implica un nivel de riesgo que no todos están dispuestos a aceptar en este momento.

Hay áreas en las que la promesa de la IA generativa es especialmente importante, como las que se han automatizado poco y tratan con información poco estructurada y en formato de texto. El ejemplo paradigmático es el sector legal. Encontrar casos similares, precedentes, crear borradores iniciales, etc., puede multiplicar la productividad del sector. Por eso fueron de los primeros en iniciar pilotos, como PwC legal en EE.UU., y aquí, Cuatrecasas.

Como acercarse a la frontera tecnológica de un sector

¿Qué debemos hacer si queremos acercarnos a la frontera tecnológica de un sector? Lo primero es identificar los patrones y aplicaciones exitosas. Hemos visto varios en el campo de la IA generativa. Es fundamental aprender todo lo que podamos de las prácticas de otros.

El segundo paso es la adopción. Debemos integrar lo aprendido en nuestros procesos y modelo de negocio. No se trata de copiar exactamente lo que otros han hecho, sino de crear algo que se adapte mejor a nuestras necesidades. No estamos reinventando lo ya inventado, sino creando nuestra propia versión. Por eso, es esencial estar atentos a lo que hacen los demás, cuál es la frontera tecnológica y cómo acceder a ella con el menor tiempo, esfuerzo y riesgo posibles.

Por último, debemos probar y refinar. Probablemente, lo que resulte sea distinto a lo que otros hayan adoptado y a nuestra idea inicial, lo que también puede requerir cambios en algunos elementos de nuestra estructura organizativa.

Adoptar los mejores patrones que se van generando es la mejor manera de aprovechar las oportunidades que generan las disrupciones

Como podéis ver, es un proceso con menos riesgo, más controlado, pero que también conduce a la innovación. Quizás crucemos la frontera de lo que es puntero, descubramos nuevos usos, nuevos modelos de negocio e incluso nuevos aspectos de la tecnología, o quizás no. En cualquier caso, habremos colocado a nuestra organización en una mejor posición.

Las disrupciones son procesos de cambio y oportunidad. Adoptar las mejores prácticas que van emergiendo es la mejor forma de aprovechar estas oportunidades. A diferencia de los proyectos internos, debemos mirar hacia afuera y no hacia dentro, copiar mucho, pero nunca exactamente, transformando la copia en creación.

Esto no solo funciona para las organizaciones, sino también para las personas, para aprovechar las disrupciones y protegerse en tiempos de cambio acelerado.

¡Nunca desperdicies una disrupción!