Inversiones en rearme: ¡oportunidad para Catalunya!

- Àngel Hermosilla
- Barcelona. Viernes, 21 de marzo de 2025. 05:30
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Día tras día, el contexto geopolítico está sometido a transformaciones cada vez más sorprendentes y disruptivas que nos interpelan a adaptarnos urgentemente como país, como empresa, como administración pública y como individuo. Algunas son riesgos preocupantes que hay que afrontar, pero otras pueden ser grandes oportunidades de las que podemos beneficiarnos. Desde principios de año se ha roto el statu quo entre la Unión Europea y los Estados Unidos en diferentes ámbitos, entre los que recientemente ha estado el anuncio del país norteamericano de que abandonará sus compromisos con sus aliados europeos en materia de defensa.
Ante la posición norteamericana, los países europeos han decidido dar un paso adelante anunciando diversas medidas, como la voluntad de incrementar significativamente los presupuestos públicos destinados a la defensa. La cumbre comunitaria de urgencia de principios de marzo aprobó el plan de la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, de invertir 800.000 millones de euros en rearme. Por su parte, los partidos políticos que probablemente conformarán la coalición del próximo gobierno alemán han acordado unas inversiones en defensa e infraestructuras de más de 500.000 millones de euros, y el Bundestag ha aprobado reformar la Constitución del país para permitir superar el límite de endeudamiento y poder, así, afrontar el gasto militar más allá del 1% del PIB, dando luz verde a las inversiones mencionadas, que servirán para el rearme y para reactivar la economía.
En el caso de España, el Gobierno ha anunciado su compromiso de elevar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB antes de 2029. El Estado puede pasar de invertir en defensa 19.723 millones de euros a gastar unos 36.000 millones de euros en menos de cuatro años, del 1,3% al 2% del PIB. Sin entrar en valoraciones de un sentido u otro, y desde un punto de vista objetivo, se trata de un importante volumen de inversiones, ya sean comunitarias o estatales, que indudablemente tendrán un gran efecto de arrastre y multiplicador sobre el conjunto de la industria en particular y sobre la economía en general. Pero, ¿en qué posición está la industria catalana para beneficiarse de estas inversiones?
España elevará el gasto en defensa hasta el 2% del PIB antes de 2029: pasará de invertir 19.723 millones a más de 36.000
España es un fabricante relativamente relevante de material militar, con 394 empresas que registraron ventas en el sector, según datos de 2021, encabezadas por firmas como Airbus Defence & Space, Airbus Military, Navantia, Indra Sistemas, GDELS-Santa Bárbara Sistemas, Airbus Helicopters España, Rheinmetall Expal Munitions e ITP Aero, y un alto grado de concentración de la actividad (80% en manos de las 5 compañías más importantes, y más de la mitad en manos del grupo Airbus, con ingresos de 65.400 millones de euros en 2023). El sector a nivel estatal registró en 2024 un ejercicio muy positivo, con aumento de pedidos, alta ocupación de la capacidad productiva, importantes inversiones y reorganización del tejido empresarial. Según el Ministerio de Industria y Turismo, se estima que el impacto directo e indirecto de la industria de defensa sobre la economía española es de unos 9.513 millones de euros, es decir, un 0,8% del PIB estatal, ocupando directamente a unas 25.300 personas y de manera indirecta e inducida a unos 81.200 trabajadores más, y destinando a la innovación casi un 11% de su facturación total. Además, España es el noveno exportador mundial, alcanzando una cuota del 3% del comercio internacional de armamento. Madrid es la comunidad autónoma que concentra más empleo del sector, aunque también hay presencia en otros territorios, como País Vasco, Andalucía y Castilla-La Mancha.
Tradicionalmente, el sector de la defensa ha tenido una reducida presencia directa dentro de Catalunya, es decir, en lo que respecta a la fabricación específica de material de defensa. Ninguna de las principales empresas españolas de la actividad tiene sede social en territorio catalán. No obstante, existen algunas firmas fabricantes de productos finales que trabajan, principalmente o en parte, para el sector de la defensa, en ámbitos como el material eléctrico, la electrónica, las telecomunicaciones o las nuevas tecnologías en general. A estas hay que añadir una significativa presencia de empresas, de sectores como el metal, los equipos, los plásticos o la química, que elaboran bienes intermedios que pueden tener como destino, entre otros, usos y aplicaciones indirectas en productos finales militares. A pesar de esta realidad, y nos guste o no, la actual y futura coyuntura de rearme ofrece a Catalunya una oportunidad para aprovechar los efectos positivos de las inversiones que se están anunciando. De entrada, de acuerdo con el peso específico de la industria, una primera estimación permite apuntar que del total de las inversiones españolas en defensa, Catalunya debería aspirar a recibir unos 920 millones de euros más cada año, hasta alcanzar un total de unos 8.200 millones de euros en 2029. Este gasto adicional puede generar cada año cerca de 1.200 millones de euros adicionales de PIB, con la creación de unos 5.600 puestos de trabajo.
Las autoridades catalanas deben pedir al Gobierno que la industria de Catalunya sea un destino importante de las inversiones en defensa
Sin complejos, las autoridades catalanas deben pedir al Gobierno que la industria de Catalunya sea un destino importante de las inversiones que se desplieguen, y, además, deben instrumentar medidas de dinamización de las actividades vinculadas y movilizar el tejido productivo en base a la colaboración público-privada. Entre las diversas medidas a impulsar, una primera es considerar la defensa como uno de los sectores prioritarios en el próximo Pacto Nacional para la Industria. Paralelamente, se deben reforzar los mecanismos que facilitarán un mayor y mejor acceso a las licitaciones públicas y privadas estatales y europeas que se pondrán en marcha para movilizar las inversiones anunciadas. En este sentido, será clave pensar en medidas que aceleren el dimensionamiento de las empresas catalanas y las ventas conjuntas, algo que será importante para conseguir contratos y que se puede lograr por diferentes vías (fusiones, adquisiciones, acuerdos de colaboración, creación de grupos y consorcios, etc.).
La relevancia, la experiencia y la versatilidad productiva y tecnológica de la importante industria auxiliar de la automoción arraigada en Catalunya permiten ser optimistas en el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece la coyuntura inversora, con numerosas empresas especializadas en múltiples actividades que son y serán proveedoras de bienes intermedios para la industria de defensa. Finalmente, no se puede olvidar el impulso de la innovación y del talento para garantizar una presencia destacada y de valor en este sector. Al respecto, hay que tener presente el notable espíritu emprendedor y el tejido de start-ups que caracterizan a Catalunya, así como la importante red de universidades y centros de investigación existentes.