¿Terminaron las subidas de tipos de interés del BCE y la Fed con las realizadas a finales de julio? De acuerdo con la euforia que en esos recientes días vivieron las bolsas y los bonos parecería que sí, pero no. Esta primera semana de agosto, sin embargo, ha supuesto un cambio de sentimiento muy brusco sobre esta expectativa y la alegría que provocó. Así, el gran acontecimiento de la semana fue sin duda la subida de los rendimientos de la deuda estadounidense, con el vencimiento a 10 años, pasando del 3,8% a mediados de julio al 4,18% el viernes. Ese nivel en el bono a 10 años es el más alto de todo el ejercicio y tiene capacidad para poner en negativo el precio de los bonos en el mercado secundario, al ajustar sus precios a este nuevo nivel.

La causa para esta subida de los tipos en los mercados secundarios se encuentra en la rebaja de calificación de la agencia Fitch sobre la deuda soberana estadounidense, al bajarla del podio de la AAA hasta el siguiente escalón de AA+. Una rebaja de rating que ya había aplicado hace un año la firma S&P Ratings, pero que ahora caía como un jarro de agua fría sobre los mercados de bonos, contagiando también a los europeos. Se reabre el debate sobre la brutal cantidad de deuda en los países desarrollados. Un crecimiento imparable justificado, en parte, por la crisis del covid-19 y de la invasión de Rusia a Ucrania que obligó a las autoridades económicas a mantener la actividad económica con dinero público. Pero, como todos sabemos, la historia del crecimiento de la deuda viene de mucho más atrás, y se ha mirado hacia otro lado mientras era fácil de mantener e incrementar con tipos cero o bajísimos. Esta misma semana, el Tesoro español pagaba un interés del 3,6% para su emisión de bonos a 10 años.

El fuerte movimiento bajista en los precios de los bonos y de subida en los tipos afectó sobremanera a las bolsas que sumaron varias jornadas en negativo, frenadas el viernes en Europa, aunque no en Estados Unidos, que continuó con los descensos. Los mercados de acciones vuelven a pensar en un escenario de alza de tipos de interés que compiten con ellos y deterioran la valoración de las compañías cotizadas. Además, la rebaja de la solvencia de la deuda estadounidense se extiende como una posibilidad para otras economías y, especialmente, para las más débiles de la eurozona, siempre a resguardo del paraguas del euro.

En el caso del mercado español también se conoció una noticia negativa para la operadora de telecomunicaciones, Telefónica, que en la semana se dejó el 10% de su valor, mientras su filial alemana, Telefónica Deutschland Holding AG perdió un 25% de su valor en bolsa. Su competidor local, el proveedor de telefonía móvil y banda ancha 1&1, anunció que se aliaba con Vodafone para crear una nueva red móvil en Alemania, capaz de cubrir hasta 5G, en competencia directa con la suya. Tras este anuncio, varios analistas han revisado a la baja su recomendación.

La semana que viene vuelven las estadísticas de precios. La inflación de julio y los precios de producción de China (miércoles) y Estados Unidos (jueves y viernes) serán los protagonistas. Las dos potencias tienen problemas muy diferentes que resolver. Pekín se enfrenta a la amenaza de una deflación problemática, mientras que Washington teme una reaceleración de la subida de precios tras la calma de los últimos meses, explican los analistas de MarketScreener. El viernes, los inversores también se interesarán por la confianza de los consumidores estadounidenses, medida por la Universidad de Michigan. La debilidad china es preocupante, sobre todo, para los sectores de lujo y para economías exportadoras al gigante asiático como China.

Sin duda, la inflación americana de julio que se conocerá el jueves será la clave en una tanda con pocas referencias. El consenso del mercado espera subidas del 0,2% tanto para la general como para la subyacente, que cerrarían en el 3,3% y en el 4,8%, respectivamente. Un aumento que se explicará, en gran parte, en el encarecimiento del precio del petróleo y que no ayudará a las bolsas a salir del discurso negativo que le han impuesto los bonos.

En el frente empresarial, la mayoría de las empresas influyentes ya han publicado sus resultados, pero aún quedan varios asuntos en la agenda de la próxima semana. Por ejemplo, Siemens Energy, Glencore, Bayer, Ahold Delhaize y Novo Nordisk en Europa, y Eli Lilly, United Parcel Service, Zoetis y Walt Disney en Estados Unidos. Con el 82% de los valores del S&P 500 retratados en sus beneficios semestrales, el balance es positivo, con caída del resultado (7%) inferior al previsto (9%) en el que se considera el peor trimestre de este año: solo queda mejorar.