Mar Rojo: ¿navegando hacia una nueva crisis energética?
- Ana Maria Jaller-Makarewicz
- Londres. Miércoles, 17 de enero de 2024. 05:30
- Tiempo de lectura: 3 minutos
En los dos últimos años, los conflictos geopolíticos e industriales han puesto al descubierto lo frágil y volátil que puede ser el mercado mundial energético. A medida que Europa ha ido incrementando sus importaciones de gas natural (GNL), estos conflictos han ido teniendo mayor impacto en su mercado energético interno.
El terrible conflicto entre Israel y Hamas ha ido escalando y tristemente cada vez hay más poblaciones impactadas e involucradas. El grupo rebelde yemení de los hutíes declaró la guerra a Israel a finales de octubre del 2023. Y, ya que este grupo controla el oeste del país, ha tomado también control del paso de buques por el Mar Rojo. En respuesta, los Estados Unidos y el Reino Unido han lanzado una serie de ataques contra los hutíes alineados con Irán.
Aparte del devastador impacto humano de esta crisis, la navegación fluvial ha sufrido una gran interrupción en esta zona y ello ha afectado el comercio de productos entre diferentes países y continentes. ¿De qué manera esta situación puede afectar el mercado de GNL hacia Europa? Es importante analizar si dicho conflicto pueda propiciar una nueva crisis energética en Europa y como se podría disminuir este riesgo.
El Mar Rojo y su efecto en el transporte marítimo mundial
Según la Asociación Internacional de Energía (AIE), existen siete puntos de estrangulamiento claves para el transporte marítimo mundial de petróleo y gas. Estos puntos de estrangulamiento son canales estrechos a lo largo de rutas marítimas globales ampliamente utilizadas. Las interrupciones en algunas de esas rutas podrían afectar la duración de los viajes marítimos, los volúmenes de petróleo y gas transportados, los costes de envío, así como los precios mundiales de energía.
Los puntos de estrangulamiento más importantes del mundo debido a los volúmenes de petróleo que transitan por ellos son el Estrecho de Ormuz y el Estrecho de Malaca. Le siguen el Canal de Suez y el oleoducto Sumed, el estrecho de Bab el-Mandeb, los estrechos daneses y turcos y el Canal de Panamá. Aunque el Cabo de Buena Esperanza no se considera un punto de estrangulamiento, es importante mencionarlo ya que ofrece una posible ruta alternativa a ciertos puntos de estrangulamiento.
Con respecto a las interrupciones en la navegación por el Mar Rojo, es necesario mencionar aquellos puntos de estrangulamiento que pueden verse afectados.
El Canal de Suez y el oleoducto Sumed se encuentran en Egipto y conectan el Mar Rojo con el Mar Mediterráneo. El oleoducto Sumed transporta petróleo crudo hacia el norte a través de Egipto. El estrecho de Bab el-Mandeb se encuentra entre el Cuerno de África y Oriente Medio, conectando el Mar Rojo con el Golfo de Adén y el Mar Arábigo.
El Mar Rojo juega un papel importante en el transporte marítimo ya que la mayoría de las exportaciones de petróleo y gas natural desde el Golfo Pérsico hacia Europa y América del Norte pasan por Estrecho de Ormuz, por el Estrecho de Bab el-Mandeb y finalmente por el Canal de Suez. El total de envíos de petróleo a través de estas rutas representó alrededor del 12 % del total de petróleo comercializado en el mar en la primera mitad de 2023, y los envíos de gas natural licuado (GNL) representaron alrededor del 8 % del comercio mundial de GNL.
¿Cómo se afecta el comercio de GNL a Europa?
El Canal de Suez es un cruce importante para el comercio mundial de GNL, consistiendo principalmente en exportaciones de Qatar a Europa y exportaciones de los EEUU y Rusia a países en Asia.
Pese a que las importaciones de GNL han aumentado en los últimos dos años debido a las interrupciones de gas ruso por gasoducto a causa de la invasión de Rusia a Ucrania en febrero del 2022, de los 136 billones de metros cúbicos (bcm) de GNL que la Unión Europea (UE) importó en 2023 según Kpler, solo alrededor del 14% utilizaron la ruta vía el Canal del Suez. Y, en el caso de España, solo el 7% de sus importaciones de GNL en el 2023 utilizaron esta ruta.
Dado que Europa consumió menos gas del esperado en el 2023 debido a incrementos en la generación renovable, a la gestión de la demanda y a programas de eficiencia energética entre otros, pudo almacenar grandes volúmenes de gas. Hasta el 13 de enero del 2024, el almacenamiento de gas de la UE se encuentra en un 79,7% completo, según el organismo de la industria Gas Infrastructure Europe.
Europa se encuentra expuesta a nuevo riesgo y navegando hacia una posible crisis energética, pero hasta el momento se encuentra en condiciones propicias para manejarla. Sin embargo, la escalación del conflicto, el clima y otros factores externos podrían aun influir y cambiar el ritmo del mismo. Pero si Europa continua con sus proyectos de reducción del consumo del gas, estos riesgos podrían mitigarse.