El nuevo motor deflacionario: inteligencia artificial y la transformación radical de precios
- Mookie Tenembaum
- Buenos Aires (Argentina). Viernes, 17 de enero de 2025. 05:30
- Tiempo de lectura: 2 minutos
La inteligencia artificial (IA) es una fuerza transformadora sin precedentes en la economía global, con capacidad para redefinir la dinámica de precios. Aunque la comparación con la Revolución Industrial es ilustrativa, el impacto de la IA será más profundo y veloz que cualquier transformación tecnológica anterior.
Durante la Revolución Industrial, innovaciones como la máquina de vapor y el telar mecánico revolucionaron la producción. El sector textil inglés ejemplifica esta transformación: los precios del algodón cayeron hasta un 90% entre 1770 y 1850. Sin embargo, esta transformación tomó décadas.
Se compara con la Revolución Industrial, pero el impacto de la IA será más profundo y veloz que cualquier transformación tecnológica anterior
La IA acelera este proceso de eficiencia y reducción de costos. Esta avanza en múltiples sectores, creando una ola de deflación tecnológica sin precedentes. En la agricultura, los sistemas automatizados optimizan cada aspecto de la producción, desde la siembra hasta la cosecha, reduciendo costos operativos en magnitudes antes impensables. En el transporte y la logística, la automatización está eliminando ineficiencias sistemáticas, reduciendo costos de manera exponencial.
El impacto en la cadena de valor será revolucionario. La IA transforma fundamentalmente cada etapa del proceso económico. Los sistemas inteligentes eliminan el desperdicio (actualmente un 40% en países industrializados) y optimizan inventarios a niveles antes imposibles. Esta eficiencia genera una presión deflacionaria estructural que se propagará por toda la economía.
Las fases de la transformación
Las proyecciones futuras sugieren tres fases de transformación:
1. Fase inicial (2024-2027):
- Automatización de procesos administrativos y logísticos
- Reducción de costos operativos
- Primeras presiones deflacionarias
2. Fase intermedia (2028-2032):
- Automatización completa de sectores enteros
- Caída sustancial de precios en bienes y servicios básicos
- Establecimiento de nuevos paradigmas de producción y consumo
3. Fase avanzada (2033 en adelante):
- Transformación radical de la estructura económica
- Deflación sostenida en la mayoría de sectores
- Nuevo paradigma económico basado en la abundancia tecnológica
Las implicaciones para las tasas de interés son profundas. Los actuales rendimientos del 5% en bonos del Tesoro estadounidense probablemente representan el final de una era. La eficiencia generada por la IA ejercerá una presión deflacionaria constante que obligará a repensar las políticas monetarias tradicionales.
El papel del sector público será facilitar esta transición tecnológica, eliminando barreras regulatorias que ralenticen la adopción de IA. La experiencia histórica sugiere que resistir el cambio tecnológico es contraproducente; la clave está en acelerar la adopción para maximizar los beneficios deflacionarios.
La IA es el catalizador de un nuevo paradigma económico donde la deflación tecnológica será la norma, no la excepción
La analogía con la Revolución Industrial es útil pero limitada. La IA representa un salto cualitativo en nuestra capacidad productiva. Mientras la Revolución Industrial mecanizó el trabajo físico, la IA automatiza el trabajo cognitivo, con implicaciones mucho más profundas para la estructura económica.
Estamos en el umbral de una transformación económica sin precedentes. La IA no es simplemente otra herramienta tecnológica; es el catalizador de un nuevo paradigma económico donde la deflación tecnológica será la norma, no la excepción. Las actuales tasas de interés y estructuras de precios probablemente serán vistos como reliquias de una era menos eficiente. El futuro que se avecina es uno de abundancia tecnológica y precios decrecientes, impulsado por la imparable marcha de la inteligencia artificial.
Invertir en bonos a largo plazo con rendimientos del 5% podría ser una de las últimas oportunidades para asegurar retornos significativos en un mundo que se dirige hacia la deflación estructural. La pregunta no es si la IA transformará la economía, sino cuán rápido ocurrirá esta transformación.
Las cosas como son.