Estos días hemos ido conociendo los detalles de la estrategia tecnológica y de crecimiento de OpenAI. Junto con esto, han salido a la luz nuevas alianzas y proyectos de las Big Tech y también de Nvidia y xAI (Elon Musk). Todo esto está configurando un nuevo orden, un nuevo ecosistema que definirá la tecnología durante la próxima década y posiblemente más allá. No, Europa no está presente ni se la espera, gracias, entre otras cosas, a los errores de "competir con regulación" sin tener una soberanía tecnológica que proteger con dicha regulación.

Lo primero que hemos sabido es que OpenAI está inmersa en una ronda de inversión de unos 100.000 millones de dolares para financiar su nuevo modelo, Orion, que no verá la luz hasta dentro de un año, pero del que tanto las big tech como el gobierno estadounidense ya han visto adelantos. La estrategia es la que se podía esperar de una compañía líder en un mercado de "winner-takes-all". Priorizar la captura de mercado y el posicionamiento tecnológico por encima de los beneficios actuales, especialmente cuando hay mucho capital buscando inversiones de alto valor como ahora.

Sin embargo, hay un cambio de nivel. Si primero vimos rondas de capital asumibles por los VC (capital riesgo) existentes, esto cambió radicalmente con la entrada de Microsoft aportando 16.000 millones de dolares y elevando el listón a otro nivel. En ese momento, se necesitaban grandes recursos computacionales y un gran volumen de datos para el entrenamiento de los nuevos modelos. Ahora Thrive Capital está dirigiendo una nueva ronda de capital y ya no son los VC, ni siquiera Microsoft; son Nvidia y Apple los posibles socios en esta ronda de capital. Tampoco se trata de tener grandes volúmenes de datos propietarios. En estos nuevos modelos, los datos creados por humanos ya no son suficientes; serán datos sintéticos, creados y validados por otros modelos más pequeños y mucho mejores que los humanos, los que establecerán el listón de la nueva IA más allá de lo que hoy en día conocemos.

Los nuevos centros de IA, como el de xAI (Elon Musk) o el de Meta, son enormemente más potentes que cualquier cosa que haya existido hasta ahora. Es otro mundo

Paralelamente, estamos viendo una caída de precios sin precedentes en el uso de los modelos. OpenAI ha reducido el precio de los tokens de entrada 400 veces y 200 veces los de salida, y esto continuará porque el objetivo es crear un nuevo mercado basado en nuevas aplicaciones que aún no existen a partir de la IA generativa,.

Se está configurando un nuevo ecosistema en el que algunos de los antiguos protagonistas como IBM u Oracle ya solo juegan un papel muy secundario. Las Big Tech se están posicionando como proveedores de estos nuevos servicios genéricos donde, gracias a Meta, Microsoft y Google, también tenemos modelos Open Source de calidad. Nvidia es el proveedor del hardware que hace funcionar este ecosistema en una carrera desenfrenada de reducción de costos y nuevas arquitecturas de microprocesadores. Y OpenAI es el proveedor de software que lidera la carrera junto con Meta, Anthropic, Mistral y los modelos Open Source, especialmente los de Meta.

Aquí vemos cómo las Big Tech evolucionan hacia modelos de negocio de suscripción. Amazon presentará pronto un nuevo Alexa, en base a Claude (el modelo de Anthropic), con un coste de entre 5 y 10 dólares mensuales. Los copilots de Microsoft ya están disponibles también con un modelo de suscripción que va paulatinamente abarcando nuevas funcionalidades, y OpenAI y el resto también tienen modelos de suscripción. Llama 3, el modelo de Meta, también se encuentra en condiciones similares en varias plataformas.

En Europa, las empresas top están en una carrera desenfrenada para no quedarse rezagadas en esta revolución

Este nuevo ecosistema irá evolucionando con precios decrecientes a medida que la tecnología de microprocesadores, básicamente Nvidia, avance.

Las aplicaciones más orientadas a sectores, como el legal, medicina y tantos otros, utilizarán uno o varios de estos modelos, probablemente con estructuras de agentes y con un mercado similar al que hoy en día vemos en la nube.

Todo esto desplazará gran parte de la IA actual frente a las nuevas aplicaciones y también instalaciones como los superordenadores. De hecho, hemos visto estos días cómo uno de los superordenadores del Reino Unido ha sido cancelado; se trataba de un superordenador que no era mixto y no podía dar servicio a la IA generativa. De hecho, los nuevos centros de IA como el de xAI (Elon Musk) o el de Meta, son enormemente más potentes que cualquier cosa que haya existido hasta el momento. Es otro mundo.

¿Cómo queda Europa? En Europa, las empresas top están en una carrera desenfrenada para no quedarse rezagadas en esta revolución. Toda la gran banca española tiene proyectos punteros que incluyen el servicio a clientes con bots de IA generativa. También el sector legal, como Cuatrecasas, y las grandes consultoras como McKinsey ya la están utilizándo, con proyectos en funcionamiento real.

Esquivar la mediocridad es uno de los deberes más importantes que tenemos, ¡¡¡el gran reto de Europa!!!

Ahora bien, la participación europea en estos grandes modelos es inexistente. Competir con legislación cuando no tienes soberanía tecnológica, cuando no tienes producto, es un gran error. La legislación que entrará en vigor en los próximos dos años de manera gradual ha sido superada por la realidad; hoy podríamos decir que en algunos aspectos ya es obsoleta, y todavía quedan dos años para que entre en vigor plenamente.

¿Qué hay que hacer? No estamos solos y no podemos perder el tren. Las empresas a las que más afecten estas tecnologías deben ponerse a competir si no quieren quedarse rezagadas. Para los gobiernos es una excelente oportunidad para poner los servicios públicos al nivel que demandan los ciudadanos, liberando gasto y capital para lo que es importante y agrega valor.

Para Europa y los centros implicados, es el momento de intentar participar en el desarrollo y, sobre todo, generar innovación, startups y proyectos relevantes con empresas creando el ecosistema que Europa necesita para esquivar la mediocridad (como dice mi amigo Xavier Marcet).

Este último punto, esquivar la mediocridad, es uno de los deberes más importantes que tenemos, ¡¡¡el gran reto de Europa!!!