De la obsesión por los tipos, a los resultados
- Luis Aparicio
- Madrid. Domingo, 15 de octubre de 2023. 19:30
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Es curioso, pero la brutal reapertura del conflicto entre Palestina e Israel, no merece el comentario de los expertos que hacen pronósticos sobre la marcha de los mercados. Es como si esta bomba de relojería en Oriente Medio estuviera siempre amortizada. Únicamente se refieren a la trágica situación bélica como causante de la incertidumbre en el precio del petróleo, que ha pasado en cinco días de negociación de 84,48 dólares por barril a 90,80 dólares en su referencia tipo Brent. Lógicamente, una extensión del conflicto hacia otros países productores de crudo como Irán traería más tensiones en los precios. Pero los gurús del dinero siguen con su obsesión por los tipos de interés.
El dato de inflación de septiembre en Estados Unidos, con crecimiento tanto en la general como en la subyacente, vuelve a traer los temores sobre posibles subidas de tipos cuando un mercado nervioso lo que busca son rápidos descensos. Y en esa rueda gira todo el discurso: ¿cuándo volverá a bajar tipos la Reserva Federal? Sin embargo, la relajación en los mercados de deuda, con ligeras subidas de los precios de los bonos y caída de las rentabilidades, daba un cierto empujoncito a las Bolsas durante los primeros compases de la semana.
Un hecho que muchas veces pasa desapercibido en el análisis del mercado de deuda y su evolución es que lleva una década intervenido por los bancos centrales. Tanto en Europa como en Estados Unidos, los tipos han sido artificiales, marcados por las compraventas de la Fed y el BCE y no solo por los inversores (mayoristas o minoristas). Una intervención que en la crisis financiera de 2008 causó mucha polémica, con enfrentamientos entre ortodoxos y partidarios de meter mano en el mercado con dinero público. Ganaron los segundos y ahora no se cuestionan estas prácticas, pero tienen sus efectos en las cotizaciones de estos activos. El BCE ha sido el mayor inversor del mercado de deuda europeo en los últimos años, una mano fuerte compradora que evitaba que precios y tipos se disparasen o hundiesen. Pues ahora tenemos esos mercados de deuda con tipos artificiales y en los que es difícil saber por qué suben o bajan si en la solución de la ecuación no encajamos el dinero público.
En la agenda de la semana brillarán los resultados empresariales que esta tanda llegarán en avalancha. Pero antes de referirse a ellos, hay algunas citas macro: el martes se publicarán los índices ZEW de los países de la zona euro, el Empire State de Nueva York, las ventas minoristas y la producción industrial de Estados Unidos. El miércoles, la atención se centrará en los precios al consumo de la zona euro y Reino Unido. Ese mismo día, la Reserva Federal (Fed) publicará su Libro Beige. El índice belga del clima de consumo, que se publicará el jueves, servirá de indicador para el conjunto de la zona euro. Además, durante la misma jornada se publicarán las solicitudes iniciales y continuas de subsidios por desempleo y el índice de la Fed de Filadelfia para el sector manufacturero estadounidense. Por último, el viernes se conocerán los precios de producción de Alemania y Reino Unido.
Datos interesantes, pero que difícilmente dirigirán la evolución de los mercados. Los inversores españoles también estarán atentos el próximo jueves a las subastas del Tesoro: bonos a 2 años, 5 años y 10 años. Las referencias de plazos más cortos, como los dos años, incluso el de cinco, podrían ser aprovechadas también por los inversores particulares que puedan aguantar ese periodo sin vender el bono y, por tanto, no arriesgarse al precio de mercado, tanto en lo negativo como en lo positivo. Los tipos ofrecidos en el mercado por esas referencias oscilan en torno al 3,5%.
El ánimo en las bolsas no atraviesa su mejor momento, según indican los expertos de Allianz Global Investors. El índice de la Confianza del Inversor (Sentix) ofreció un panorama muy heterogéneo. Así, el sentimiento de los mercados de renta variable estadounidenses sigue siendo sólido, está disminuyendo claramente en Asia y se mantiene en un preocupante terreno negativo en Europa y, en particular, en Alemania. Casi ha alcanzado niveles contradictorios. “En general, no parece probable que el buen tiempo regrese a los mercados durante la próxima semana, aunque unas temperaturas más suaves pueden ser bienvenidas en el contexto del cambio climático”, ironizan los expertos de Allianz.
Las cosas se ponen serias en el frente de los beneficios empresariales del tercer trimestre, con unas cincuenta empresas en el "club de las empresas con capitalización superior a 50.000 millones de dólares". Entre ellas figuran, como las más destacadas, Goldman Sachs, BofA, Morgan Stanley, United Airlines, Johnson & Johnson, Bank of America, Lockheed Martin, Netflix y Tesla en Estados Unidos, y Río Tinto, ASML, Nestlé, L'Oréal, Nordic Semicond, Ericsson, SAP, ASML y Roche en Europa.
Y en España, será la firma de componentes automovilísticos CIE Automotive la que abra el fuego de los resultados que esta semana tendrá también a Bankinter y Atresmedia como protagonistas.