Se van acercando las vacaciones y el año económico ha llegado ya a su ecuador. 30 de junio, semestre terminado. Hagamos un breve resumen de cómo está yendo el ejercicio. El PIB está creciendo aproximadamente a un 2,3%, muy en línea con el año pasado, que cerró al 2,5%.

Justo hace tres días se confirmó el dato adelantado del IPC, que ha sido del 3,4%, frenándose y confirmándose lo que la mayoría de los servicios de estudios económicos de principales instituciones y entidades financieras vienen pronosticando para este 2024, que se mantenga alrededor de ese 3% anual. El dato de junio, viniendo las vacaciones que siempre son inflacionarias por turismo, no es un mal dato.

En consonancia, el empleo (con todas las prevenciones habidas y por haber conociendo cómo pueden estar desvirtuadas las estadísticas de trabajo, debido a la contabilización de los fijos discontinuos que puedan estar inactivos como empleo) arroja buenos datos. Hemos pasado del 12,2% de diciembre de 2023 al 11,5%. Incluso con datos no maquillados podríamos hablar de estabilidad en el empleo.

El mercado inmobiliario va a ser fundamental en las perspectivas de 2025 y 2026. El crecimiento es más lento, pero se sigue creciendo

El turismo apunta bien. La Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave) anticipa cifras “récord” de reservas en España para este verano. Los clientes están comenzando a reservar con mayor antelación. Según una encuesta realizada entre sus 400 agencias asociadas, el 60% de las agencias espera un aumento en las reservas de entre el 5% y el 15% en comparación con el mismo período del año pasado. Y ya se sabe que, en España, cuando el turismo cierra un buen año, es raro que el país no lo haga.

La morosidad, que es uno de los grandes caballos de batalla para este año, parece controlada. Los datos más recientes sobre créditos dudosos, que son del mes de abril, la sitúan en el 3,6%, totalmente en línea con 2022 y 2023, y claramente por debajo de los años previos. Es difícil saber cuánta refinanciación dudosa hay, pero no parece que debamos, de momento, preocuparnos por ese lado. La salud de los flujos financieros es clave en estos momentos. Si el dinero fluye, la economía no se frena.

La venta de viviendas, que parecía que iba a desplomarse, no deja de sorprender a propios y extraños. Precios que siguen aumentando, a pesar de los niveles de Euribor de estos meses y ventas al alza con los datos del INE del mes de abril en mano. El mercado inmobiliario va a ser fundamental en las perspectivas de 2025 y 2026. Es verdad que el crecimiento es más lento, pero se sigue creciendo. Los cambios que se barruntan y debaten en los diferentes consistorios españoles, cuestionándose la normativa de alquileres vacacionales y eventuales cancelaciones de licencias de pisos turísticos pueden cambiarlo todo. Pero aún faltan meses para incluir todas esas decisiones políticas en la ecuación.

La inversión está en niveles moderados. La reactivación de fondos europeos es una realidad, pero necesitamos que la asignación sea ágil

¿Son todo buenas noticias? Bien, hay algunos signos inciertos, donde los datos oscilan y donde hasta final de año no sabremos con exactitud cuál es la valoración. La inversión está en niveles moderados. La reactivación de fondos europeos es una realidad y el Gobierno de España está tachando de la lista todos los requisitos que se nos van exigiendo para que ese dinero, esencial para la inversión, fluya desde Europa. Necesitamos que la asignación a empresas sea ágil y la burocracia no nos coma un año más.

En lo que respecta el consumo, crece al 1,8% en comparación con el 2,4% con que se cerró el año. Es decir, crecemos a un ritmo más lento, pero España sigue creciendo en el consumo, en consonancia con el PIB. Después de todo, no son malas noticias. Podríamos concluir diciendo que España se ralentiza de una forma saludable. Es lo que los economistas llamamos aterrizaje suave de la economía, que es relevante porque cuando las bajadas son suaves es siempre más fácil remontar el vuelo, pues no hay elementos críticos de la nave que se rompen durante el aterrizaje.

Los resultados empresariales son mixtos, habrá un poco de todo según el sector de actividad. Pero se anticipa un otoño donde las expectativas de beneficios empresariales pueden compensar a aquellas empresas con un primer semestre en números rojos.

En definitiva, ecuador pasado, con ese “progresa adecuadamente” que pasó a la historia de las calificaciones escolares, que nunca acabamos de saber si son, para quienes hicimos la EGB, BUP o COU, un cinco, un seis o un siete. Ahora le llaman “logro satisfactorio”. Pues eso.