El ingeniero aeronáutico mallorquín Rafel Jordà es el artífice de la compañía Open Cosmos, centrada en resolver los mayores retos del mundo mediante la entrega de misiones por satélite y todos los datos que pueden recopilar desde el espacio, "para tener un mundo mejor y preservar el planeta". Es uno de aquellos emprendedores e investigadores a quienes ha sido más factible hacerse un nombre en el extranjero que ser reconocido en su país. Una situación, sin embargo, que se ha enderezado en los últimos tres años, cuando Open Cosmos ha estado detrás de los satélites Enxaneta y Menut, que la Generalitat ha puesto en el espacio, o algo que también ha hecho por encargo de la Junta de Andalucía. "Hemos dado a entender a la ciudadanía que esto no es Star Trek, que no es ciencia ficción, y que los satélites están al servicio de la población, que son tecnologías estratégicas que nos ayudarán a resolver los problemas y, sobre todo, a buscar soluciones a aspectos tan determinantes como el cambio climático, la transición energética, la preservación del medio natural..." defiende Jordà, con un nuevo reconocimiento en el bolsillo, el Premio Princesa de Girona de Empresa 2023.

Detrás está la trayectoria de Rafel Jordà y los ocho años de trabajo para democratizar el acceso al espacio en beneficio de la sociedad, haciendo posible el lanzamiento de satélites a órbita baja, reduciendo los plazos de desarrollo y fabricación, y a un coste competitivo. Todo empezó en 2015, en Reino Unido, donde "el negocio creció bien y muy rápido" desarrollando múltiples satélites avanzados para telecomunicaciones, observación de la Tierra, navegación y ciencia. "Afortunadamente, la actividad que estamos teniendo en España ya es cada vez más importante, pero está lejos de la que tenemos en Reino Unido". El negocio no lo desglosa por regiones, pero Open Cosmos facturó 10 millones de euros en 2022, con un resultado operativo próximo al millón de euros. "Estas cifras las doblaremos, como mínimo, este año", confirma Jordà, porque tienen encargos por un volumen de 40 millones de euros. La estrategia del negocio se centra en "democratizar" los satélites, promover que sean "herramientas compartidas" y hacerlos asequibles. Los satélites de Open Cosmos requieren una inversión de 10 millones de euros, que puede elevarse en función de su complejidad, pero están lejos de los 300 millones de otros que están en órbita.

La empresa diseña, desarrolla y da forma a los satélites en los centros que tiene en el campus de Harwell, a Oxford (Inglaterra), y en Barcelona. Además, en este segundo semestre del año abrirá en Oporto (Portugal), porque está negociando un importante contrato "de gran impacto social" y necesitará tener una estructura en el país "con una treintena de personas". Así, la plantilla global de la compañía llegará al centenar de empleados, con casi la mitad en Oxford y algunos de ellos provienen de los Estados Unidos, "donde tenemos un reconocimiento dentro del mundo espacial empresarial".

Open Cosmos tiene tres áreas diferenciadas. Open Orbit, que es la construcción de satélites en propiedad de otras compañías que, una vez lanzados a la órbita, la empresa hace el mantenimiento de la operativa. OpenConstellation, que es una infraestructura satelital mutualizada, creada para permitir a las organizaciones compartir los datos generados por los satélites para mejorar el acceso a la información sobre el Planeta. En este caso, el satélite también es propiedad de las empresas, centros de investigación, instituciones, administraciones..., pero contribuyen a crear una constelación abierta y agregada para disponer de muchos más datos y más recurrentes y la gestión está en manos de Open Cosmos. Actualmente, tiene 5 satélites en órbita, "porque uno ya ha acabado su vida útil, que está entre tres y cinco años". "Alguien podía decir que tienen una obsolescencia corta, pero consideramos que es preferible porque esta tecnología está avanzando muy rápidamente y eso nos permite tener siempre en órbita los satélites más avanzados", asegura.

En tercer lugar, Open Cosmos se encarga de DataCosmos, una interfaz que reúne diferentes tipos de imágenes satelitales, datos de fuentes complementarias, resultados de algoritmos y una lista de aplicaciones para hacer que las imágenes satelitales sean útiles y valiosas para las organizaciones que buscan monitorar y mejorar su impacto en el planeta. Con esta aplicación, la compañía ha desarrollado hasta 40 servicios, que van desde el control de los vertidos petroleros al océano, a detectar los plásticos marinos, fenómenos climatológicos, masas forestales... "Es una área en la cual esperamos crecer todavía más porque con la inteligencia artificial y el Big Data se podrá obtener mucha información con los datos que recogen los satélites en sus órbitas", manifiesta Jordà y admite que están abiertos a participar en otras compañías que desarrollen software adecuado para nuevas aplicaciones y "completar este marketplace". Si se da el caso, se pueden plantear abrir una ronda de financiación para cerrar las operaciones de compra, "pero hay muchas otras fórmulas financieras".

Rafel Jordà cree que hay mucho campo por delante. "El sector espacial actualmente se encuentra en un punto de inflexión, igual que pasó a los años 80 con el sector de los ordenadores". Según recuerda, antes solo existían ordenadores muy grandes y al alcance de muy pocos, pero poco a poco se han ido construyendo otros más pequeños y ahora "cada uno de nosotros tenemos un móvil y utilizamos apps constantemente. Pues lo mismo está pasando ahora con el sector espacial, donde, con satélites pequeños como los que construimos desde Open Cosmos, estamos democratizando el acceso al espacio y a datos que nos permiten monitorar a escala global el cambio que vive nuestro planeta".

En los próximos meses, Jordà espera que el gobierno español concrete el programa del PERTE Aeroespacial, para presentar nuevos proyectos, en alianza con otras compañías. En total, el PERTE Aeroespacial movilizará más de 4.500 millones de euros con el impulso de los fondos europeos Next Generation. "Habrá que ver qué tiene cabida; nosotros solo hacemos y operamos satélites", concreta.