La semana pasada se celebraba en el Real Club de Tennis Barcelona el Open Banc Sabadell, que la ATP colocó en plena Semana Santa sin que la organización pudiera hacer nada para evitarlo. Esta coincidencia en el calendario aguó un poco el tradicional desfile de caras conocidas de todos los ámbitos por el village, el restaurante y también la grada. No obstante, el stand del banco organizador sí estuvo concurrido, especialmente los días no festivos, y fue un año más punto de encuentro de directivos y empresarios. Pero no es un año más.

En el torneo de 2024, celebrado también en abril, el ambiente era festivo y de optimismo para una entidad que mejoraba resultados y remontaba en bolsa. Aún no se había producido el hecho que ha marcado el último año del sistema bancario español: la opa del BBVA sobre el Sabadell. Faltaban pocos días, y desde entonces, nada ha sido igual, ahora la opa hostil del banco de origen vasco lo empaña todo. Cada gesto, cada acción, cada decisión se interpreta en el marco de la opa. Y así se entiende también que el stand del Sabadell estuviera a rebosar de directivos y exdirectivos del banco, pero también de empresarios y políticos que saludaban, charlaban, hacían networking y de paso picaban y bebían algo con los anfitriones.

La coincidencia del Open Banc Sabadell con la Semana Santa no evitó que el stand de la entidad estuviera muy concurrido. No era un año más

Estos eventos son torneos deportivos pero, sobre todo, actos sociales. Las empresas e instituciones que organizan, patrocinan o simplemente pagan por tener allí un espacio, lo quieren lucir e invitan a amigos, conocidos y saludados. Una vez allí, aprovechan para impresionarlos con su hospitalidad, darles un mensaje, venderles la moto o hacerles alguna petición. Toda esta liturgia de las relaciones públicas tiene una intención. Y hasta el año que viene.

En el stand del Banc Sabadell el tema era el tema. No es que no se hablara de nada más. Que si “¿cuándo te vas para la Cerdanya?”, o “mira que poner el torneo en Semana Santa”. Pero al final todo nacía y moría en el mismo sitio, la oferta del BBVA y una pregunta: ¿qué pasará? ¿Saldrá adelante la opa? El ambiente era de que no. A ver, tampoco era un terreno de juego neutral. Era como ir al palco del Bernabéu un miércoles y preguntar si el Real Madrid remontaría al Arsenal; estoy seguro de que la respuesta mayoritaria era que sí. El no a la opa jugaba en casa. Pero lo cierto es que la sensación de que la operación descarrilará está cada vez más instalada.

En el entorno del banco catalán no se confía en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que presentará en breve sus conclusiones. Aunque finalmente se viera forzada a ampliar el test de mercado a las pymes, se da por hecho que no introducirá muchas más condiciones, ni muy difíciles, al BBVA. Incluso corría la sospecha, no mayoritaria, pero tampoco anecdótica, de que la resolución de la CNMC ya estaba lista aunque aún no hubiera recibido todas las respuestas al test de mercado.

El entorno del Sabadell no espera nada de la CNMC y hay sospechas de que ha hecho el informe sin esperar las respuestas y el test de mercado

La sospecha se confirmó un poco más el jueves, cuando un diario, el que ha sido más afín al banco que preside Carlos Torres durante todo este año, abría diciendo que el informe ya estaba listo y sería favorable al BBVA. Muy rápido habría tenido que analizar Cani Fernández la respuesta y documentación de Pimec y del propio Sabadell, que enviaron el miércoles, horas antes de esta noticia, para poder incorporarlas al informe. O quizás ya lo tenía hecho y solo abrió la fase 2 y el test de mercado para quedar bien y mostrar al sector, al gobierno español y a la sociedad que se había hecho un análisis exhaustivo. La sospecha, por tanto, era razonable.

Tampoco se puede decir que los contrarios a la opa esperen que sea el Ejecutivo de Pedro Sánchez quien les saque las castañas del fuego. Tendrá un mes para pronunciarse, después de que lo haga la CNMC, en la llamada fase 3, pero puede parar el reloj siempre que tenga que pedir alguna documentación adicional o aclaración. Es casi barra libre. Sí creen que puede demorarlo, y están convencidos de que el tiempo juega a su favor, pero no saben hasta dónde puede llegar. Lo que sí creen, porque lo ha dicho el ministro Carlos Cuerpo varias veces, es que no aprobará la fusión, lo que elimina parte de las sinergias de la opa y hace que sea menos atractiva para los accionistas.

El Sabadell presentará el plan estratégico como muestra de confianza en su futuro en solitario y para terminar de convencer a los accionistas

Desde el inicio de la opa, en el Banc Sabadell y su entorno estaban convencidos de que les amparaba la razón: el banco tiene más recorrido en solitario y su desaparición será negativa para las empresas y pymes no solo de Catalunya, sino de todo el Estado. Ahora creen, además, que el tiempo y los hechos los han reforzado como poseedores de la razón, empezando por la subida en bolsa, que ha borrado la prima de la oferta del BBVA, siguiendo por los informes que les otorgan un gran potencial de crecimiento y terminando por unos resultados muy buenos.

En quien confían más, por tanto, es en los accionistas. En que vean la evolución del banco el último año, los últimos años, su potencial, valoren además que el veto a la fusión resta atractivo a la operación, y voten que no. No es fácil, ya que la mitad son institucionales, fondos de inversión, etc., y solo miran el beneficio de la venta. Pero es el camino que ha elegido el Sabadell. De hecho, trabaja en un plan estratégico que quería presentar en mayo, justo después de los resultados del primer trimestre, que se esperan también muy buenos. La guerra arancelaria está obligando al banco a ajustar el plan estratégico, pero la previsión ahora es que lo presente en junio, como una muestra de confianza de que sobrevivirá en solitario y, con toda seguridad, con previsiones para terminar de convencer a sus accionistas.