El 2024 será recordado como el año en que la inteligencia artificial generativa (IAG) se consolidó en nuestras vidas. ¿Quién no utiliza hoy herramientas como ChatGPT, GitHub Copilot o MidJourney? Para los más avanzados, plataformas como Veo-2 de Google ya están abriendo nuevos horizontes. Y, casi sin darnos cuenta, herramientas como las de Microsoft Office, Google Docs o LinkedIn están transformando nuestra forma de trabajar y comunicarnos.

2024 fue el año del descubrimiento y la experimentación. Pero si 2024 fue el año de las herramientas, 2025 será el de la acción. Las organizaciones que hasta ahora han hecho pequeños proyectos piloto comenzarán a escalarlos, integrando la IAG en procesos críticos. Esta transformación será tan significativa como la que generaron Internet y los smartphones con sus aplicaciones. Y, como en cualquier revolución, habrá ganadores y perdedores.

¿Qué nos espera?

El cambio no será inmediato, pero tendrá momentos disruptivos. Pronto dejaremos de navegar por aplicaciones tradicionales para interactuar con asistentes que no solo responden preguntas, sino que anticipan necesidades. Buscaremos información o contrataremos servicios con experiencias más fluidas, parecidas a Perplexity AI, que ya ofrece respuestas directas en lugar de enlaces.

Pero este cambio no será solo tecnológico, sino organizativo. Las empresas transformarán su forma de operar, y este cambio será desigual. Algunas se adaptarán rápidamente, otras lo harán de manera más profunda, y algunas lograrán combinar ambas capacidades. La velocidad y el enfoque determinarán quién lidera esta nueva era.

Las etapas de la revolución IA

  1. Aumento de la productividad interna
    El primer impacto de la IAG lo veremos en las operaciones internas. Herramientas como Lilly, el chatbot de McKinsey, o Harvey, utilizado por Cuatrecasas, son solo ejemplos de lo que está por venir. Estas herramientas, que hoy se utilizan para consultas sencillas, evolucionarán para apoyar tareas complejas. Además, áreas como recursos humanos, manuales de operaciones y documentación legal se digitalizarán a través de chatbots especializados, haciendo más ágil el acceso a la información.

    También veremos una explosión de herramientas de marketing que aprovechan la IAG para personalizar contenidos según audiencias específicas. La generación de textos para campañas, presentaciones o propuestas comerciales será automática. En este escenario, los equipos podrán centrarse en tareas más creativas y estratégicas, mientras que la IA se encarga de las rutinas.
     
  2. Interacción externa transformadora
    En el ámbito de la atención al cliente, los primeros pasos ya están aquí. Hoy, muchos servicios se gestionan con chatbots sencillos, pero pronto estos asistentes serán capaces de entender contextos complejos y resolver problemas de manera efectiva. Esto afectará servicios como la banca en línea, donde ya no será necesario navegar por menús: simplemente hablaremos con nuestro "banquero virtual". Lo mismo ocurrirá en plataformas de comercio electrónico como Amazon, o en universidades y escuelas de negocios, donde interactuaremos con sistemas inteligentes que responderán nuestras preguntas e incluso nos ayudarán a tomar decisiones.
     
  3. Agentes que hacen cosas por nosotros
    Esta será la gran disrupción. Los agentes digitales serán capaces de organizar tareas complejas: reservar viajes, coordinar eventos con amigos, gestionar calendarios o incluso elaborar resúmenes para informes académicos o profesionales. Este tipo de programas serán mucho más que asistentes pasivos: actuarán de manera autónoma, ahorrando tiempo y haciendo la vida más sencilla.
     
  4. Integración de transacciones
    La siguiente frontera será la integración de las transacciones directas con chatbots. Cuando contactemos con el servicio de atención al cliente, estos asistentes no solo resolverán incidencias, sino que gestionarán devoluciones, compensaciones o cambios. Esto llegará inicialmente de la mano de los agentes digitales más avanzados, pero pronto será un estándar en muchas industrias.

¿Y qué pasa con los puestos de trabajo?

Estas transformaciones no llegarán sin impactos. Una de las primeras categorías profesionales afectadas será la de los juniors en sectores como consultoría, abogacía o programación. Las tareas que tradicionalmente se les asignaban ahora pueden ser ejecutadas por la IAG, obligando a redefinir sus roles.

Lo mismo ocurrirá con el servicio al cliente, un sector a menudo criticado por su ineficiencia. Este ámbito vivirá una transformación profunda, ya que los chatbots asumirán muchas de sus funciones. Áreas como ventas, admisiones universitarias y marketing también tendrán que adaptarse o reinventarse por completo.

El 2025 será el año de la acción, un año lleno de movimientos, aceleraciones y, en algunos casos, resistencias

Este escenario no es exclusivamente negativo. Aunque algunos puestos de trabajo desaparecerán, también se crearán nuevas oportunidades para quienes sepan aprovechar esta tecnología. Las organizaciones que lideren esta transición no solo innovarán, sino que establecerán nuevos estándares para el resto.

Hacia un futuro lleno de retos y oportunidades

El 2025 será un año lleno de movimientos, aceleraciones y, en algunos casos, resistencias. Profesiones y sectores se adaptarán a diferentes velocidades. ¡Y ojalá esta transformación llegue también al sector público, que con frecuencia queda rezagado!

Pero en este entorno de incertidumbre e innovación, la pregunta que debemos hacernos es clara: ¿tu empresa está preparada?

La estrategia de IA como ventaja competitiva

Adoptar herramientas comerciales puede mantenerte al mismo nivel que la competencia, pero no te dará una ventaja real. Solo las organizaciones con una estrategia de IA propia podrán destacar. Esta estrategia no se construye de un día para otro, sino a través de proyectos piloto que permitan aprender, adaptarse y liderar. Es así como se crean nuevas oportunidades y se define el futuro.

¿Ya tienes tu estrategia de IA? Si no, ¿a qué esperas?