ArcelorMittal, la mayor siderúrgica del mundo, ha renunciado a tener lista en 2025 la planta de reducción directa (DRI) de hierro alimentada de hidrógeno verde en Gijón por la que se le aprobó el mayor PERTE de descarbonización concedido hasta la fecha por el Gobierno español, de 450 millones de euros. Ha aplazado la inversión y da por hecho que arrancará la planta más tarde y que lo hará con gas natural ante los elevados costes del hidrógeno verde, pero no por ello renuncia a las ayudas, según reconocen a ON ECONOMIA tanto fuentes de la empresa como del Gobierno, que no hace ascos a mantener las ayudas del PERTE.
"Para aprobar la inversión necesitamos una subvención que cuente con el 50% de aportación pública aproximadamente y la inversión inicial es de 1.000 millones", cuentan fuentes de ArcelorMittal, que reconocen que "la planta podría operar inicialmente con gas natural y gases siderúrgicos, que reducirían en un 20% las emisiones de CO₂, pero no en el mismo nivel que el hidrógeno verde". Fuentes del Ministerio de Industria reconocen que mantienen "conversaciones periódicas" con la empresa y recuerdan que "la UE permite en un principio el uso del gas para arrancar la producción" a la hora de conceder las ayudas. "Más adelante se produciría una hibridación paulatina con hidrógeno verde", prosiguen fuentes del ejecutivo español, si bien desde la empresa prefieren no aventurarse a garantizarlo actualmente.
En efecto, la Comisión Europea recoge en su aprobación a las ayudas españolas de 460 millones un inicio basado en el gas, pero también que "finalmente, la planta operará usando hidrógeno renovable con gas sintético producido de residuos de los gases metalúrgicos". Lo que varias voces ecologistas no ven tan claro es que, con este inicio basado en el gas natural y un futuro incierto en cuanto al hidrógeno verde por parte de la empresa, la planta de DRI vaya alineada con el real decreto 251/2023, del 4 de abril, cuando el BOE publicó la ayuda a ArcelorMittal. Dice el artículo que el proyecto "presenta un carácter excepcional y de interés público al alinearse perfectamente con los objetivos estratégicos de descarbonización". Tal y como apunta una investigación de la red ecologista de investigadores Aria, ArcelorMittal ha ido cambiando paulatinamente su discurso con respecto al hidrógeno verde, pasando de la euforia a la falta de compromisos sin renunciar a las ayudas.
Un giro "engañoso" hacia el "greenwashing"
La abogada especialista en derecho ambiental y energía Carlota Ruiz-Bautista, del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), califica el "giro" de ArcelorMittal de "engañoso" y "greenwashing". "La empresa hizo bandera de que sería pionero en el hidrógeno verde desde el año 2021, consiguió las ayudas y ahora no ofrece una hoja de ruta clara sobre el sector", apunta Ruiz-Bautista, que no descarta que la organización de la que forma parte emprenda acciones legales.
Con la planta asturiana aún por reactivar y dos más en Bélgica y Alemania en la misma situación, ArcelorMittal espera seguir en España los pasos de Francia, donde en enero firmó el plan final descarbonización de la nueva planta de Dunkerque con un coste de 1.800 millones de euros y una ayuda estatal de 850 millones de euros. Aunque poco se mencionó durante la firma, el documento de la Comisión Europea que aprobó las ayudas recoge, al igual que el español, que la planta "utilizará inicialmente gas natural", que "gradualmente" irá dando paso a hidrógeno verde "o de bajas emisiones", biogás y electricidad.
"La empresa hizo bandera con que sería pionera en hidrógeno verde en el 2021 y ahora no ofrece una hoja de ruta", denuncia la abogada experta en energía Carlota Ruiz-Bautista, del IDDMA
"Es verdad que el paso del carbón al gas disminuye las emisiones de CO₂, pero es un combustible fósil que no sirve hacia las emisiones cero. Y, además, emite metano, que tiene una mayor capacidad de calentamiento que el propio carbón. O sea, contamina menos in-situ, pero con un importante daño a la atmósfera", añade la abogada. El Ministerio de Transición Ecológica explicita en su página web que las emisiones de gas natural son "un 40-50% menores de las del carbón" y fuentes de ArcelorMittal estiman que la reducción inicial será de un 20 o un 30% con relación al actual horno de carbón asturiano. "Además, hay que ver de dónde procede la extracción de este gas".
El hierro de reducción directo (DRI) es un proceso que consiste en obtener el hierro mediante una llama reductora que da como fruto una esponja de hierro sólida que se utiliza como carga en hornos eléctricos para la fabricación de acero. La reducción directa viene a suceder el horno alto, una parte del proceso que no puede hacerse con electricidad (que sí que funciona en los hornos eléctricos) por las elevadas temperaturas que requiere.
Es justamente en estos procesos industriales de elevadas temperaturas a los que la electricidad no llega donde el hidrógeno verde debe jugar un papel clave en la descarbonización energética, ya que al generarse a partir de energías renovables con un proceso costoso no compite en igualdad de condiciones con todos aquellos sectores donde la vía eléctrica es una opción, como los automóviles o la luz. "No toda la carga del hidrógeno verde debe correr a cargo del estado, ArcelorMittal también debe de poner de su parte para el desarrollo del hidrógeno. Falta un compromiso por parte de las políticas sobre la descarbonización del sector", dice Ruiz-Bautista.
Una industria con 5.000 trabajadores en Asturias
En juego, además de la descarbonización del sector, están gran parte de los 5.000 trabajadores que la acería tiene en Asturias, así como 2.500 trabajadores indirectos, por lo que el ejecutivo resalta que "el compromiso del Gobierno con la industria asturiana es firme" y "se estudian diferentes líneas de trabajo que permitan garantizar su actividad en Asturias". El horno alto al que debe sustituir la planta de reducción finalizaba su vida útil el año pasado, pero la empresa ha considerado que puede alargar su vida un par de años más. Actualmente, la acería tiene a sus 5.000 trabajadores de Asturias en ERTE por la "baja demanda y alto número de importaciones" de productos fuera de la Unión Europea, por lo que el asunto de los costes se vuelve crucial ante competidores extranjeros.
ArcelorMittal se apuntó a la fiebre por el hidrógeno verde surgida hace un par de años erigiéndose como abanderado del hidrógeno verde y aún hoy en su página web se puede leer un comunicado del año 2021 en el que aseguraba que la acería de Sestao, nutrida por el acero de Asturias, sería "la primera acería del mundo con cero emisiones de carbono en el conjunto de su proceso productivo" a partir de 2025.
Tras la fiebre inicial, la realidad ha demostrado que los costes para producir son aún muy elevados, ya que requieren de electricidad y un proceso difícil de conseguir a costes equiparables con los del gas natural. Son varios los negocios que han rebajado su euforia inicial con relación a este vector energético, que debe transportarse por toda Europa a través del hidroducto H2MEd impulsado por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, y también ArcelorMittal ha ido cambiando su discurso al respecto asumiendo que el gas natural es su futuro inmediato y eludiendo ya comprometerse a un calendario de hidrógeno verde. Lo que no ha hecho en Europa es retirar también sus solicitudes de ayudas públicas.
Tras la fiebre inicial del hidrógeno verde, los elevados costes han enfriado a los inversores
Para Caroline Ashley, directora de SteelWatch, organización internacional que vigila la descarbonización del acero, se trata de un "cambio silencioso" y "preocupante" el que la empresa ha ido haciendo con respecto al hidrógeno verde. "Los gobiernos europeos deberían dejar de dar ayudas a las empresas que no van a cumplir en descarbonización y la industria del acero no está siendo suficientemente agresiva para alcanzar las cero emisiones", completa.
La investigadora considera que hay un "patrón" de conducta de la empresa en toda Europa, primero con promesas de descarbonización en toda Europa y luego recogiendo cable pero manteniendo las solicitudes de ayudas públicas, actitud que le ha servido en Francia. Uno de los asuntos que queda en el aire sobre las ayudas es qué pasará si el gas natural se perpetúa en las plantas y no se descarbonizan con hidrógeno verde. ¿Devolverá ArcelorMittal el dinero? "Las condiciones tienen que ser más claras", sentencia Ashley. Su compañero, Romain Su, añade que "se están dando ayudas en innovación a una tecnología que no es innovadora". "El gas natural es un combustible fósil", recuerda. "Si Europa da este ejemplo con la descarbonización, en otros países la situación puede ser aún peor", añade Ashley.
ArcelorMittal facturó en 2023 68.275 millones de dólares, 11.000 menos que los 79.844 de 2022, y ganó 900 millones, diez veces menos que el año anterior debido en parte al coste de 2.400 millones de dólares que tuvo la pérdida de sus actividades en Kazajistán tras el incendio de la mina de Kostenko en octubre del pasado año, donde murieron 46 mineros y el presidente del país ordenó el cese de las actividades de la empresa.