Familia Torres no claudica ante los efectos del cambio climático en la viticultura. La compañía está adaptando las viñas a las nuevas circunstancias climáticas, desplazando los cultivos hacia el Norte, buscando altitud y temperatura más frías. Con esta finalidad prevé invertir hasta 10 millones más en la compra de terrenos en altura, en los próximos 10 años, en Catalunya y Chile. Estas son también las áreas geográficas en que en la última década ha adquirido sol para el cultivo de la viña, situado entre 550 y 1.200 metros de altitud.

La compra de terrenos en altura “será una de nuestras inversiones prioritarias”, asegura Miguel A. Torres, presidente de Família Torres, en declaraciones a ON ECONOMIA, y apunta a esta "deseada" cifra. "Examinaremos varios emplazamientos, tanto en Catalunya como en Chile", confirma y admite que su aspiración está sometida a que "los beneficios de la empresa sigan siendo positivos".

La previsible cifra de recursos para los próximos años se sumará a la inversión realizada en la última década en diferentes actuaciones para adaptarse al cambio climático y reducir la huella de carbono de todo el grupo Família Torres. En total han sido 16 millones de euros, la mayor parte, "entre 10 y 13 millones" también se han destinado a la compra de terrenos en altura, añade Miguel A. Torres.

Ajustándose a estos criterios, la bodega ya cultiva en las poblaciones de Tremp (Lleida), Santa Maria de Miralles (Barcelona) y en las zonas más elevadas del área de la Denominación de Origen Penedès, también en la demarcación de Barcelona . También en Valladolid y en Galicia. En Chile, donde la marca lleva más de 40 años establecida, con presencia en las regiones de Maule, Bío-Bío y Ñuble.

En el 2021, Família Torres consiguió reducir sus emisiones de CO₂ por botella, tanto directas como indirectas, en un 35% con respecto al 2008, y tiene el objetivo de superar el 60% de reducción en 2030 y convertirse en una bodega de cero emisiones limpias antes de 2040. Un hito que se tiene que alcanzar, manifiesta un incansable Miguel A. Torres, quién con su tenacidad ha acelerado siempre la consecución de los objetivos determinados. Entre otras acciones, es el impulsor de la asociación International Wineries for Climate Action (IWCA), que cofundó en 2019 con Jackson Family Wines, como grupo colaborativo con propósitos ambiciosos de reducción de emisiones, para liderar la descarbonización del sector en todo el mundo. Ya forman parte de esta asociación 40 bodegas de 9 países.

La estrategia en sostenibilidad del grupo responde al programa ambiental Torres & Earth, que se empezó a implementar en 2008, y que en la actualidad abarca toda la cadena de valor de la compañía y se ha extendido a todos los proveedores que suministran al grupo. "Un proveedor que no actúe para reducir sus emisiones de CO₂, no trabajará para Família Torres", sentencia a su presidente. Fundado en Vilafranca del Penedès el 1870, hace más de 150 años, la bodega "colabora estrechamente con nuestros proveedores y no dejamos de innovar en acciones en la lucha contra la emergencia climática".

Reconocimiento de Torres al esfuerzo de los proveedores

Solo hace falta que le pregunten al viticultor de la Terra Alta, Tomàs Peig, que lleva 20 años contribuyendo a la elaboración de los vinos Torres con el cultivo de las casi 30 hectáreas de viña que trabaja en el municipio de Batea (Tarragona), donde ha reducido un 9% sus emisiones de CO₂ por hectáreas en el último año. Para conseguirlo ha fomentado el cultivo ecológico, ha unificado el 75% de la plantación en una sola finca y ha construido un almacén dentro de la misma finca agrícola y ha renovado parte de la maquinaria.

Por su labor al frente de la explotación familiar, Tomàs Peig ha merecido el reconocimiento de Família Torres en la sexta edición de los Premios Torres & Earth, en la categoría de proveedores, que se entregaron este miércoles en Barcelona. El resto de galardonados han sido el fabricante de botellas de vidrio Verallia, para optimizar el transporte de cantos rodados, apostar por la economía circular, promover la reutilización de botellas de vino y mejorar la eficiencia energética de sus hornos; y en el proveedor de transporte Logística Juan Ruiz, una empresa familiar de Granada, por la renovación constante de su parque de camiones con vehículos más eficientes. Fruto de esta cooperación, en conjunto, la cadena de proveedores ha reducido ya las emisiones en un 37% en las materias primas contaminantes, un 27% en el material envasado y 14% en la distribución.

El premio para destacar un territorio sostenible ha sido para Caldes de Montbui (Barcelona), representado por su alcalde Isidre Pineda y el concejal de acción climática Jordi Martín, para impulsar la transición emergencia mediante la iniciativa CEL de Caldes, una comunidad energética local que ofrece tres modalidades en función de la forma de obtención de energía fotovoltaica y consumirla. Su objetivo es fomentar el uso de energías renovables para reducir las emisiones de CO₂ gracias a la participación ciudadana, establecer mecanismos de lucha contra la pobreza energética y bajar la factura eléctrica de los ciudadanos. Finalmente, el naturalista y divulgador ambiental Josep Lluís Gallego ha recibido el premio Torres & Earth al mejor comunicador.

En línea con el programa, internamente, Família Torres prevé alcanzar, al principio del 2023, el 50% de autoconsumo energético en la bodega de Pacs del Penedès gracias a la energía renovable que producirá en sus propias instalaciones. A los paneles solares y la caldera de biomasa que tiene en funcionamiento desde hace unos cuantos años, se sumarán, a lo largo de este año y principios del que viene, cuatro nuevos proyectos fotovoltaicos que permitirán a la bodega llegar a este 50% de autarquía energética.

Família Torres ha completado el primero de estos proyectos, que se ha ubicado en la cubierta del edificio que acoge el Centro de Visitas, el restaurante El Celleret y el Museo Fundación Família Torres, en la emblemática finca Mas La Plana. Otros dos proyectos se instalarán también en cubiertas dentro del recinto de la bodega y el último ocupará un terreno próximo. Además de los paneles fotovoltaicos, la bodega cuenta, desde el 2012, con una caldera de biomasa que se alimenta de sarmientos, cepas y aprovechamiento forestal y que contribuye de manera significativa a su capacidad de autogeneración energética. También tiene un sistema de recogida de las aguas de lluvia. Con respecto a la flota de 190 vehículos, en 2023, el 25% ya se habrá renovado con vehículos eléctricos.