El Govern presentará el lunes en Barcelona su Plan del Vehículo Eléctrico con el cual pretende corregir el retraso de esta transición que Europa prevé que para el 2035 todos los coches que se venden sean eléctricos. Ahora mismo Catalunya solo tiene un 14,3% de sus coches electrificados (125.000) mientras que la UE pide un 40% de cara a 2030. El crecimiento además está estancado y el año 2023 solo un 12% de los coches que se vendieron a España fueron eléctricos o híbridos enchufables.

La primera medida detallada por el ejecutivo es empezar por el ejemplo propio electrificando al 90% en 4 años la flota de la Generalitat y poniendo 5.000 puntos de recarga en sus edificios en los 4 próximos años. En una segunda fase, los nuevos cargadores serán abiertos a la ciudadanía. Más ayudas públicas y una campaña publicitaria para difundir los beneficios serán los puntales para convencer a la ciudadanía de que dé este paso.

En un encuentro con periodistas, responsables de los departamentos de Empresa y de Territorio (encargados de la parte de los cargadores), reconocieron que al Gobierno le ha faltado contundencia a la hora de divulgar los beneficios del coche eléctrico entre la ciudadanía y se comprometieron a desplegar cargadores por el territorio, en colaboración con el sector privado, a fin de que lleguen incluso a los puntos más remotos de Catalunya. La idea es que nadie pueda ver en la falta de cargadores un motivo para no adquirir un coche eléctrico.

Por otra parte, el Gobierno se dispone a gestionar un gran volumen de ayudas públicas una vez se empiece el plan estatal Moves III, que tiene que dar ayudas de hasta los 7.000 euros y aplicar deducciones del IRPF. Hoy por hoy, el retraso de la aprobación de este plan de ayudas y de la concesión de las aprobadas con las ayudas previas tienen un efecto más bien disuasorio entre parte de la población. Las ayudas públicas tendrán una importante parte destinada también a los coches de empresa, que según anunció ayer mismo la Comisión Europea tendrán que ser un 100% eléctricos a partir de 2030.

Catalunya necesita multiplicar casi por cinco sus cargadores eléctricos en los seis próximos años, en los cuales tiene que llegar en los 45.000 por todo el territorio. Son algunos de los objetivos para compasarse en el Green New Deal que prevé la descarbonización de la economía y que en gran parte pasa por la electrificación de sectores muy contaminantes como el transporte por carretera.

Esta electrificación puede ir acompañada además de una importante reindustrialización, ya que pide un cambio de materiales y procesos que pasa desde la red eléctrica, los parques energéticos de renovables y las plantas de baterías de almacenaje hasta los vehículos. En este sentido, Seat ha sido la empresa que más ha insistido en el Gobierno para que los ayude a llevar a cabo esta electrificación y la semana pasada recibió el compromiso de los gobiernos autonómicos donde el Grupo Volskwagen tiene industria (València, Navarra y Catalunya).

La empresa catalana tiene que empezar a fabricar vehículos eléctricos en Martorell el próximo año, mientras que la recién llegada Ebro, ya ha empezado a vender los primeros híbridos enchufables ensamblados en la Zona Franca con componentes de la empresa china Chery. Las decenas de millones de inversiones que se esperan en Catalunya para fabricar estos vehículos tienen que estimular también la economía doméstica, con la creación de puestos de trabajo y una mayor venta de vehículos. Ahora bien, en tanto que Seat irá dejando de fabricar coches a combustión y estos requieren más trabajadores que los eléctricos, harán falta nuevas industrias para incrementar los ocupados en el sector.