La red de agua catalana necesita 22.000 millones de inversiones hasta 2050 para dar respuesta a la subida de la demanda prevista y a la reducción de la pluviometría causada por la sequía y el cambio climático. Así lo muestra el estudio 'Catalunya 2050, bases para la transición hídrica', elaborado por expertos de los colegios de ingenieros, economistas e ingenieros agrónomos y de caminos de Catalunya, unidos en el Observatorio Intercolegial del Agua. Piden más conexión entre las redes de las 4 provincias, mejoras en las técnicas de riego y en las redes y la construcción de 6 desaladoras. 

El informe recoge 10 propuestas para "garantizar un sistema hídrico sostenible y resiliente", con el objetivo de garantizar una demanda que se estima en 4.782 hectómetros cúbicos por los 10 millones de habitantes que se prevén para 2050, "manteniendo los requisitos ambientales de ríos y masas de agua". 

Entre las 10 propuestas, destaca que el Corredor Litoral del Agua debe ser prioritario, "una medida estructural indispensable para dotar de resiliencia al futuro sistema hídrico de Catalunya y garantizar la igualdad de acceso para toda la ciudadanía". "Es necesario contar con una red interconectada que permita llevar el agua desalada y regenerada a cualquier punto donde se necesite". 

El corredor pretende vertebrar las redes de distribución de las zonas de costa, donde hay más demanda de agua de uso urbano (y más población), y los tramos que faltan por completar son el de ATLL-CAT (Aigües del Ter-Llobregat - Camp de Tarragona), de 65 kilómetros, que dotaría de una "gran resiliencia al Área Metropolitana de Barcelona, el Camp de Tarragona y el Baix Ebre", apunta el informe. Y también el ATLL-CACBGI, que conectaría el sistema de Aguas Ter-Llobregat con el Consorci Costa Brava Girona, "aportando resiliencia a los sistemas muy deficitarios Muga-Fluvià". Para estas obras sería necesario invertir 600 millones de euros. 

La propuesta más ambiciosa a nivel económico del documento pasa por una inversión total de 12.100 millones de euros, 484 al año, para "mantener en buenas condiciones las redes de distribución", lo cual favorecería la eficiencia en el uso doméstico, en la industria y en la agricultura para evitar pérdidas. 

Otra forma de mejorar la eficiencia en el uso del agua es un aumento de la competitividad y productividad de la agricultura, de forma que se produzcan más alimentos con la misma cantidad de agua, algo que ayudaría también a mejorar la actual soberanía alimentaria. 

4.400 millones para los canales de riego

Los canales de riego requieren inversiones de 3.390 millones de euros para modernizarse y ampliarse y 1.080 millones para tecnificar los riegos dentro de las fincas, con tal de alcanzar una eficiencia del 70% o superior con técnicas de riego de precisión apoyados por la digitalización. El riego tradicional es ahora el predominante en un 48% de la superficie regada, mientras que el degoteo se utiliza en el 36% y la aspersión en un 16% del terreno regado. 

Entre las mejoras, se propone la implantación de las tarifas binómicas para el riego, que determina un básico fijo en función de la superficie, con una horquilla de entre los 200 y los 250 euros y un variable entre 0,1 y 0,2 euros por metro cúbico, en función del agua utilizada. El documento reclama también un pacto entre regantes del Segre y el área metropolitana de Barcelona para compartir inversiones de modernización del cnaal de Urgell. 

6 desaladoras y vertido cero de agua depurada

Los expertos defienden también la construcción de 6 desaladoras, con una inversión de 1.000 millones de euros para completar los 280 hectómetros cúbicos por año y por persona que faltan por cubrir y que multiplicarían la capacidad actual, de 80 hectómetros cúbicos entre las plantas de Tordera y del Prat. Piden la construcción de 6 plantas como la del Prat, con una capacidad de 60 hectómetros cúbicos por año. 

El Observatorio apuesta también por la regeneración en las depuradoras cercanas a la costa con tal de que haya un "vertido cero" de agua depurada al mar, que equivaldría al 55% del uso del agua. Los usos prioritarios de la regeneración son la recarga de acuíferos, el aprovechamiento para el riego eficiente, agrícola y de parques y jardines o de la vía pública, los usos industriales o la reutilización potable indirecta.

Potenciar los acuíferos, "no solo como fuente de suministro, sino también como reservas naturales de agua para ampliar la capacidad almacenada en los embalses" es la séptima propuesta del Observatori. 

Destinar un 4% del volumen de negocio a la investigación, modificar la gobernanza del agua para integrar en la política de aguas todos los usos y territorios y garantizar el equilibrio económico y financiero del servicio son otras de las propuestas de los expertos.