La eficiencia energética de los edificios es una prioridad en Europa: los edificios deben consumir menos luz y, sobre todo, menos energía procedente de los combustibles fósiles de cara a 2030 y 2050. Para ello, es necesario rehabilitar los edificios, lo cual implica mejores recubrimientos térmicos, mayor aislamiento o sistemas de calefacción eléctricos o de biomasa. Pero lo primero es realizar una auditoría energética del edificio y saber en qué estado energético está tu edificio. Ahora bien, la calificación energética de tu edificio (y de cualquiera de España) se puede consultar en la página web del Gobierno español edificioseficientes.gob.es

¿Cómo funciona? Es muy sencillo. Se trata de un mapa interactivo de toda España donde puedes consultar la eficiencia energética de todos los municipios, barrios, calles e incluso edificios. Poniendo la dirección, e incluso el piso, aparece la eficiencia energética del edificio y de su entorno. 

Eficiencia energética del Ministerio de Transición Ecológica

Si viajamos, por ejemplo, al edificio del Ministerio de Transición Ecológica, ubicado en la plaza San Juan de la Cruz número 10, vemos que su eficiencia energética es C, en una escala en que A es la mejor y G, la peor. Sería un bien alto, un 6 o 7 sobre 10 aproximadamente. 

Se trata de una eficiencia considerablemente mayor que la mayoría de la zona, donde se observa una predominancia del color naranja claro, que representa la eficiencia E, bastante baja, con algunas manchas rojas de la peor eficiencia y algunas verdes en diferentes grados de buena eficiencia energética. 

La imagen de esta zona de Madrid se parece a la media española. Un análisis de UCI, entidad especialista en financiación sostenible de la vivienda, del pasado mes de marzo muestra que el 87% de las viviendas en España tiene una calificación energética E, F o G, es decir, suspenso, o sea, que necesitarán una rehabilitación energética de cara a 2030 y 2050 para cumplir con la nueva directiva europea de eficiencia energética de edificios. 

Eficiencia energética en el barri Gòtic de Barcelona

Navarra, Castilla y León y Galicia son las tres Comunidades Autónomas con el mayor porcentaje de viviendas con Certificación A, mientras que Canarias, País Vasco y Asturias se sitúan a la cola con los mayores porcentajes de viviendas con Certificación G.

Un 87% de suspensos energéticos

Catalunya tan solo tiene un 0,55% de edificios con calificación energética A y es una de las que menos tiene, por detrás tan solo de Extremadura (0,12%), Madrid (0,29%), Comunidad Valenciana (0,32%), Cantabria (0,38%) y Asturias (0,41%). No es, de todos modos, de las que está peor, ya que tiene porcentajes similares a la media española en calificación G, la peor (con un 21,91% por una media del 20,22% en España), y del 12,49% en calificación F, la segunda peor. La mayoría de sus edificios son un suspenso alto, calificación E, un 54,63%, cifra ligeramente inferior al 55,87% medio en España. 

Si miramos el mapa de Barcelona, observamos que el naranja es también predominante en casi todos los barrios, aunque con mucha mancha roja en el Raval y en el Gòtic, barrios con edificios más antiguos, y más verde por la Avenida Tibidabo o Passeig de Gràcia. Aunque la baja eficiencia energética es un problema generalizado y transversal, en las zonas más ricas se observan niveles mejores. 

Cómo se mide la eficiencia energética

¿Cómo y quién mide esta eficiencia energética? Ingenieros, ingenieros técnicos, arquitectos y arquitectos técnicos tienen capacidad para emitir estos certificados y hay empresas que se dedican a ello. No todos los edificios tienen certificados, aunque es obligatorio para todas las viviendas que se vayan a vender o alquilar. 

Para medirlo, se calcula el consumo de energía final hora a hora, contando con el diseño y orientación, las condiciones ambientales, las características térmicas y de aislamiento, los sistemas solares pasivos y de protección solar, las instalaciones térmicas, la ventilación natural y mecánica, la iluminación interior artificial, la natural y el uso de energías de fuente renovable directa, como pueden ser las placas fotovoltaicas en las azoteas o tejados. 

La medición de estos valores resulta en unos valores finales de kilovatios hora por metro cuadrado y kilogramos de CO2 por metro cuadrado. Un edificio de clasificación eenergética A puede llegar a reducir el consumo de energía hasta en un 40 o 50%.