Los sistemas prohibidos para que no se detecten emisiones contaminantes que provocaron el dieselgate que apuntó sobre todo al grupo Volskwagen en el año 2015 podrían haber seguido usándose por gran parte de los fabricantes de coches en Europa. Es la conclusión a la que ha llegado el Consejo Internacional del Transporte Limpio (ICCT), uno de los responsables de destapar el dieselgate en 2015, a partir de un estudio realizado con mediciones gubernamentales e independientes. La gran mayoría de tests, tanto los oficiales como los de laboratorio, han detectado niveles "sospechosos" de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) por encima de las permitidas y de lo esperado por los motores que apuntarían a un "probable", según la plataforma ecologista, uso de un distorsionador en más de siete de cada diez modelos analizados, un 77%, de las pruebas ejecutadas a vehículos en toda Europa. 19 millones de coches podrían seguir circulando con estos niveles de emisiones arriesgados para la salud humana.
Sumando los modelos de coche diésel Euro5 y Euro6 analizados, se vendieron 53 millones entre 2009 y 2019 en toda Europa -incluyendo el Reino Unido. De ellos, 24 millones, casi la mitad, han mostrado niveles de emisiones "sospechosos" en pruebas actuadas por gobiernos y 16,3 millones de ellos tendrían emisiones "extremas", aun por encima de las anteriores. O sea, que 40 millones de coches podrían haber sido vendidos con estos sistemas. El ICTT calcula que 19 millones de esos vehículos continúan aún activos y que la mayoría de modelos se siguen vendiendo. El umbral extremo llega a ser tres o cuatro veces por encima del límite oficial de emisiones. Actualmente, en España hay 32 millones de vehículos y, en Europa, 405,3 millones, entre los 282 de la UE y los 123 de países extracomunitarios.
En el caso de los coches con emisiones extremas, el informe se atreve a afirmar que en un caso de tal magnitud "es muy improbable que se deba a una causa distinta de la presencia de un dispositivo de desactivación", aunque alerta que no se puede hacer una acusación concluyente de causa-efecto. En estos casos, asegura el informe, estamos ante un caso "casi seguro" de uso de un dispositivo de desactivación, aunque "no se pueden descartar" otras opciones como una mala medición.
Los coches que pasaron más tests superando en niveles extremos las emisiones de NOx permitidas son el Volvo XC90 D4 de 2 litros de diesel Euro 6 y el Jeep Grand Cherokee de 3 litros don diesel Euro5, que superaron estos niveles en 24 y 22 tests respectivamente, mientras que en 28 y 23 casos, respectivamente, estuvieron por encima del nivel sospechoso. O sea, que en ambos casos bordearon cincuenta tests que mostraban niveles por encima de lo permitido.
El Opel Mokka 1.600, el Chevrolet Cruze 2L, el Chevrolet Orlando 2L, el Suzuki SX4 1,6L y el Volvo V40 1.L también están entre los peor calificados. El Jeep Grand Cherokee 3L vuelve a aparecer en su versión con diesel Euro6 en la lista. En este gráfico, puedes consultar los tests que ha pasado cada modelo de coche y la cantidad de veces que ha rebasado los niveles permitidos de forma "sospechosa" o "extrema".
Son un total de 700.000 mediciones ejecutadas en cinco países europeos, clasificadas por tipo de combustible diesel (Euro 5 y Euro6), entre las que hay cuatro tipos de test. En todas ellas, tanto las oficiales como las independientes, la mayoría de coches emiten más NOx del permitido, algunos con niveles sospechosos y otros con niveles "extremos". Un total de 209 modelos de coche han emitido NOx por encima de lo permitido, un 77% del total analizado. O sea, que más de tres de cada cuatro modelos de coches analizados muestran emisiones sospechosas en alguno de los tests.
El informe se hace público un día después de que la sentencia del TJUE obligara a indemnizar a un propietario de un Mercedes-Benz afectado por el dieselgate. Se trata de un escándalo europeo que se desató al hacerse público que el grupo Volskwagen utilizaba dispositivos que distorsionaban los niveles de emisiones de sus coches diésel.
El director general para Europa del ICCT, Peter Mock, ha relacionado el informe con las últimas sentencias relativas al dieselgate. "Tras las sentencias del TJUE, estos resultados presentan una base sólida de evidencia para que las autoridades investiguen y, potencialmente, tomen medidas correctivas para hacer frente a los riesgos para la salud que plantean los coches diésel europeos que circulan por nuestras carreteras", ha dicho.
El investigador principal del informe, Yoann Bernard, ha asegurado que "los niveles de emisiones hallados en las pruebas ofrecen datos de gran alcance para estimar la prevalencia de dispositivos de desactivación prohibidos". Lo que descubrimos es que los vehículos que superan el umbral "extremo" deben considerarse una señal de alarma y deberían plantear dudas sobre la justificación de su comportamiento en materia de emisiones. Un total de 150 modelos de vehículos presentan emisiones superiores a dicho umbral, lo que representa unos 13 millones de vehículos que siguen circulando en la UE 27 y el Reino Unido", ha añadido.
Las partículas NOx son gases que se emiten en los procesos de combustión que se llevan a cabo sobre todo en vehículos de diesel, al oxidarse el nitrógeno atmosférico a altas temperaturas. El 75% del emitido viene del tráfico de automóviles. Está vinculada a problemas respiratorios y pulmonares. El estudio alerta que "la contaminación atmosférica sigue siendo el mayor peligro medioambiental para la salud en Europa" y vincula 35.400 muertes prematuras a las emisiones de vehículos diésel de carretera en 2015, un 14% de las muertes prematuras relacionadas con la contaminación atmosférica.