No se hablaba todavía de Inteligencia Artificial cuando, en el año 1998, Antonio Delgado se doctoró en esta área de conocimiento en la Universitat Politècnica de Catalunya. No era todavía Inteligencia Artificial generativa, “lo más conocido eran los expertos en redes neuronales”, pero a él le sirvió como punto de partida para la creación de Aleasoft, una empresa que, sin demasiado ruido ni una gran facturación (un millón y medio de euros en 2023), juega un papel importante en la predicción de los precios de la luz en Europa. Y, con una plantilla de 20 trabajadores en España y 10 en otros países, empieza a hacerlo también en otros continentes.  

Según cuenta a ON ECONOMIA el propio Delgado, “en el año 98 nació el mercado eléctrico por la directiva europea que obligaba a liberalizarlo” y eso coincidió con su tesis doctoral que fue el impulso para su empresa. “Aleasoft fue la primera empresa participada por la Universitat Politècnica de Catalunya”, rememora Delgado, sobre una práctica habitual hoy en día con empresas centradas en ciencia, tecnología e innovación. 

La investigación sobre IA y predicción de precios trabajaba con la Bolsa, la telefonía y en general productos de consumo. “Pero nos fuimos centrando en la energía, que no se almacena y se consume a la vez que se produce”, lo cual genera unas particularidades de mercado que han cambiado mucho con las renovables. 

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Instalaciones renovables / Fotografía: Europa Press

Un año después de su nacimiento, Aleasoft ya tenía en su cartera de clientes a Endesa, “a los cinco años teníamos a las empresas más importantes de España, Francia e Italia, porque no había mucha competencia”, aclara Delgado. Hoy en día, aunque las empresas cuentan con sus propios sistemas de predicción, Aleasoft “sigue trabajando para todas ellas porque necesitan diversas opiniones y funcionamos como una predicción de consenso”, explica. 

La apuesta de Aleasoft nunca ha pasado por el crecimiento ni por el capital externo, aunque han recibido ofertas de compras, ya que "es rentable desde el primer día". Con un crecimiento orgánico, han obtenido beneficios “en todos los años de su historia”, presume Delgado. 

En efecto, en el año 2001 ya contaban con 421.697 euros de ingresos y beneficios de 165.816 euros, que al año siguiente pasarían a ser 727.341 de facturación y 276.299 en ganancias. Los ingresos han rondado entre los 570.000 y los 800.000 en los últimos años, cifra esta última que se superó en 2020 según el registro mercantil y que alcanza ahora el millón y medio, con beneficios récord de 450.000 euros, según el propio Delgado. 

Seis divisiones de negocio

La empresa ha compartimentado recientemente su actividad en seis divisiones en función del tipo de información y cliente al que se dedican, con AleaHub para fijarse en la previsión de contratos PPA de renovables, AleaConsulting como consultor de mercados energéticos, AleaWhite para la información destinada al sector y Aleastorage dedicada al almacenaje y al mercado de baterías, así como otras dos divisiones para pronósticos energéticos con diferente alcance y método, AleaGreen y AleaBlue.

Con algunos clientes ya en África, Oceanía y sobre todo en América Latina y Estados Unidos (mayormente empresas europeas que operan allí), Aleasoft busca ahora el crecimiento en estos mercados, pero no con grandes inversiones, ya que solo se plantean desembarcar con oficinas una vez tengan contratos cerrados. Miami, por su conexión con el mercado latino desde Estados Unidos, es la plaza más interesante para abrir filial en caso de que lo hagan, avanza Delgado. 

“No tenemos una gran ambición de crecimiento porque somos rentables, pero estamos creciendo poco a poco. El boom de las renovables es una oportunidad para nosotros”, desarrolla Delgado, que pronostica que demanda y oferta energética van a subir por igual, en parte por los data centers y los negocios de IA que van a disparar el consumo eléctrico y que eso va a compensar la posible bajada de precios motivada por el aumento de renovables. 

“Habrá más renovables, pero también cada vez más consumo y eso va a compensar”, explica. “Cuando no tengamos gas y nucleares el consumo eléctrico se va a multiplicar por dos, pero seguiremos teniendo gas en los próximos 50 años. Además, existe en otros países una transición de carbón a gas, con lo cual estamos lejos de tener un panorama 100% renovable a nivel planetario”, avanza Delgado. 

Geopolítica, conflictos armados, climatología, avances tecnológicos y aumento de la oferta y de la demanda condicionan la variabilidad de unos precios energéticos que fueron especialmente volátiles durante la invasión de Ucrania. Los expertos y la Inteligencia Artificial de Aleasoft se dedican a poner todos esos elementos sobre la mesa para afinar un pronóstico que sirva a las empresas energéticas.