Después de facturar 3 millones en 2023 con un crecimiento del 300%, la empresa catalana de autoconsumo fotovoltaico Solfy avanza a un ritmo que le permite prever que esta cifra se duplicará de nuevo hasta los 6 millones este curso. O sea, que habrá crecido un 600% en dos años y en medio de la crisis del sector. El pasado mes de julio, alcanzó su récord de ventas. 

Su CEO, Sergio Balcells, explica a ON ECONOMIA que ellos no han sentido el freno general del autoconsumo (se instalaron un 26% menos de equipos en el primer trimestre de 2024 en España), que se ha llevado por delante a Solarprofit y ha dejado herida a Holaluz. Reconoce que le da cierto "miedo" afrontar este crecimiento, que se ha traducido también en aumentar un 50% sus trabajadores hasta los 42 y tiene sus riesgos (como han demostrado otras empresas) si luego hay una gran caída de ventas, pero su socio Sergi Sants "es más optimista" y funcionan "como una especie de ying y yang".

 

En 2022, con la invasión rusa en Ucrania, el precio de la luz se disparó por la subida del gas y el interés en instalaciones fotovoltaicas se disparó. Fue el primer curso completo de Solfy como empresa, que cerró aquel año con una facturación de 786.000 euros y unas pérdidas de 240.000. 

Aunque la tendencia al alza se mantuvo en 2023, fue más moderada debido a la estabilización de los precios de la electricidad, pero en 2024 se registró un desplome de ventas ante la caída de costes eléctricos. 

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Sergio Balcells, CEO de Solfy, durante la entrevista con ON ECONOMIA. Fotografía: Miquel Muñoz

Esta montaña rusa castigó a Solarprofit, en preconcurso de acreedores, y a Holaluz, con una deuda asfixiante que debe reordenar, pero no a Solfy, que ha seguido creciendo, con un empujón clave de un millón de euros de Ona Capital, del grupo Bonpreu, en septiembre de 2023. 

“El potencial todavía es enorme porque la mayoría de gente no tiene placas fotovoltaicas, ni el 4% de la población, es un mercado totalmente virgen. Nosotros hemos trasladado todas las caídas de costes de materias primas al consumidor. Tenemos muy buen márketing y captación de clientes y ejecutamos bien, instalamos muy bien, que es lo importante. Esto nos hace tener ventaja frente a competidores”, defiende Balcells sin dar nombres de la competencia. 

Otra de las ventajas de Solfy, defiende Balcells, es que no tienen a los instaladores en nómina y cuentan con un modelo de “llave en mano” que moviliza los recursos una vez firmados. “Como no tenemos ningún almacén, hacemos cada proyecto adaptado a lo que quiera la persona, si pide una marca específica de placa o de inversor, se la facilitamos”, abunda Balcells, que explica que Solfy también gestiona todos los permisos de obra, los paga y tramita la legalización y las subvenciones. 

El problema de las subvenciones

Las subvenciones del Gobierno, denuncia Balcells, van con retrasos “mayoritarios” de hasta dos años. “Nos sabe muy mal porque la gente hace una inversión y cuenta con un dinero que tarda mucho en llegarle. Nosotros hemos sido muy transparentes con esto, explicando que son fondos públicos que se retrasan y el cliente tiene claro que no es nuestra culpa”, desarrolla Balcells. 

Otro obstáculo para empresas como Solfy son las grandes comercializadoras que, critica, "se han metido en el negocio de manera reactiva, porque a ellos lo que les gusta es vender luz y si puede ser cara, mejor". 

El empresario reconoce que reciben llamadas de clientes afectados por los desaguisados de Solarprofit y otras compañías (sin citarlas), con instalaciones a medio completar y otros problemas, y aunque intentan ayudar, explica que “es difícil hacerlo con instalaciones que no has puesto tú” y que no siempre pueden intervenir. 

Explica Balcells que la idea de Solfy surgió durante la pandemia por su intención de crear una "empresa con propósito", tras haber dirigido otros negocios como Milanuncios.com y haber vendido una empresa de cosméticos a inversores de Estados Unidos. Hasta 2022 no se materializó esta idea en Solfy, que enseguida se posicionó muy bien en el mercado. 

"No se trata de una inversión en un coche, sino en algo que te ahorra un dineral y que se amortiza en 4 o cinco años, tal vez ahora con los precios más bajos, en cinco o seis", defiende Balcells. 

Los tres objetivos de Solfy a corto plazo son “liderar el autoconsumo residencial” en España, crecer en la instalación de equipos a empresas y “consolidar la línea de la aerotermia”, la nueva climatización que Balcells confía que es una “segunda revolución energética” al nivel de las renovables. Por ahora, no se plantean internacionalizar el negocio porque ven mucho campo por recorrer en España, ni tampoco meterse en el negocio de los parques solares más allá del autoconsumo.