La startup catalana Ocean Ecostructures ha cerrado un contrato de 2 millones de euros para instalar su tecnología de regeneración de fauna marina en el Mar del Norte, donde se está construyendo una gran isla artificial de 6 hectáreas, la Princess Elisabeth Island, en la que se ubicará la conexión hacia tierra de los parques de eólica marina que funcionan en esa región marítima ubicada entre Noruega, Dinamarca, las islas británicas, las alemanas, los Países Bajos Bélgica y Francia.
Para conseguirlo, la empresa emplea una técnica innovadora con arrecifes artificiales, con un alma de acero y recubiertos de carbonato cálcico, "que es la mejor superficie para atraer al coral, que ayuda a que peces y crustáceos pequeños crezcan sin que se los coman los depredadores", cuenta a ON ECONOMIA Ignasi Ferrer, CEO y cofundador de la empresa, fundada en 2021. La infraestructura energética corre a cargo de Elia y la edificación la llevará a cabo TM Edison, joint venture de las constructoras DEME Group y Jan De Nul Group, y se prevé que opere a partir de verano de 2026.
Gracias a su tecnología de Life Boosting Units (LBU), que replica el funcionamiento de un arrecife natural para regenerar la vida marina y crear ecosistemas complejos y resilientes, la empresa ha cerrado contratos este año por valor de entre 2 y 4 millones de euros, lo cual le permitirá multiplicar por más de 20 su facturación del año pasado, que fue de 100.000 euros. La plantilla ha pasado de ser de 4 personas a 18.
Las empresas que desarrollan eólica marina y otras infraestructuras marinas buscan cada vez más, por obligaciones legales o bien por compromiso con los inversores, compensar sus efectos en el medio ambiente, lo cual significa un potencial de negocio para esta startup con sede en Barcelona.
En la isla artificial del Mar del Norte, instalará 500 unidades. "La exigencia del proyecto es muy alta y estas unidades específicas para el mar del Norte podrán aguantar tormentas, presión, corrientes extremas y grandes oleajes”, asegura Ferrer. “Para ello hemos mejorado materiales, grosor y resistencia, entre otros parámetros, llevando a cabo simulaciones, estandarizando y escalando la producción”, añade.
Actualmente, la empresa tiene 165 unidades instaladas, entre ellas 24 en los puertos españoles, incluido el Port de Barcelona, el de Tarragona y varios de la Costa Brava y ha cerrado contratos para instalar 800 más. Su objetivo es "transformar 20.000 infraestructuras marinas en oasis azules de aquí al año 2030, impulsando así una verdadera recuperación de la vida marina", explica la compañía en un comunicado.
La tecnología, basada en la imitación de los arrecifes a partir de carbonato cálcico, permite también la monitorización de la fauna que allí se genera, a través de la plataforma iOceans que reporta a los usuarios mediante Inteligencia Artificial. El incremento de biodiversidad y biomasa, el secuestro de CO2 o la generación de oxígeno son algunos de los datos que la aplicación captura.
"En las unidades que ya llevan más de 4 meses instaladas se han identificado más de 287 especies distintas, la mayoría de ellas autóctonas, han ayudado a fijar cerca de una tonelada de CO2, y a acumular más de dos toneladas de biomasa en los 20 puertos donde están presentes", informa la compañía.
Empresas en el accionariado
Recientemente, han entrado en su accionariado Ship2B Ventures, Inclimo Climate Tech y BStartup de Banco Sabadell. La aceleradora sueca Norrsken también la ha seleccionado para operar desde su nuevo hub en la Barceloneta. Fue, además, una de las 5 finalistas a mejor startup tecnológica del año en el 4Y4N, y acaba de ser seleccionada por el NASDAQ Entrepreneurial Center para su programa de impulso de startups innovadoras y de impacto.
"Se ha perdido el 50% de la biodiversidad marina y hay 16.000 especies en riesgo, se necesita un esfuerzo importante para revertir estos daños", dice Ignasi Ferrer, que reconoce que están negociando con "varias empresas" para ampliar su cartera de proyectos.