Después de meses de espera, el Gobierno ha dado este martes en el Consejo de Ministros el pistoletazo de salida a la implantación de la eólica marina en la Costa Brava y en el resto de aguas marítimas y oceánicas del estado. Lo ha hecho con la aprobación histórica del primer Plan de Ordenación del Espacio Marítimo español (POEM), que prevé los 19 puntos delante de las costas donde se podrán construir turbinas. El espacio de la Costa Brava se encontrará a 12 kilómetros del cap de Creus y a 10 kilómetros de las islas Medes. La extensión de la zona habilitada, que no quiere decir que quede completamente cubierta de turbinas, es de aproximadamente 249 kilómetros cuadrados, tal como se puede comprobar con el visor que ha habilitado el ministerio para poder ver los detalles de la nueva regulación.
Los espacios marítimos habilitados para la construcción de la eólica marina ocuparán toda la extensión del golfo de Roses, partiendo desde unos kilómetros por debajo de Cadaqués y llegando a las Medes y el Estartit en su zona más baja. Galicia, la costa de Asturias, Andalucía, las Canarias y Menorca son los otros lugares donde las empresas podrán empezar a presentar sus proyectos cuando se abran los concursos.
El terreno total en España habilitado es de casi 5.000 kilómetros cuadrados de mar, un 0,46% de las aguas marítimas totales que rodean territorio español, según ha señalado en un encuentro con prensa previa a la celebración del consejo de ministros el secretario de Estado de Medio Ambiente, a Hugo Moran. Con eso, se espera que España pueda generar entre uno y tres GW de energía eléctrica desde la eólica marina de cara al año 2030.
A la espera de que se abran los criterios para presentar los proyectos y licitaciones públicas (cada proyecto tendrá que contar después con su evaluación ambiental), el Ministerio para la Transición Ecológica ya tiene registrados en su web seis proyectos candidatos para poner turbinas delante de la Costa Brava, única región catalana donde se podrá construir eólica marina. Las instalaciones, según fuentes del sector, pueden costar entre 1.500 millones y 2.000 millones de euros.
Seis empresas en una carrera de 2.000 millones
Ferrovial ha hecho una propuesta de parque de 510 MW bajo el nombre 'Parque Eólico marino Creus' que fue registrado por el ministerio el 28 de noviembre, el último al sumarse a la carrera.
Más avance se encuentra la propuesta de Capital Energy, bajo el nombre lo'Empordà, que entró el 20 de octubre y ya se encuentra en fase de consultas previas, igual que el parque Catwind, que prevé una potencia de 1.200 MW promovido por Instalaciones y Servicios Moscardo III, del grupo Cobra.
El parque eólico Gavina, de 500 MW, es la propuesta de Iberenova promociones (propiedad de Iberdrola), también a consultas previas desde que entró en registro en marzo del año pasado.
El más avanzado de todos, sin embargo, es el parque eólico marino flotante Tramontana, promovido por el consorcio formado por Bluefloat i Sener, que fue registrado en abril de 2021. Por último, hay un parque piloto de 50 MW proyectado por Saitec que servirá para hacer una primera conexión energética entre la costa y el mar.
La aprobación de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo llegan con meses de demora, después de un primer borrador hecho público por el ministerio en diciembre de 2020 y de un largo periodo de consultas y discusiones. La aprobación final se esperaba para finales del año pasado y ha recibido anuncios en falso en los últimos meses que han puesto en alerta en el sector, hasta que este martes finalmente se ha aprobado el marco legal que permitirá el desarrollo de las renovables más allá de la superficie terrestre, cómo ya está pasando en otros países.
En todo este tiempo, ha habido una fuerte oposición de un sector del ecologismo, que denuncia que los parques eólicos pueden suponer una amenaza para los ecosistemas, y también de los sectores pesquero, náutico y del turismo, que ve un impacto paisajístico que puede afectar a su actividad. En la Costa Brava, esta oposición se ha agrupado bajo el lema Stop Macro Parc Eòlic Marí, que cuenta con 50 apoyos entre federaciones de pescadores, algunos partidos locales, hoteles, grupos ecologistas, biólogos y arquitectos, campings e incluso el club Empordà Golf.
Durante el brífing con los medios de la Secretaría de Estado, Morán ha insistido en que "no es posible desarrollar ninguna actividad sostenida al tiempo sin una base sólida de protección ambiental" y que esta protección ha sido prioritaria a la hora de regular el potencial eólico en las aguas españolas.