Por primera vez desde la brusca caída de la pandemia y el efecto rebote posterior, España ha reducido en 2023 las emisiones de gases de efecto invernadero y lo ha hecho en un 5,3%, según datos provisionales el informe presentado este martes coincidiendo con la cumbre del clima COP28 por el Observatorio de Sostenibilidad, formado por científicos y economistas de distintos ámbitos. "Es importante ver que la reducción se ha dado en un contexto de crecimiento del PIB del 2,45%, que no es necesario que nos quedemos todos en casa", apunta con cierto humor Fernando Prieto, uno de los coautores de este informe liderado por el economista José Santamarta. El total de emisiones en 2023 fue de 287 millones de toneladas de CO₂ equivalente (medida que se usa para describir el potencial calentamiento de las emisiones), lo que supone un 3,3% menos que en 1990 y un 36,6% menos que en 2005.
El estudio muestra una tendencia a la baja desde el año 2007, después de una curva ascendente de emisiones entre 1990 y ese año, y después una caída con algunas interrupciones y con un brusco hundimiento durante la pandemia, con una caída del 12% nunca antes registrada en un solo año y que llevó las emisiones a 272 millones de toneladas de CO₂ equivalente, la cifra más baja de toda la historia. El efecto rebote supuso un aumento del 6,1% en 2021, que dejó en todo caso las emisiones españolas por debajo de las de 2019. El rebote siguió notándose con el aumento del 1,7% en el año 2022 (si bien el observatorio estadounidense Climate Trace lo eleva hasta un 10,5% y eleva a 355 millones las emisiones del año pasado, por las 293 que apunta el Observatorio, diferencias que pueden surgir de la distinta metodología). Este año, según los datos de este informe, la tendencia se ha revertido.
El aumento de producción hidroeléctrica y otras renovables como la fotovoltaica y la eólica son los principales causantes de esta mejora. Las emisiones sujetas al Comercio Europeo de Emisiones, esto es las directamente implicadas en la actividad energética e industrial, supusieron un 33% del total, mientras que los sectores difusos, no vinculados directamente a este comercio, supusieron un 66% y la aviación un 1%. La quema de carbón cayó un 49% en 2023 y el consumo de petróleo, que había repuntado en 2022, cayó disminuyó un 2,1% y un 1% en el transporte por carretera respecto al año anterior. El gas natural, por último, cayó un 13,4%.
El estudio señala que "la disminución ya observada en 2023 permite aumentar la ambición de los objetivos de reducción de la Ley del Cambio climático", que según la agenda 2030 espera en España de acuerdo con los objetivos de la Unión Europa una reducción del 55% de emisiones netas de efecto invernadero en comparación con 1990. Esto supondría una reducción del 62% de los sectores ligados al comercio de derechos de emisión en relación con 2005 y de un 40% de los sectores difusos.
El Observatorio llama a revisar los precios de la luz para que la energía renovable, barata de conseguir, lo sea también en el mercado de los usuarios, y apuesta por la energía fotovoltaica en los tejados en pequeñas instalaciones y naves industriales, imitando los 20 GW en esta modalidad ya alcanzados en Australia. Critica asimismo la falta de apuesta por la energía termosolar, con la subasta desierta en 2023, mientras China se nutre de la experiencia española para desarrollar esta industria que está prácticamente paralizada en España.
El IBEX aumenta un 4% en 2022
El mismo observatorio ha presentado también este martes un estudio sobre las emisiones de gases de efecto invernadero de las empresas del IBEX 35, este con datos correspondientes a 2022, y muestra que las empresas del IBEX 35 aumentaron el año pasado sus emisiones de CO₂ en un 4% con relación a 2021. Con los datos de alcance I, esto es, la emisión directa de las empresas, 5 de las empresas del IBEX 35 acaparan el 96% de las emisiones totales, que alcanzan los 810 millones de toneladas de CO₂, contando las emisiones directas (de alcance 1), las emisiones indirectas (que cuentan el transporte y otras actividades no directas de la actividad) y las emisiones de alcance 3, que contabilizan también la actividad de proveedores y otros clientes y que están menos contabilizadas. Son muchas más emisiones que las que se produjeron en España porque cuentan también con la actividad económica de las compañías fuera del país.
Así, la aerolínea IAG es líder destacada de emisiones, acapara un 26%, y prácticamente las duplica entre 2020 y 2022. Repsol, con un 26% de las emisiones, Naturgy, con un 18%, Endesa, con un 17% e Iberdrola, con un 15%, son las empresas con más emisiones directas del IBEX y concentran casi la totalidad de las emisiones del selectivo.
El estudio apunta que tan solo 18 de las 35 empresas del IBEX están adheridas a la iniciativa Science Based Targets, solo 11 se han comprometido con el Cero Net (las cero emisiones contando lo que se emite y descontando la compensación) y tan solo 7 empresas han aprobado objetivos a largo plazo. Tan solo un 34% han registrado su huella de carbono en la plataforma del ministerio de Transición Ecológica y eso la sitúa por detrás en transparencia que selectivos como el francés, CAC 40, o el DAX 40 alemán, aunque por delante del FTSE MIB italiano.