La energía solar flotante ya es una realidad, aunque emergente, en Catalunya. Los 195 primeros paneles estarán colocados sobre una balsa particular de 1.745 metros cuadrados en la Riera de Gaià, en Tarragona. El primer proyecto de estas características ha sido instalado por SUD Renovables para la empresa Atiendes, que trata de aplicar soluciones tecnológicas sostenibles a la agricultura. La instalación tiene una capacidad de producción estimada de 139.920 kWh/año, el equivalente al consumo de 43 hogares.

El cofundador de SUD Renovables, Manel Romero, ha explicado a ON ECONOMIA que "no existe riesgo" que estas placas se puedan hundir o volcar por un golpe de viento porque están "lastradas como un barco" y que, incluso, "la estructura flotante puede soportar grandes bajadas de los niveles de agua" en caso de que se instalen en embalses mayores. Trabajan, dice en una nueva planta en el Alt Penedés.

Mientras que países como China, Singapur, Taiwán o los Países Bajos ya apuestan por megaproyectos de energía fotovoltaica flotante, en España su uso se limita sobre todo a proyectos para el autoconsumo. La única que hoy día se encuentra en un embalse en toda España es la que impulsó Acciona en Sierra Brava (Cáceres), de un megavatio. El Gobierno está pendiente de validar un decreto que inició en marzo del año pasado para regular el uso de placas solares flotantes en embalses públicos, que podrían ampliar mucho su alcance.

Según los impulsores, los beneficios de la solar flotante van más allá de una rentabilidad que aseguran que puede ser superior al resto, con una eficiencia de entre un 10 y un 15% más que la fotovoltaica terrestre gracias al efecto refrigerador del agua sobre los paneles. Aporta, dicen, otras ventajas como la reducción de la evaporación del agua en más del 80%, la mejora de la calidad del agua y el abaratamiento de los costes de infraestructura (reduce la proliferación de algas). Además, no genera impacto visual y permite regenerar áreas contaminadas o no productivas.

Según Romero, de SUR Renovables, "en Catalunya, las instalaciones flotantes sueño una muy buena alternativa para crecer en energía solar sin afectar terreno agrario". "Tiene mucho potencial porque tenemos muchas balsas de este tipo. Solo en el canal Segarra-Garrigues, por ejemplo, hay más de 34 balsas de gran superficie. Pero también se podrían situar en pantanos o embalses.", ha añadido.