El cierre nuclear previsto para el año 2030 puede desencadenar en que Catalunya tenga que hacer la transición energética con gas, ya que no llegará a los hitos españoles previstos en renovables para 2030, en contra de lo que dictan los planes de descarbonización de la Unión Europea y del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) español. Lo ha reconocido el nuevo director general de Energia, Josep Maria Serena, en una jornada con el sector en el Colegio de Ingenieros Industriales de Catalunya en Barcelona. Ha detallado que hay 2,9 GW de renovables autorizados que no se construyen y 5,4 GW en tramitación con varias dificultades (un total de 8,3 GW pendientes), así como 600 recursos que retrasan los proyectos.
"No estaremos allí (en el PNIEC previsto por Catalunya de cara a 2030) ni en la más sorprendente de las casualidades. Estamos más que retrasados. (...) Por desgracia, nosotros haremos la transición ecológica con gas, y si no ya lo veréis, porque no tendremos más remedio. Y será triste, tanto por emisiones de CO2 como por precio, que es el otro de los problemas que tiene el gas, si se utiliza en cantidades industriales. No tendremos ni los megavatios y creo que se desconectarán las centrales nucleares", ha dicho Serena.
La moratoria a la energía nuclear se tendría que aprobar ya este año a fin de que se pueda aplazar su cierre previsto para el año 2030, ya que hacen falta 5 años para aprobarla. Por otra parte, la importación de energía de otros territorios (especialmente el Aragón) a partir de líneas de Muy Alta Tensión (las polémicas MATE) quizás no llega a tiempo, pero puede ser la única solución posible para no tener que aumentar el gas dentro del mix eléctrico. Sin alguna de estas tres patas (nucleares, renovables, líneas de muy alta tensión), la solución puede pasar por poner más gas a la red eléctrica, en contra del camino marcado para la descarbonización y de lo que está haciendo el estado español y con un coste más elevado.
"Entre todos saldremos adelante", ha dicho Serena todo lanzando un mensaje de optimismo después de exponer un panorama preocupante, "estamos replanteando todo para tratar de acortar los plazos de tramitación de los proyectos, ha añadido. "A la dirección general hay 700 tramitaciones para construir parques fotovoltaicos", ha expuesto Serena, que ha especificado también que "cada mes entran en la dirección general demandas por unos 145 MW y autorizamos unos 120 MW". Durante el año 2024, se instalaron 79 MW y se autorizaron 1.000, todavía sin que se vea sobre el terreno el efecto del nuevo Gobierno de Salvador Illa, que en septiembre prometió agilizar los trámites en renovables un mes después de asumir al ejecutivo.
Vamos más que retrasados para alcanzar los hitos de 2030 en renovables. Y en eso hay que añadir que en las centrales nucleares se les acaba el permiso en el 2030. Para hacer una moratoria, se tendría que hacer ya porque tardan 5 años en aprobarse. Si no, vamos hacia el cierre. No tendremos generación y las líneas de Muy Alta Tensión no sé si será a tiempo", ha reconocido el máximo responsable energético del Gobierno.
"Nosotros somos el órgano sustantivo, pero cuando nos llega a nosotros tenemos que consultar Agricultura, Medio Ambiente, Urbanismo y Cultura. Y después del proceso interno vienen los recursos. La Unió de Pagesos nos está llevando todos los proyectos a recurso con el argumento real que se pierde terreno agrícola", ha desarrollado, para después cifrar en 600 los recursos abiertos, 200 que llegan al contencioso y 7 u 8 que se encuentran en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Estamos analizando porque hay proyectos que están dos años parados. Algunos tienen problemas de financiación, otros se encuentran con problemas de urbanismo, alcaldes que hacen moratorias...", ha completado.
"No respondemos mails ni llamadas"
Como contraste de los esfuerzos anunciados por el director de energía, algunos trabajadores del sector se han encontrado con la realidad actual en las ponencias de profesionales de la administración que se dedican a los trámites. "No respondemos correos ni llamadas. Si no, no podríamos avanzar en los trámites", ha reconocido una jefa del área de generación de energía y autorizaciones de instalaciones eléctricas. Con solo cinco semanas en el cargo, Serena y su equipo todavía están en proceso de evaluar y modificar los trámites para agilizarlos.
Pero voces del sector han mostrado su indignación con esta respuesta al acabar la conferencia. "Pagamos 150.000 euros de tasa a la Generalitat por los proyectos de renovables justamente para que haya un seguimiento con el trámite", denunciaban voces de Eoliccat.
Antes de la ponencia de Serena, han expuesto su punto de vista portavoces del sector eólico y fotovoltaico en la inauguración de la jornada. José Donoso, director general de UNEF, ha lamentado que "el pasillo de las renovables es muy apretado a Catalunya". "Estamos ilusionados con una nueva etapa en que eso se pueda revertir" ha dicho, "no para que se hagan cosas que no se tienen que hacer, sino para que aquello que tenga Declaración de Impacto Ambiental se pueda hacer sin problemas y en unos tiempos reducidos".
El presidente de Eoliccat, Víctor Cusí, ha señalado que "es un momento clave para que el sector energético en Catalunya pueda cambiar a un sistema 100% renovable, pero hay un escenario de riesgo real". "Si las tramitaciones se alargan, perdemos todos", ha dicho.
Faltan 12.000 MW
Catalunya tiene unos 4.600 MW de renovables instaladas, que permiten tan solo generar el 18% de la electricidad, en contraste con un estado español que llega al 57% y al 67% si se descuenta el mal rendimiento catalán. Si se añadieran los 8 GW pendientes de desencallar, se podría llegar aproximadamente al 29,7% del mix. Los planes catalanes de cara a 2030 (PROENCAT) prevén llegar a 15.408 MW de renovables, por encima del triple de la capacidad instalada actual. Faltan 12.000 MW.
Pero España, en su PNIEC, prevé que para alcanzar el porcentaje que tiene que representar Catalunya en el total de renovables, tendría que generar el doble de renovables, hasta 30.000 MW.
En cambio, camino al cierre de las centrales nucleares programado para 2030, esta energía todavía representa el 56,9% de la luz generada en Catalunya, casi el triple del 20% en España.
Además, Catalunya ha incrementado su dependencia de la electricidad importada y el 2023 importó el 14%, casi el doble que el año anterior, de forma que perdió soberanía energética. Este escenario podría empeorar si tenemos en cuenta que las MATE de Aragón y los parques renovables de Forestalia avanzan a un ritmo más rápido que las renovables catalanas.
La consellera de Territori, Habitatge i Transició Energètica, Sílvia Paneque, ha recalcado en un vídeo por el sector el esfuerzo por "reducir plazos para hacer renovables" y ha señalado que las emisiones de carbono "suponen un coste anual de 10.000 millones de euros". Para hacerlo, ha destacado la importancia también de la rehabilitación de viviendas y el autoconsumo, así como la "electrificación industrial". "Este esfuerzo acelerará las energías limpias y mejorará el estilo de vida de la gente", ha añadido.