Greenpeace acusa a las grandes petroleras europeas de mentir sobre la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del calentamiento global. En un informe publicado este miércoles, en el que califica su actividad de greenwashing, la organización revela que las grandes multinacionales del petróleo "siguen invirtiendo mayoritariamente en combustibles fósiles", pese a que presentan una "falsa imagen" de compromiso con la descarbonización y las energías renovables y la mayoría se han comprometido a alcanzar cero emisiones en 2050.
El documento Las Sucias Doce: el blanqueo en verde de 12 Petroleras Europeas se ha dado a conocer en un contexto de "emergencia climática sin precedentes", ha señalado la ONG, con récord de temperaturas en 2022 y 2023 y el impacto de fenómenos climáticos extremos en todo el mundo, como olas de calor, incendios forestales, sequías, inundaciones... Unos fenómenos que en España están impactando directamente con sequías, olas de calor e incendios, que generan pérdidas millonarias para familias y agricultores afectados.
Publicidad "engañosa"
No obstante, según Greenpeace, en 2022 Repsol solo produjo el 0,82% de la energía con renovables, mientras que el 99,18% corresponde a la producción con petróleo y gas. En lo que se refiere a las inversiones, destinó solo el 18% a renovables y el 82% a su negocio de combustibles fósiles, petróleo y gas. Además, en el mismo periodo, "Repsol lideró (un año más) la lista de emisores de GEI, con un incremento del 16% y un aumento de sus beneficios del 70% con relación al año anterior".
En opinión de Greenpeace, la publicidad de la compañía española es "engañosa" y los beneficios "no están contribuyendo a un cambio real de su negocio", a pesar de haber sido la "primera compañía en anunciar en 2019 su compromiso de cero emisiones para 2050".
Inversiones bajas en carbono
Respecto al conjunto de las empresas europeas analizadas en el estudio, señalan que solamente un 0,3% de la producción de energía fue electricidad de origen renovable. Además, únicamente el 7,3% de sus inversiones (6.570 millones de euros) pueden considerarse realmente bajas en carbono (incluyendo energías como la solar, eólica, geotérmica hidráulica, el hidrógeno verde y otros gases verdes), mientras el 92,7% de las inversiones (81.520 millones de euros) siguen centrándose en extraer más petróleo y gas fósil. Esta situación, aseguran, "anclan dramáticamente a un futuro de mayor emergencia climática y riesgos financieros".
Desde la ONG apuntan que todavía es necesario subrayar que la principal causa de esta exacerbación de los efectos del cambio climático son las emisiones producidas por los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), "que suponen el principal negocio de las empresas incluidas en el estudio".
A estos factores se han añadido la guerra en Ucrania y el "desorbitado" ascenso en los precios del petróleo y el gas, que "han contribuido al aumento de los beneficios de las empresas energéticas en 2022", que contrariamente a fomentar medidas contra la emergencia climática, "han ido a aumentar los dividendos de sus accionistas y más inversiones en combustibles fósiles". Finalmente, desde Greenpeace exigen reglas "más estrictas" de reporte y diligencia debida de cualquier vulneración de derechos humanos en terceros países.