La industria está carbonizada, ¿quién la descarbonizará? Aunque en principio el hidrógeno verde y el biometano buenos descarbonizadores serán, los altos precios de ambos y la tecnología por desarrollar del hidrógeno ponen en duda que se pueda cubrir totalmente la demanda. Por las elevadas temperaturas de sus hornos, la industria no puede electrificarse al 100% y las empresas miran con recelo a las alternativas al gas natural.
En una jornada organizada por Naturgy sobre la descarbonización de la industria este miércoles en Madrid, varias voces del mundo empresarial pidieron más ayudas para afrontar los costes y expresaron sus dudas sobre el reemplazo del gas natural.
En cuanto al hidrógeno verde, tan solo un día después de que el Gobierno aprobara ayudas por valor de 800 millones de euros a diferentes empresas para desarrollar esta tecnología, los portavoces de la industria expresaron su recelo. "El hidrógeno ni está, ni se le espera", dijo José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, el más contundente.
El empresario explicó sus planes de descarbonización, que le sitúan en un 78% de reducción de emisiones de cara a 2025, però advirtió: "No somos más ambiciosos porque no tenemos solución tecnológica para eliminar el gas".
En el mismo sentido se expresó Silvestre Segarra, vicepresidente y consejero delegado de Porcelanosa: "El hidrógeno verde no parece una alternativa a corto plazo por la imposibilidad de conseguir suficiente a un coste competitivo y porque la infraestructura no está preparada".
E igualmente, Gilles Van Nieuwenhuyzen, CEO del Grupo Lecta, lamentó que "desafortunadamente, el hidrógeno no es aún una realidad".
Biometano, más cerca pero demasiado caro
Todos ellos, igual que Naturgy, anfitrión del acto y que lleva carrerilla en su liderazgo en inversión en biogases, se mostraron más optimistas con respecto al biometano, si bien mostraron sus reservas por los elevados precios en relación al gas natural.
España estima tener un potencial de biometano de 163 TWh, lo que permitiría cubrir alrededor del 45% de la demanda nacional actual de gas natural. La pregunta es cuándo podrá hacerlo de manera competitiva en precios y qué pasará con el otro 55%.
Van Nieuwenhuyzen, de la papelera Grupo Lecta, recordó que para la industria "la energía no es el negocio central" y pidió por tanto "subsidios" para afrontar la transición a energías limpias. "Miro con envidia a los Estados Unidos y sus subsidios. En China, hay una gran colaboración entre gobiernos locales e industrias", reflexionó, obviando que lo que existe en China es más bien un control empresarial.
La cogeneración, tecnología mediante la cual se mezclan energías térmicas y eléctricas, "es seguramente la solución más eficiente", dijo Van Nieuwenhuyzen, si bien "si el precio fuera más competitivo, podríamos utilizarla más aún".
Desde Porcelanosa, Segarra se mostró reticente al biogás por el ritmo de implementación. "El biogás, que sería una opción más rápida y directa (que el hidrógeno verde), tiene un plan de desarrollo de 10,4 TW por año. Solo el sector cerámico en Castellón necesitaría alrededor de 14 por año para una reconversión total, así que no va por ahí, aunque sí que se pueden hacer inyecciones de biogás a la red", dijo.
Jainaga, de Sidenor, lamentó por su parte que "el coste de la energía eléctrica es mucho menos favorable que para competidores franceses y alemanes", que además de un precio más bajo cuentan con "más exenciones".
Muy duro con el Gobierno, Jainaga criticó a los PERTE de descarbonización, el principal plan de ayudas en España, que es "un desmadre y una locura". "Debe simplificarse drásticamente. Perdemos mucho tiempo y dinero respondiendo a temas administrativos que no nos ayudan a ser más eficientes. Necesitamos una respuesta más ágil y que no pongan presión en los plazos. Tardan meses en responder y cuando te aprueban las ayudas te dicen que si no tienes la inversión lista para 2026, pierdes las ayudas", lamentó.
En el mismo sentido, Verónica Rivière, presidenta de GasIndustrial, exigió una mayor "competitividad" de precios a los gases renovables vía subsidios. "¿Qué precios tienen? El biometano entre 55 y 90 Mwh (el gas natural está a 30 euros). Con eso tengo que competir con gas natural americano o chino, que es mucho más barato. La regulación nos debería ayudar a llevar la orquilla a la parte baja, los 55 euros", ha dicho Rivière.
La representante de GasIndustrial ha criticado además que "aunque parezca que la regulación europea nos pone a todos bajo el mismo paraguas, esto no es cierto". "Las ayudas a la industria electrointensiva son mucho mejores en Francia, también las ayudas al gas para paliar los altos precios. Existe una misma política europea, pero cada estado miembro va por libre. Alemania da ayudas brutales a toda su industria y Francia es más ágil y rápida. Aquí, vamos a nuestro ritmo y necesitamos mayor unificación europea de políticas", ha pedido Rivière.
El acto fue inaugurado por el ministro de Industria, Jordi Hereu, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, que coincidieron en reclamar un mayor peso de la industria en la economía y una mayor facilidad para la descarbonización de la industria y la economía de escala que permita competir con otros países.