Las industrias cárnica y láctea europeas están presionando, "con éxito" a la Unión Europea para que frene sus planes de reducción de la huella ambiental de las dietas y del ganado de la que son responsables. Así lo determina un extenso informe del think thank ambiental InfluenceMap, que ha analizado los discursos de algunos actores relevantes de ambos sectores y su influencia en las políticas públicas europeas.
"El retroceso en la política ambiental en Europa no puede explicarse únicamente por la presión de las protestas campesinas observadas en los últimos meses", concluye el informe, sino que "años de construcción narrativa estratégica del sector corporativo cárnico y lácteo han desempeñado un papel fundamental".
En líneas generales, la narrativa de las empresas cárnicas ha subrayado los beneficios para la sociedad y la salud del consumo de carne y lácteos obviando los mensajes de la comunidad científica sobre lo saludable de reducir las cantidades de carne y han intentado distanciar su imagen de las emisiones, en contra de evidencias científicas y asociándola al impacto positivo sobre la agricultura.
La European Livestock and Meat Trades Union (patronal europea del ganado y la carne), junto a la European Livestock Voice y Copa-Cogeca, "han enfatizado la importancia del consumo de ganado para la salud humana", apunta el estudio. "Sin embargo, en 2019 un estudio de EAT-Lancet indicaba que las dietas sanas y sostenibles consisten en menos cantidad de alimentos de origen animal, que podrían evitar 11,1 millones de muertes por año de cara a 2030", apunta el estudio.
Otro ejemplo ofrecido por InfluenceMap es el productor de carne Tönnies Group, que se defendió sobre el impacto de las emisiones de metano de la agricultura alegando que formaba parte de "mantener los ciclos naturales". "Esto contrasta con los resultados del Informe del IPCC de 2021, que apuntan a que las emisiones del sector, concretamente del ganado, están creciendo y enfatiza la necesidad de revertir esta tendencia", explica el informe.
Influencia sobre el Partido Popular Europeo
Según InfluenceMap, las voces del sector se reflejan sobre todo en las posturas adoptadas por el Partido Popular Europeo, partido con mayor representación en el Parlamento Europeo y del que forma parte la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen.
Un informe de la Comisión de octubre del año pasado concluyó que las reducciones de emisiones para alcanzar las metas climáticas en el sector de la agricultura iba "demasiado lento". E InfluenceMap defiende que es "en parte por los esfuerzos llevados a cabo por el Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo".
Aunque las protestas de agricultores en Europa durante el pasado mes de febrero forzaron a la Comisión Europea a revertir algunas de sus políticas medioambientales por cómo perjudicaban a los trabajadores del campo al aumentar su burocracia y elevar sus costes para ser competitivos, Von der Leyen ya había defendido en septiembre de 2023 que había que "garantizar la seguridad alimentaria en un futuro".
"Apoyamos una transición verde para el sector agrícola. Pero muchas de las propuestas legislativas ponen propuestas por la Comisión están mal orientadas y perjudicarán aún más a nuestra producción de alimentos que beneficiarán al medio ambiente. Además, a medida que se acumulan las propuestas, el efecto combinado crea una carga burocrática asfixiante”, defendió Von der Leyen en mayo de 2023.
Oposición frontal a políticas públicas
Tras revisar los posicionamientos del sector a las políticas públicas europeas para la reducción de emisiones, InfluenceMap concluye que hubo una oposición masiva de la European Dairy Association (EDA, patronal láctea), FoodDrinkEurope, European Livestock and Meat Trades Union (UECBV, patronal cárnica), Copa-Cogeca y European Livestock Voice, a políticas como la revisión de la promoción de los productos de granja.
Tres de ellas se opusieron también frontalmente a las directivas de reducción de emisiones industriales con una posición ambigua de FoodDrinkEuropa y el silencio de la patronal cárnica, que como el resto de asociaciones mantuvieron posiciones de no apoyo a los nuevos marcos reguladores de comida sostenible.
Tan solo empresas como Danone, Nestlé o Unilever se han mostrado favorables a algunas de estas políticas, muchas veces contradiciendo a sus propias patronales.
En general, las patronales han enfatizado los impactos positivos de su actividad en la salud humana y la economía agrícola y rebajado las necesidades de un cambio de dieta y el impacto de las emisiones de su sector, con un claro reflejo en las políticas europeas al fin y al cabo.
"Los productores de carne y lácteos, y las asociaciones industriales que los representan, parecen estar tomando prestadas tácticas y narrativas del manual de los combustibles fósiles para frenar las políticas destinadas a abordar sus emisiones de GEI. Tras el comportamiento obstructivo de la industria y la infiltración de narrativas de la industria en el Parlamento y la Comisión de la UE, las políticas que son fundamentales para reducir las emisiones de GEI, de acuerdo con el asesoramiento científico, se han debilitado significativamente o se han estancado. Sin políticas basadas en la ciencia que aborden el sector, no parece probable que las emisiones agrícolas europeas de GEI se reduzcan al ritmo de 1,5°C", defiende la líder del programa de la UE en Influence Map, Venetia Roxburgh.