El Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), organización independiente internacional que analiza la evolución y tendencia de los mercados energéticos y de su sostenibilidad, ha elaborado un duro informe en el que cuestiona la eficacia de la captura de carbono, que estima además que puede llegar a costar 140.000 millones a los contribuyentes europeos con base en las subvenciones que necesita. 

La captura de carbono es una tecnología pensada para sectores de difícil electrificación que consigue separar el carbono mediante un proceso de gasificación que separa el monóxido de carbono del hidrógeno. El monóxido de carbono se somete a reacción con agua para transformarlo en CO2 de nuevo, almacenarlo y darle otro nuevo uso. 

Pero "la falta de viabilidad técnica y las deficiencias legislativas hacen que los responsables políticos deban dejar de lado la CAC y empezar a trabajar urgentemente para poner en marcha soluciones alternativas", según la IEEFA, que ha enviado una carta a la Comisión Europea junto con 30 ONG's para que se replantee esta tecnología ante su "fracaso", justo un día antes de que dé inicio este mismo jueves el Foro Industrial de Gestión del Carbono en Pau, Francia, organizado por el gobierno francés y la Comisión Europea. 

 “No tener en cuenta la abrumadora evidencia científica del fracaso de la CAC y sus limitaciones y desafíos amenaza el liderazgo climático de la UE, su reputación y los compromisos del Acuerdo de París, que son fundamentales para lograr el objetivo de los 1,5 grados”.

Existen, según el recuento realizado por la IEEFA, 200 proyectos potenciales de captura en Europa que deben almacenar más de 150 millones de toneladas de CO2. Estos costarán 520.000 millones de inversión y requieren, según el estudio, de subvenciones por valor de 140.000 millones

Los planes de Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS en sus siglas en inglés) a escala "afrontan problemas técnicos que muestran ya 50 años de fracaso", reza la carta basada en el estudio de la IEEFA, que cifra en un 80% el fracaso de los grandes proyectos de captura llevados a cabo hasta la fecha. Se han almacenado en estos 50 años de historia de la tecnología que alcanzarán en 2030 los 52 millones de toneladas de dióxido de carbono, "lo que pone de relieve la improbabilidad de alcanzar el objetivo declarado de la UE de almacenar 280 millones de toneladas de CO2 para 2040". 

De los 11 proyectos de captura de carbono que están actualmente en construcción, existen dos que serán "clave" para vislumbrar el futuro de la tecnología, según la IEEFA. Se trata de Northern Lights, en Noruega, que almacenará el carbono el alta mar y que debe estar listo para 2025, y Porthos, en Holanda, previsto para 2026. 

Antes de su finalización, el proyecto noruego, que tiene como objetivo la captura de 1,5 millones de toneladas, "ya ha tenido problemas en los sitios de captura y retrasos en los plazos", que inicialmente preveían que estuviera listo en 2024. El proyecto está en suspense debido a "un aumento en el precio de las entregas de equipos, inestabilidad geopolítica y un tipo de cambio reducido”, recoge el estudio. 

También Porthos, que pretende capturar carbono en las zonas industriales de Rotterdam, afronta diversos problemas debido a la subida de costes respecto a lo esperado. Se esperaba que costara 500 millones, la mitad que Northern Lights, pero ha subido en los últimos 5 años a 1.300 millones por la inflación y el coste de las materias primeras. 

De la mano del instituto de investigación Wood Mackenzie, se ha elaborado una estimación de lo que costará la captura de carbono en cada sector y, contando la captura, su transporte y almacenamiento, oscila de los 153 dólares por tonelada de CO2 en el procesamiento del gas hasta los 341 dólares en la captura directa del aire, por encima de los biogases, el hidrógeno, el acero, la energía y calor, el cemento, otros derivados combustibles y los químicos, en este orden de menor a mayor precio.  

Además de los riesgos de eficiencia y costes, el informe señala que existen carencias en el marco regulatorio de la captura de carbono en toda su cadena de valor y falta coordinación y planificación en los proyectos, especialmente en aquellos que implican a varios países. Las fugas y la falta de transporte o almacenamiento para la captura son otros de los riesgos que afronta el sector.