El gigante danés del transporte marítimo Maersk ha elegido España para desarrollar un proyecto de gran envergadura para la producción de hidrógeno verde y biocombustibles para el sector naviero. La inversión rondará los 10.000 millones de euros, con una ejecución en tres fases que finalizará en 2030, con dos emplazamientos portuarios principales -aún por concretar- en Galicia y Andalucía. Comportará la generación de unos 5.000 empleos directos y hasta 85.000 de manera indirecta. El desarrollo de la infraestructura cuenta con el beneplácito del Gobierno español, que baraja la opción de acompañar a la naviera como uno de sus socios inversores estratégicos, a través de alguna herramienta de financiación disponible, como los fondos europeos.
La compañía danesa prevé alcanzar con estas instalaciones una producción en 2030 de dos millones de toneladas de metanol verde -la principal alternativa para sustituir a los combustibles fósiles tradicionales en el transporte marítimo-, contribuyendo así al proceso de descarbonización que debe llevar a cabo el sector. De ahí que Maersk ya esté desarrollando en la actualidad una instalación de estas características en sur de Dinamarca, su país de origen, junto con Siemens Energy, y que haya cerrado un acuerdo con el gobierno de Egipto también para la producción de energía verde.
En España, el proyecto de producción constará de tres fases de producción: 200.000 toneladas hasta 2025, un millón de toneladas hasta 2027 y alcanzar los 2 millones en 2030. El país se convertirá en un importante hub mundial con un proyecto que abarcaría toda la cadena de valor, desde la producción de energía renovable hasta el bunkering (repostaje de los buques). De hecho, de la inversión global, alrededor del 40% se destinará a la producción de hidrógeno y metanol verde -biocombustible derivado hidrógeno renovable-, mientras que el resto se invertirá en la producción de la energía renovable necesaria para la producción, que la compañía quiere que se genere en parques solares y eólicos propios.
Según informó la compañía, la pretensión promover la construcción de parques y comprará otros que ya estén en funcionamiento o tengan las autorizaciones administrativas necesarias -entre 20 y 80 instalaciones- para contar en 2030 con una potencia de 4 gigavatios (GW) que utilizarán para la alimentación de las plantas de producción de metanol, que se consigue a través de la biomasa.
La estrategia de Maersk responde, en el fondo, a su propósito de alcanzar las cero emisiones en toda su flota en 2040, ahora compuesta por más de 700 buques con una capacidad de transporte superior a los 4.000 millones de TEUs (unidad de medida de carga de un contenedor estándar de 20 pies), con una cuota de mercado mundial cercana al 20%. Actualmente, según datos de la compañía, su flota consume aproximadamente 10 millones de toneladas de combustibles fósiles cada año, un volumen que necesitaría del doble de metanol verde -20 millones de toneladas- para sustituirlo.
Además, sus esfuerzos en promover la descarbonización la convertirán en proveedor clave de biocombustibles para grandes actores del sector como Orsted, WasteFuel, Proman o European Energy. Una operativa de la que recogerá los frutos España a través de las instalaciones que se construyan en la península, ya que serán punto obligado de paso de los buques de las grandes navieras.
El consejero delgado de Maersk, Soren Skou, explicó que la elección de España se debe a ciertas "características clave" que posee el país, como son su apuesta por el hidrógeno verde, los recursos renovables "significativos" y su situación geográfica a lo largo de rutas marítimas destacadas.