La energía nuclear sigue creciendo en el mundo pese al camino de España y otros países europeos hacia el cierre (como Alemania, que ya lo culminó). La potencia nuclear aumentó un 4% en todo el mundo en 2024 gracias sobre todo a la reactivación de reactores nucleares en Francia y Japón, según el informe anual publicado este lunes por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). En febrero de este año, había 62 reactores nucleares en construcción en 15 países diferentes que deben sumar 70 GW, la mitad de ellos en China.

Egipto, India y Turquía tienen 5 GW cada uno en construcción, mientras que los dos reactores que está fabricando Japón, los dos de Corea, los dos de Reino Unido y el que se está fabricando en Eslovaquia suman un total de 9,5 GW.

Seis reactores nucleares de gran potencia se abrieron el pasado año, dos de ellos en China y uno en Francia, India, Emiratos Árabes y Estados Unidos, respectivamente. Con todo ello, consiguieron añadir 7 GW de energía a la producción mundial, un 33% más que en 2023

La apuesta nuclear se impone, pues, a los cierres y seguirá aumentando en los próximos años, pese a la oposición de algunos colectivos, eso sí, ya no tan visibles y masivos como antaño. En total, en 2024 se inició la construcción de nueve reactores nucleares en todo el mundo, un 50% más de los que se arrancaron en 2023, que deben sumar 11 GW más de generación mundial. China, pese a ser de largo el país que más renovables construye cada año, también arrancó en 2024 la construcción de seis reactores nucleares, uno de los números más elevados de la historia para un mismo año. 

España debe arrancar su calendario de cierre en 2027 con Almaraz y culminarlo en 2035, incluyendo las catalanas de Ascó y Vandellòs, y el sector eléctrico y nuclear viene advirtiendo de que esto tendrá un coste en la factura de la luz, en las emisiones de CO₂ y en lugares de trabajo que genera esta industria. Las empresas piden alargar la vida de las centrales nucleares, como acaba de aprobarse en Bélgica. 

Pakistán arrancó la construcción de un reactor de diseño chino, mientras que Egipto y Rusia arrancaron sendas construcciones de reactores de diseño ruso. Todas las construcciones de reactores iniciadas en los últimos cinco años tienen diseño chino o ruso. La construcción de nuevos reactores se ha disparado desde el año 2021. Si entre 2017 y 2020 se estabilizaron las nuevas obras de reactores nucleares con 5 cada año, en 2021 se arrancaron 10, 8 en 2022, 6 en 2023 y 9 el pasado 2024. 

El caso de Japón es especialmente particular, porque suspendió todos sus reactores tras el accidente de Fukushima de 2011 para revisiones de seguridad entre 2013 y 2015 y ahora no solo ha reabierto ya 14 de los 54 que tenía, sino que está construyendo dos nuevos. O sea, que el accidente de Fukushima no ha revertido la apuesta nuclear del país. 

En Japón está la mayor central nuclear del mundo, conocida como KK y con 8.000 megavatios de potencia, y solicitó el pasado año permisos para reactivarla, si bien las obras se pospondrán y finalizarán en 2029. En octubre del pasado año, reabrió Onagawa, con 825 MW, que empezó a operar en noviembre. 

Francia, por su parte, abrió el reactor nuclear EPR de Flamanville en septiembre del año pasado, 12 años más tarde de lo esperado. De cara a 2050, espera añadir capacidades equivalentes a ocho reactores, reforzando su papel de potencia nuclear actual, con 55 centrales, el segundo país que más tiene, incluso más que China. 

Actualmente, hay 412 centrales nucleares en el mundo que generan un 10,5% de la electricidad mundial, 93 de ellas en los Estados Unidos, 56 en Francia, 55 en China y 37 en Rusia. España está entre los 20 países que más tiene con 7, dos más que Bélgica, un caso curioso porque acaba de cerrar una prórroga con el fin de prolongar 10 años más sus centrales, con el visto bueno de la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, que siempre se opuso al alargamiento en España. En Alemania, el cierre nuclear generó ciertos problemas en los primeros años y tuvo que reactivar el carbón, aunque ahora ya ha dejado atrás esta fase. Ahora bien, el libro de referencia para explicar la decadencia económica alemana, Kaput (de Wolfgang Münchau), atribuye al cierre nuclear parte de la responsabilidad.

Los detractores de la energía nuclear defienden que las renovables son más rentables y seguras y, solo con ellas, se podrá dar respuesta a la demanda eléctrica. Existe también el miedo a posibles accidentes, que pese a ser un riesgo muy bajo, puede comportar daños muy elevados. Los defensores prefieren apostar por la nuclear, que no emite CO₂ y tiene una gran potencia y densidad energética. 

La Unión Europea y Estados Unidos, que son las regiones del mundo con mayor porcentaje de generación nuclear, alrededor del 20% cada una, son también los únicos que consiguen disminuir emisiones de CO₂. China, pese a su ritmo acelerado de implementación de renovables y a su apuesta actual por la nuclear, aún genera casi el 60% de su energía con carbón, que es una de las fuentes más contaminantes. El Sudeste asiático, con un 45%, y la India, con más del 75%, cuentan también con una elevada dependencia del carbón. 

El aumento del 4,3% en la demanda mundial de electricidad, por encima del 2,2% total de demanda energética y del 3,2% del crecimiento del P.I.B, provocan que muchos países diversifiquen sus apuestas energéticas. El 38% de este crecimiento de demanda energética se cubrió con renovables, el 28% con gas natural, el 15% con carbón, el 11% con petróleo y el 8% con nuclear. 

La demanda de petróleo también creció en 2024, un 0,8%, pero lo hizo mucho menos que en 2023, cuando subió un 1,9%. Creció también en la Unión Europea, después de un retroceso en 2023, mientras que en Estados Unidos, donde el coche eléctrico avanza más rápido, la demanda de petróleo se quedó igual después de un leve incremento en 2023. Asia, China y Oriente Medio incrementaron su demanda de petróleo.