"La descarbonización no pasa únicamente por la electrificación". El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ha defendido este viernes con estas palabras en un acto organizado por la Fundación en Barcelona que se mire de una manera más amplia la transición energética y que no solo se apueste por la electricidad, que no puede llegar a cubrir todos los sectores. Más concretamente, se ha referido a los gases renovables como alternativa, en especial al biometano, ya que el hidrógeno verde aún debe desarrollarse más para optimizar su uso.
Reynés ha destacado que, además de la descarbonización, los precios asequibles y la garantía de suministro serán importantes para garantizar la energía. Además, ha cuestionado el "gran cuello de botella que probablemente va a ser limitante" que existe en el conocido como "permitting" o, lo que es lo mismo, las autorizaciones que debe conceder la administración pública para arrancar proyectos y que son ahora mismo un obstáculo para el despliegue de renovables.
Todo ello lo ha comentado en la jornada 'Perspectivas del sector energético', celebrada en el Cercle d'Economia este viernes, en las que también ha intervenido el presidente de la entidad, Jaume Guardiola, y el de la Fundación Naturgy, Rafael Villaseca, así como la consellera de Economía de la Generalitat, Natàlia Mas.
Mas ha reconocido el trabajo por hacer de Catalunya en cuanto a renovables. “Las renovables suponen el 10% del consumo de energía y, en 2030, tiene que ser el 34%”, ha apuntado, por lo que, en su opinión, “queda mucho trabajo por hacer”.
En la apertura de la jornada, Rafael Villaseca, presidente de Fundación Naturgy, se ha preguntado por qué se penaliza a los combustibles fósiles cuando aún no hay suficientes renovables para cubrir la demanda energética. “¿Qué pasa con las medidas de transición en los periodos en los que hay que mantener el apoyo a los fósiles
o dejar de estigmatizarlos para garantizar que seguimos teniendo energía cuando no sopla el viento?”, ha lanzado.
En la jornada han participado otros expertos en energía como Andris Piebalgs, excomisario de Energía de la Comisión Europea y miembro de la Escuela de Regulación de Florencia. Piebalgs ha asegurado que “la Unión Europea atraviesa cambios en los mercados mayoristas, entre los que destaca el descenso del consumo de gas, la
reducción de la demanda eléctrica y una mayor frecuencia de precios negativos de electricidad”. “La era del gas ruso por gasoducto se ha acabado y 2025 marcará el final de la llegada de este gas por tubo”, ha afirmado.
Piebalgs ha defendido el uso de la energía nuclear. “Es una buena noticia que se haya eliminado el estigma a la generación nuclear. El paquete de legislación climática en la UE es extenso y con impacto en distintos tipos de industria”, ha dicho. En el futuro, “en el sector energético hay que ser pragmáticos. No hay alternativa a la transición, por lo que hay que ajustar la senda de esa transición de manera realista y avanzada. La próxima Comisión Europea podrá hacerlo, pero todo dependerá de los resultados electorales”.
El director de Programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano, ha asegurado por su parte que “el mercado del gas se ha reconfigurado por el conflicto en el Mediterráneo oriental y en Rusia, quien ha dejado de suministrar a Europa, pero lo está haciendo hacia Asia, lo que supone problemas añadidos de tránsito en los principales canales, como el de Suez”. “Kos desvíos por el Cabo de Buena Esperanza implican reajustes de costes y, además, aumentan la huella de carbono para toda la industria”, ha apuntado.
El investigador ha llamado también a la calma con respecto al futuro del hidrógeno, ya que España debe todavía posicionarse en ese vector energético aún en desarrollo. “En mi opinión, no debemos tener unas expectativas muy altas. En el hidrógeno somos una isla, no un hub. Mientras se construyen las interconexiones, vamos a tener 10 o 15 años para posicionarnos en ese mercado”.
Nemesio Fernández-Cuesta, técnico comercial y economista del Estado y exsecretario de Estado de Energía, ha recordado que España produce "la electricidad más barata" que en el resto de Europa y ha defendido que es "una ventaja competitiva que hay que trasladar a la factura". "Los cargos son decisiones políticas y hay unos 7.000 millones de euros que deberían salir de la factura e ir a presupuestos. La demanda crece cuando bajan los precios”, ha añadido.
Además, ha defendido que esta generación barata supone también "una gran oportunidad para la industria". También se ha mostrado cauto con respecto al hidrógeno: “No está y la espera va a ser larga, ya que es complicado desarrollar una producción industrial verde. Por tanto, es difícil apostar ya por el hidrógeno, y apostar por ser un hub exportador no es de este mundo a fecha de hoy”.
Por último, Oriol Guixá, presidente de FEMCAT y presidente de La Farga, ha defendido que "Europa debería plantearse cómo proteger a la industria europea que se encuentra con problemas de escala en su competencia con China”.