La industria europea de la cerámica sanitaria y de productos para el baño está en pie de guerra contra las importaciones que provienen de países como China, Turquía o Egipto donde los fabricantes no deben cumplir las estrictas medidas de desarrollo sostenible y medioambiental, que Europa está introduciendo en el mercado interior. No quiere poner barreras proteccionistas, pero reclama a los legisladores que las normas sean de aplicación para todos. El sector cerámico europeo, según datos de Ceramie-unie, ha reducido sus emisiones totales en torno a un 33% desde 1990, y en más de un 45% desde su pico de emisiones y producción en los años 2000, principalmente optimizando procesos, haciendo más eficiente la producción y sustituyendo combustibles. La industria cerámica considera que en 2030 los costes anuales de descarbonización superarán los 500 millones de euros y crecerán progresivamente hasta 2050. De ahí la reivindicación de un marco regulatorio apropiado que garantice unas condiciones equitativas, acceso a la financiación, nuevas tecnologías y fuentes de energía descarbonizadas.
“Necesitamos medidas y apoyo a la descarbonización y establecer un periodo más ampliación para realizar la transición”, manifiesta Carles Velázquez, director de sostenibilidad de Roca Group. Sus responsabilidades y el peso de la compañía en el contexto europeo le han llevado a formar parte en diversos foros de la industria cerámica y de productos para el baño que actúan de lobby ante las instituciones europeas para "que conozcan la realidad, para que sepan los esfuerzos que estamos haciendo para avanzar hacia las cero emisiones". "Los legisladores deben regular de manera armonizada para facilitar que la industria avance en la mejora de la sostenibilidad", asegura Velázquez, porque de lo contrario "se generan trabas añadidas a las dificultades que afrontamos para la consecución de los objetivos y, especialmente, nos hacen perder tiempo y recursos de todo tipo". En este sentido, los fabricantes europeos chocan con la Unión Europea que “se ha erigido como líder de la 'champions' en sostenibilidad, un propósito con el que toda la industria europea está de acuerdo, pero desde las asociaciones pedimos que entiendan que estos cambios/mejoras necesitan unos periodos de transición y ayudas”. Es preciso que entienda que "si aplican unas normas para las empresas europeas hay que traspasarlas también a los fabricantes de fuera de la Unión Europea que comercializan productos en Europa". Un ejemplo de ello, cita Velázquez, es la EU emisiones trading system (EU ETS), el mercado de las emisiones que establece unos gravámenes sobre el carbono para la industria manufacturera que, finalmente, los sectores productivos más avanzados "hemos logrado la fijación del CBAM, un arancel sobre productos intensivos en carbono importados por la UE" para garantizar la coherencia entre los objetivos climáticos entre los productores europeos y los exteriores que quieran entrar sus productos en Europa también paguen una tasa, “a menos que ellos fuera de Europa ya se hayan descarbonizado y, por tanto, tengan arancel cero”.
Otro de los frentes de actuación capitaneados por Roca es el proyecto Unified Water Label (UWL), una asociación creada en 2020, cuya presidencia ostenta Carles Velázquez, que agrupa a 160 marcas que representan al 70% de la industria del baño -el sector de la cerámica sanitaria, grifos y válvulas- en Europa, y el 80% de los fabricantes del Reino Unido. La principal iniciativa que han llevado a cabo ha sido la creación de la llamada Etiqueta Unificada del Agua que evalúa e informa de la eficiencia hídrica y energética para todos los productos del baño que utilizan agua -de forma similar a las etiquetas sobre el consumo energético que los consumidores y profesionales encuentran en los electrodomésticos-. Actualmente, tienen registradas más de 15.000 productos que pueden consultarse online en su portal web al alcance de los profesionales y de los consumidores finales y “la tarea primordial se centrará a partir de ahora, no solo en ampliar la representatividad, sino también en qué las etiquetas lleguen al mercado y mentalizar al consumidor final para que tenga en cuenta esta etiqueta cuando haga sus compras y contribuir así al ahorro hídrico y energético”.
En otro ámbito, con el paraguas de la OCDE y la Universidad de Queensland (Australia), la compañía Roca forma parte de un grupo de fabricantes líderes industriales de diversos sectores que utilizan arenas en sus procesos de fabricación y que han sido elegidos para definir el proceso de custodia de la compra y el uso de arcillas sostenibles porque son uno de los materiales que más se utilizan en la producción de cerámica -por ejemplo, la barbotina, es decir lo que sería el pegamento para pegar la cerámica se hace con arcilla y agua-. En principio, los fabricantes de cerámica conocen el origen de las arcillas por países y canteras, pero hay competidores y manufacturas de otros sectores que aún no controlan toda la trazabilidad de estas arenas. Por tanto, "la OCDE ha agrupado a industrias líderes mundiales, entre ellas Roca, para estructurar una cadena de custodia que permita asegurar el uso de forma responsable de las arenas desde su origen", concreta el responsable de sostenibilidad.
Velázquez destaca la responsabilidad del grupo Roca para predicar con el ejemplo y ser una de las principales compañías del sector en “hacer los deberes”. En los últimos cuatro años, coincidiendo con la llegada de Albert Magrans en calidad de consejero delegado de la empresa y con la creación de un departamento de sostenibilidad, Roca ha intensificado sus acciones, con dos ejes principales: la electrificación como camino hacia la descarbonización y la circularidad en todos los procesos y extenderlo al conjunto de la cadena de valor, para alcanzar la neutralidad en 2045. La inversión se hará progresivamente en diversas áreas, de momento, llegarán a una suma de más de 75 millones de euros de inversión a finales de 2024, “pero el presupuesto se incrementará año a año. ¿Cuánto? Pues aún es prematuro concretarlo”, dice Velázquez.
La compañía ha estrenado 2024 con su primera factoría cero emisiones, la primera planta de producción de sanitarios que lo consigue en el mundo: el centro de producción de Gmunden, en Austria, en el que fabrica bajo la marca Laufen. “La instalación y entrada en funcionamiento de un horno eléctrico abastecido 100% con energía renovable, neutro en carbono y automatizado, es un hito y el punto de partida para transformar las 34 factorías de cerámica que tenemos en el mundo”, expone Carles Velázquez. “Hemos trabajado intensamente en los últimos cuatro para encontrar la tecnología adecuada dentro del campo de la electrificación, que es la opción elegida para hacer la transición, sin dejar de lado el análisis de otras alternativas como el hidrógeno verde o de haber descartado algunas como el biogás”, concreta. El objetivo es cambiar progresivamente todos los hornos de gas natural a eléctricos e ir abasteciéndolos con energía renovable fotovoltaica que se genere en las propias instalaciones fabriles; aunque no será posible en todos los países, admite, porque las renovables no avanzan al mismo ritmo en todos los lugares ni al mismo coste, matiza Velázquez y admite que por ello el primer horno eléctrico se ha situado en Austria.
En procesos de descarbonización, Roca también ha iniciado el programa de sensorización de las 79 fábricas que posee destinadas al conjunto de actividades industriales del grupo, desde los sanitarios, a la grifería, pasando por los muebles de baño.
En la segunda vertiente, la circularidad, el ahorro en el consumo del agua y su reutilización son un área básica mediante la colocación de los dispositivos y filtros adecuados en cada proceso industrial.
Las materias primas son otro de los focos a atajar: el cromo, el latón, el acero, los composites -materiales sintéticos mezclados heterogéneamente formando un compuesto-,... La compañía no va sola, sino de la mano de los proveedores, “ya que la sostenibilidad no es un destino, sino un viaje que no podemos hacer solos, hay que alinear a toda la cadena de valor en el mismo propósito”. Trabajan con un acero para fabricar una de las partes de los platos de la ducha producido con un 20% de material reciclado o que el latón de los grifos con un 30% de material reciclado, y se potencia la investigación en nuevos materiales que faciliten la circularidad.
La división de muebles de baño, además de la compra de madera certificada en origen, incorpora un 70% de reciclado y colaboran en la búsqueda de productos alternativos, como la cáscara de arroz, en cooperación con la start-up valenciana Oryzite, que elabora la oryzita, un material en polvo que se puede agregar a todo tipo de compuestos termoplásticos en diferentes porcentajes para fabricar accesorios de baño.