Según un estudio del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), el 11% de los menores de 25 años contempla la posibilidad de emprender. Ambición, retos y poco miedo al fracaso son la clave del éxito de Álvaro Pintado Santaularia, Dani Collantes, Ricard Guillem Alejandro Llinares y Raquel Carmona, emprendedores de entre 16 y 24 años que ya han creado un negocio, o varios.
Dani Collantes tiene 21 años, ha estudiado ADE y con 17 años se colaba en las charlas que hacía Lanzadera sobre emprendimiento e innovación. "Mi madre tiene una clínica, es autónoma y mi tío tiene una empresa de gestión de placas solares. Estas son las dos referencias que tengo en casa de personas emprendedoras. A mi tío siempre le veía contento y realizado y encima tenía tiempo. Esto me llamó la atención y me empecé a interesar", asegura el emprendedor a ON ECONOMIA. Los números le atraen y después de estar en tertulias "de extranjis", decidió montar una marca de ropa, Noirshop. "Me pareció lo más sencillo y consideraba que era una empresa de juguete. No le dedicaba más de media hora al día y lo hacía para acompañar la experiencia de EDEM. Fui alargando la broma y hace seis meses decidí ponerme en serio".
Ricard Guillem, que recientemente ha llegado a la mayoría de edad, decidió montar un negocio con 16 años. "Me obsesionaba mucho el tema de la tecnología y el impacto que tenía en la gente, Cafler no deja de ser una consecuencia secundaria de mis inquietudes y de solucionar los problemas a la gente", recuerda. "He tenido mucha suerte porque en mi familia hay personas que han emprendido negocios, por lo que lo he podido vivir de cerca", indica. ¿Te han facilitado la trayectoria? "Tengo claro que habría emprendido igual, pero quizás no tan pronto", argumenta.
Emprender siendo menor de edad
Alejandro Llinares, CEO de Zynergic, no venía de una familia emprendedora, pero durante la pandemia se juntó con un amigo, su actual socio, y decidieron lanzarse a la piscina. "Al acabar la carrera decidimos emprender y ya llevamos año y medio". El joven, nacido en 1999, explica que están enfocados en herramientas de educación para evitar el fracaso escolar y afirma que lo que más le gusta del mundo emprendedor es que hay gente "muy motivada y con ganas de hacer cosas".
Raquel Carmona tiene 24 años, pero con 16 montó su primer negocio. Hace ocho años hizo un marketplace de complementos. ¿El motivo? "Era una necesidad muy básica, quería una moto y me empecé a buscar la vida", explica la joven cordobesa. "Me frustré mucho porque no tenía por donde empezar, recibí un premio, pero no vi ni un euro de él, todo por temas burocráticos". Sin plantearse tirar la toalla, Carmona se metió en otras iniciativas de emprendimiento, decidió estudiar ingeniería y ahora lidera la start-up Laksia. "Sentía que adquiría las herramientas para emprender y que me ayudaría en mi camino profesional", aboga. "Empresarios en mi familia no hay, pero han sido autónomos, hemos tenido campos y sé desde bien joven lo que significa buscarse la vida", defiende. "Me han inculcado los valores de trabajar duro y de no tener vacaciones semanas y semanas".
Álvaro Pintado Santaularia, de 18 años, acabó el colegio el año pasado y mientras sus compañeros estaban pensando en el viaje de fin de curso y las vacaciones, él decidió montar un negocio de Web3. "Me intereso por el sector blockchain y veo que es el futuro", indica. Recién cumplida la mayoría de edad, Pintado ya es CEO de Hello, un ecosistema descentralizado Web3 que nació con el objetivo de buscar una nueva forma de almacenar los datos de forma sostenible y controlada por el usuario y recientemente ha levantado una ronda de 170.000 euros. ¿Lo hizo solo? "Me encuentro con 17 años y en mi entorno no veo a gente con la capacidad de construir lo que tenía en mente, así que busco a través de internet", apostilla. Así es como conoce a Alexander Baikalov, actual CTO de la start-up, que a sus 20 años ha desarrollado y vendido múltiples programas de software a empresas e individuales. De hecho, desde los 15 trabaja como freelance y se ganó la confianza de Pintado diciéndole que quería montar "el siguiente unicornio español". Más allá de las empresas, Pintado Santaularia también es autor del libro El Sistema Financiero Descentralizado, un ensayo divulgativo que trata conceptos complejos como el blockchain, las criptomonedas o el metaverso.
¿Ventajas de ser joven a la hora de emprender?
Collantes asegura que aunque "vaya con menos dinero, si fallo no pasa nada, el error es barato". "Tengo un gran abanico de oportunidades, sé que es mi trabajo, pero también quiero que sea un aprendizaje, como un máster", defiende. El fundador de Cafler, por su parte, añade que "tienes una visión más fresca y mucha ingenuidad", aunque reconoce que a veces puede jugar en contra. Otra de las ventajas de ser joven, según Llinares, es que te puedes "colar" en eventos y sitios y que el networking es más sencillo. "La comunidad emprendedora es muy joven y espabilada en España y si pinchas lo vuelves a intentar", aclara. ¿Una recomendación? El CEO de Zynergic asegura que "no endeudarse demasiado" es una clave fundamental.
"Muchos clientes te vacilan"
¿Y los inconvenientes? El CEO de Noirshop explica que la falta de bagaje respecto a otros emprendedores sería uno. "Salimos con un año de experiencia laboral, creo que teníamos pocos recursos, me he notado cojo en este aspecto. Si hubiera estado 10 años en una empresa, es evidente que los errores serían otros". Sin embargo, Collantes aclara que la edad "no creo que sea un condicionante". Ricard Guillem aclara que la falta de experiencia "a veces puede jugar en contra", aunque asegura que rodearse de un equipo senior ha sido la "clave" para el buen funcionamiento de la firma. "Tienes poca experiencia, es muy sacrificado y cuesta construir tu reputación", si bien defiende que también puede ser "una arma de doble filo".
"Muchos clientes te vacilan", critica Llinares, y añade que en cada sector es diferente, pero que en el suyo les piden que todo sea gratis. "Por ser joven pecas más en temas de negociaciones", zanja. Finalmente, Carmona critica que mucha gente no le tomaba en serio. "Al ser joven se pensaban que iba a cerrar la empresa, pero haciéndome autónoma gané 20 años de vida", afirma. "Son muchas las dificultades con las que me he encontrado, tuve que compaginar mi trabajo con la empresa y empezar a ganar dinero haciendo de camarera porque no tenía ahorros". La ingeniera recuerda que los bancos no la avalaban a la hora de pedir un préstamo porque no tenía ahorros y por su edad, pero tuvo el apoyo de su familia para avanzar. "Durante un tiempo estuve muy bloqueada. Es una cosa que me apasiona mucho, pero a su vez es muy fatigado". ¿El mejor momento para emprender? "Nunca es buen momento para emprender, pero con una situación cómoda no se hace, porque estás en otras cosas", apostilla Carmona.
"Con la empresa la he liado parda, pero se debe seguir"
¿Algo que les gustaría haber aprendido en el instituto? Collantes afirma que saber sobre cotizaciones, autónomos y los IVA habría sido "clave". "He tenido problemas con estos temas, he estudiado ADE, siempre he tenido interés por los números, pero hasta que no estás metido en un negocio, es difícil aplicarlo. Educación en impuestos creo que sería fundamental, es algo de lo que nadie se escapa". Carmona asegura que "mejor hecho que perfecto". "A veces nos bloqueamos, pero debemos seguir. Está bien tener una base, con la empresa la he liado parda, pero se debe seguir". Además, recuerda que su primer cliente le dejó una deuda, que se enfrentó a cosas que "ni se imaginaba" y que fue "un poco ilusa". "Me faltaban herramientas, pero he ido aprendiendo sobre la marcha, ahora estoy remontando".
Ricard Guillem, por su parte, afirma que el primero de bachillerato lo compaginó con la compañía, pero que segundo se le hizo "imposible" y se vio obligado a dejarlo. "Ahora estoy haciendo un curso de educación ejecutiva en IESE. Somos unos 30 fundadores que nos juntamos el fin de semana". Sobre qué le hubiese gustado aprender en el colegio, Guillem considera que la gestión de equipos, "creo que es el reto principal". Finalmente, desde Zynergic aseveran que no tanto sobre emprendimiento, sino que le hubiese gustado poner el foco en los valores. "No se debe encasillar a la gente, no frustrar a los estudiantes y no tenerle miedo al fracaso", acaba.