El ecosistema español de start-ups ha llegado a su "madurez" y necesita buscar nuevas vías para "revitalizarse" para hacer que su modelo de negocio crezca. Esta es la principal conclusión que se extrae del Mapa de la Emprendeduría 2024 elaborado por South Summit, que destaca que las compañías emergentes del país llegan a una edad de 3,19 años por término medio y siguen "una constante consolidación" con respecto a los 3,12 años registrados en el 2023. Aparte, apunta que 2 de cada 10 start-ups ya son scale-ups (empresas que han crecido durante los tres últimos ejercicios a un ritmo anual superior al 20% en número de trabajadores o en facturación), lo cual supone 3 puntos porcentuales más que el año anterior y también es síntoma de esta creciente madurez.

Sin embargo, el informe pone encima de la mesa la necesidad de que el ecosistema español se "revitalice" y, de esta manera, incrementar sus cifras económicas, que han permanecido inamovibles en el último lustro. De hecho, señala que solo el 18% de las start-ups españolas presentan ebitda positivo este 2024, un dato que se ha mantenido sin demasiados cambios desde el 2017. A la dificultad en romper el techo del ebitda se le suma la congelación de los ingresos reales de las start-ups: desde el 2018 el porcentaje de emprendedores españoles con al menos 150.000 euros de ingresos en sus proyectos se ha mantenido en torno al 35% sin demasiados cambios. Y lo mismo pasa con las start-ups más grandes (más de 500.000 euros) y medias (entre 150.000 y 500.000 euros), atascadas en un 10% que no refleja muchas variaciones.

En este sentido, la presidenta y fundadora de South Summit, María Benjumea, apunta que la clave está en "saber adaptarse a las nuevas tecnologías. El ecosistema español es maduro, con empresas muy cualificadas y emprendedores con gran capacidad de aprendizaje, pero entre todos necesitamos revitalizar el ecosistema y que siga creciendo". Además, añade que "la ley de start-ups promovida entre todos los actores protagonistas cumple dos años de éxitos. Esta ley no es el final, sino el principio del camino para seguir trabajando todos juntos, promoviendo el crecimiento de las start-ups y aumentando su capacidad de atracción de inversión".

Financiación

Con respecto a la financiación, en prácticamente todas las fases las start-ups españolas buscan menos financiación que en el resto de Europa, dato que se va acentuando en el caso de los negocios consolidados. Según el estudio, las mujeres son más cautas a pedir financiación que los hombres (64 vs. 74%). Y con respecto al ebitda, Latinoamérica sigue siendo la región analizada que más rápidamente llega. Además, el 46% de la región cree que lo conseguirá en un año, mientras que en el caso de España cae hasta el 36%.

Más allá del ebitda positivo, el Mapa también alerta sobre un decrecimiento constante en las expectativas de contratación por parte de las empresas españolas. Si bien se mantienen positivas, ya que el 60% espera incrementar su plantilla a corto plazo, este porcentaje se ha ido reduciendo de manera constante desde el 76% registrado en el 2021.

En términos de ocupación, 7 de cada 10 empresas emergentes españolas cuentan con entre 2 y 10 empleados (un 2% más que en 2023). Si hablamos de los fundadores, hay que destacar que las start-ups fundadas únicamente por mujeres muestran una tendencia al alza en estos últimos tres años, pasando del 6% en 2022 hasta un 10% en 2024. En el lado contrario de la balanza, los equipos mixtos de fundadores han disminuido lentamente en este mismo periodo, desde un 35% a un 31%, mientras que los masculinos se mantienen estables en un 59%.

Con respecto a la constancia, el estudio apunta que es un rasgo que define al emprendedor español, ya que el 58% de ellos son "emprendedores en serie", lo que quiere decir que han participado en la creación de al menos dos start-ups en su vida y de ellos, el 54% dice haber fracasado anteriormente, mientras que el 35% asegura haber conseguido vender su negocio.

Uso de la inteligencia artificial

Con respecto a la adaptación de las firmas emergentes, uno de los nuevos campos de crecimiento en el marco de las start-ups es el de la inteligencia artificial, que ya es la tecnología más usada por las firmas del país. De hecho, un 30% de ellas confirma que la utiliza en su día a día, lo cual implica un crecimiento de 10 puntos porcentuales con respecto al año 2022. Aunque todavía hay margen de mejora, ya que su uso todavía se encuentra por detrás de las start-ups de los Estados Unidos (prácticamente el 40%) o del conjunto de Europa (35%).