El exit de una start-up es el proceso por el que los fundadores e inversores venden sus participaciones, idealmente por un precio mayor al que las adquirieron para obtener rédito de su inversión. Este momento supone la venta, salida a bolsa o, en el peor de los casos, el cierre del negocio y suele ser uno de los momentos más esperados del camino emprendedor. ¿Es bueno vender la empresa? ¿O es mejor salir a bolsa?
Diego Fernández, CEO de Gellify Iberia, empezó como emprendedor hace unos años, ha vendido tres sociedades, ha estado en fondos de inversión y lleva 15 años trabajando con empresas emergentes. "Muchas veces las start-ups están enfocadas en su producto y cuesta negociar con ellas", argumenta el experto en este medio. "Trabajo con todos los sectores y, normalmente, cuando encontramos una start-up que puede hacer match a una compañía, se lleva a cabo una prueba piloto donde se identifican todos los problemas", explica. En esta línea, añade que una vez solucionadas las debilidades, se compra o se invierte en el negocio emergente.
Entonces, ¿el exit es un éxito? "Hay muchas empresas emergentes que han tenido problemas económicos y, si no se vendían, se iban a la quiebra. Paralelamente, las corporaciones siempre buscan apoyos, start-ups que les aporten, así que en este caso es un éxito". Sobre qué pasa cuando se vende una firma emergente, Fernández recuerda que se suele comprar al equipo. "Para las compañías es duro adquirir talento y prefieren adquirir al directivo para que aplique sus conocimientos". "Es más caro, pero es talento que te entra de golpe". Además, apunta que suele ser un win-win, pero que si se busca una ronda grande y no se consigue, el fundador tiene todavía más ganas de desprenderse de la firma.
"La start-up no quiere vender rápido, quiere generar valor"
Antes de llevar a cabo un exit, las firmas realizan dicho experimento, que suele tarda unos meses. Cuando más grande es la empresa, puede alargarse hasta un año entero. "Se toman su tiempo y es entonces cuando deciden si comprar o invertir en ella". ¿Cuál es la mejor opción? "Hay empresas con fondos que se dedican a invertir y hay otras veces que se decide comprar directamente la compañía, no es ni mejor ni peor, es decisión de cada uno".
De hecho, recuerda que si una firma emergente está arrancando y quiere recorrido, es mejor invertir en una parte, mientras que si el negocio es más maduro, normalmente los directivos prefieren vender. "La start-up no quiere vender rápido, quiere generar valor y después venderse más caro". Igualmente, agrega que "cuando una sociedad tiene más de 4 o 5 años, no está en el crecimiento deseado y no se está alcanzando los objetivos, los emprendedores se cansan y deciden vender"
Félix Martín fundó Aliqindoi el año pasado, pero la "vena de emprendedor" se le despertó en 2015, cuando lanzó su primera start-up en Sudáfrica. Cuatro años más tarde decidió hacer un exit total y apostó por la salida a Bolsa. "He montado varias empresas y pensé que era la mejor opción", explica. El empresario ha fundado múltiples compañías y nunca se ha alejado del ecosistema y de la consultoría. "En mi caso sabía que era necesario vender para sacar dinero, pero normalmente los fundadores lo hacen porque tienen el apetito de emprender y buscar una solución". En este sentido, el CEO de Aliqindoi critica que en España "nos cuesta entender esa cultura del emprendedor, por lo que no es tan habitual el exit".
"El exit no es un fracaso"
El también presidente de la Cámara de Comercio Española en Sudáfrica recuerda que "el exit no es un fracaso, y menos si hace dinero". Además, Martín indica que, para los fondos, el momento de la venta está "planificado, no es algo inmediato" y que esperan que el producto tenga madurez para poder salir. "Este momento de liquidez suele ser en las series B, cuando el negocio ya está establecido".
Alberto Andújar, economista y director de BIGBAN Inversores, se dedica a conectar a los inversores con las firmas emergentes en fases tempranas. Sobre si la salida a bolsa es mejor que la venta, opina que "ni sí ni no", sino que va en función de cada compañía. "Si prefieres privacidad, seguramente estás más cómodo en el mercado privado, pero no hay una respuesta concreta para eso, va en función de las necesidades de cada negocio". Al igual que Fernández y Martín, Andújar también resalta que el fundador se suele quedar en la empresa tras el exit. "El emprendedor se queda en la start-up, la aumenta y gana valor, esa también es su finalidad".
"El apetito inversor está volviendo"
El CEO de Gellify Iberia apunta que el ecosistema de inversión "se está moderando" y aclara que el capital ahora busca rentabilidad, es prudente y busca un retorno. "No se invierte en promesas". En esta línea, Félix Martín recuerda que él justamente estaba buscando financiación cuando los fondos invertían "grandes cantidades de dinero con valoraciones gigantes" y que justo en ese momento se acabó. "Fue en torno a enero de 2022 cuando entró la prudencia en la inversión", rememora, mientras añade que "ha bajado el volumen de inversión, aunque en tickets más bajos se sigue invirtiendo". Al igual que Fernández, Martín también hace hincapié en el retorno y la prudencia. "Estamos volviendo a ver ese apetito inversor, pero con valoraciones mucho más conservadoras de lo que eran antes. Actualmente, las valoraciones son más ajustadas, pero no lo veo como algo malo, me parece correcto a la hora de invertir, más allá de que se profesionalice ese proceso".
Alberto Andújar también reconoce que el sector se ha "profesionalizado". "Hemos visto que la gente ha ido buscando su lugar, se han visto rectificaciones". Sin embargo, recuerda que en 2022 bajó el volumen total de inversiones, pero la cifra de operaciones ha ido al alza. "Los tickets de inversión han sido menores, pero no se debe hacer una lectura negativa".
"En España hay mucho talento, pero faltan emprendedores"
Sobre cómo ven el talento en España, Fernández asegura que "es bueno" y que "cada vez es mejor". "Es evidente que faltan emprendedores, aceleradoras y volumen, pero las que hay lo hacen muy bien", añade. "Tenemos universidades con mucho talento, pero el sector es muy competitivo y falta un sistema en el que todo se conecte más rápido". Martín, por su parte, expresa que la demanda de talento técnico es "muy fuerte" y que tras la irrupción del teletrabajo, la competitividad todavía es más elevada, y cara.
"El talento es competitivo, pero hay que mirar el lado positivo y es que ahora se empieza a dar valor al talento nacional". Finalmente, Andújar también saca pecho del ingenio, de los centros de investigación y de las universidades que hay por el país. "Falta el gen emprendedor, pero cada vez se está viendo más". En esta línea, señala que "no hay inversión sin start-ups ni start-ups sin inversión".