Nora Real Food pisa el acelerador. La firma barcelonesa fundada en 2018 de la mano de Nora Vallcorba prevé alcanzar los 4,5 millones de euros de facturación este 2023. Tras cerrar el 2022 con unas ventas de 2,9 millones de euros, el negocio augura alcanzar el umbral de la rentabilidad durante este ejercicio.
"Después de seis olas del Covid-19, el IPC de la alimentación y la inflación por los aires, considero que el balance es positivo, estamos enfocados en un nicho de mercado muy específico y hemos sumado nuevos clientes a nuestro porfolio. Ahora toca consolidarnos en el mercado de Barcelona y el área metropolitana y seguir ofreciendo una solución saludable, inclusiva y moderna", asegura Vallcorba en una entrevista para ON ECONOMIA.
Gestión de cantinas
Más allá de fortalecerse en el mercado, la emprendedora comenta que en poco tiempo lanzarán un nuevo servicio, la gestión de cantinas físicas. Con esta novedad, Nora Real Food contará con la gestión en el sitio de cantinas para mejorar la experiencia de los trabajadores. "Somos un negocio B2B (business to business) al 100% y consideramos que estar in situ nos ayudará a aumentar las ventas". En la actualidad la empresa sirve más de 1.500 menús al día y con esta nueva línea de negocio calculan alcanzar los 3.000 comensales diarios.
120 clientes
La compañía cuenta con más de 120 empresas como clientes, entre las que se encuentran los laboratorios Ferrer, la plataforma dedicada a la compraventa de productos Wallapop, Mutua de Terrassa y la firma de abogados Osborne Clarke, entre otras, y la emprendedora explica que algunos de los contratos son "totales" y que otros son "parciales". En el caso de las totales, los negocios abonan totalmente el coste de la comida, mientras que si es parcial, se llega a un acuerdo para que el empleado costee una parte proporcional del menú. “Queremos que cuando una empresa piense en un proveedor de servicios de comida para sus trabajadores, su primera y mejor opción sea Nora Real Food”, añade Vallcorba.
La firma opera en Barcelona y su área metropolitana y se plantea repicar el modelo en otras ciudades, especialmente Madrid, aunque no está entre las previsiones de este 2023. "Hemos crecido muy rápido y ahora queremos consolidarnos donde estamos. Cuando nos sintamos preparados daremos el salto, pero en Catalunya hay miles de compañías y primero queremos poner el foco aquí". El ticket medio es de 8,5 euros y sirven aproximadamente unas 25.000 comidas al mes. "Ahora podemos movernos hasta 40 kilómetros de Barcelona, una vez hayamos ampliado el mercado, daremos el salto y nos trasladaremos a Madrid. Ya nos lo piden nuestros clientes".
En cuanto a la inversión, abrieron ronda en marzo de 2020 y quedó a medias por el estallido del coronavirus. "Fueron 455.000 euros, no descartamos una futura inyección de capital, pero si la lleváramos a cabo, sería con parners que nos pudieran aportar más conocimiento de la industria de la alimentación", argumenta.
De un trabajo de fin de carrera a rozar los 40 empleados
¿Cómo empezó todo? Nora Real Food arrancó como un proyecto de su trabajo de fin de carrera mientras estudiaba Administración y Dirección de Empresas en Esade. Paralelamente, su madre siempre había estado interesa en este sector, pero nunca había ejercido profesionalmente como tal. "Entre mi proyecto de final de grado y el poco tiempo que tenía para comer mientras trabajaba vi que hacía falta encontrar una solución", defiende. Empezaron en una zona residencial del 22@, la start-up fue creciendo y actualmente cuentan con 38 empleados. "Queríamos cuidar, trasladar la salud y la comida real y honesta al máximo de gente posible y transformar la comida en el trabajo en una experiencia placentera". "Cada día comemos por inercia, pero yo quería que la comida fuera algo agradable, para saborear", añade.
Los primeros frascos de la firma fueron de vidrio, pero tuvieron que cambiar el modelo porque se rompían, pesaban demasiado y las compañías no los devolvían. A día de hoy trabajan con envases reutilizables de cartón y están trabajando constantemente para mejorar el packaging de sus productos. Durante la pandemia y el confinamiento, cuando todo estaba cerrado, Nora Vallcorba recuerda que cocinaron de forma altruista para los hospitales de la ciudad y que también sirvieron comida a través de la plataforma barcelonesa Glovo. Sin embargo, apunta que su modelo es B2B y que el B2C (business to consumer) fue solo una acción puntual.
Desde sus inicios, la empresa apuesta por la sostenibilidad y destaca en favor de la inclusión y de generar un impacto positivo en la sociedad, con empleados refugiados de Ucrania y gente en plantilla con síndrome de Down.